Como padres y madres, tememos perder nuestra autoridad sobre nuestros hijos. Creemos que si demostramos que dudamos, nos equivocamos o no proyectamos una seguridad absoluta, nuestros hijos sentirán que no pisan suelo firme, que no somos una autoridad fiable y que nuestras dudas o rectificaciones serán un signo de debilidad. .
Cómo educar en la autoridad (sin caer en el autoritarismo)
¿Está mal pedir perdón a mis hijos?
El psicólogo Alberto Soler dice que “muchos padres creen que el objetivo principal de sus hijos es desafiarlos, desafiarlos y socavar su autoridad; tienen miedo de que sus hijos “suban el bache”. Hacen así de la autoridad el principal objetivo de la educación, pero allí confunden el fin y los medios. La autoridad nunca debe ser una meta, sino una consecuencia de acciones educativas honestas y respetuosas. El respeto se gana, no se impone.
«El respeto se gana, no se impone»
Este respeto viene de saber aceptar nuestros errores como adultos, porque nuestros hijos también merecen un trato respetuoso. Dice la psicóloga Patricia Ramírez, psicóloga: “En el momento en que le gritamos, lo sacudimos, lo comparamos con su hermano, no respetamos a la persona. Nunca haríamos eso con un amigo. Si le gritas a un amigo, lo pellizcas o lo azotas, pierdes a ese amigo. Y si no se lo hacemos a un amigo porque lo queremos y lo respetamos, ¿por qué se lo hacemos a los niños? Todo lo que hacemos deja cicatrices profundas, baja la autoestima, crea dependencia emocional. Tenemos que tener mucho cuidado con la huella que dejamos al educar.
“Si le gritas a un amigo, lo pellizcas o lo azotas, pierdes a ese amigo. Y si no lo hacemos con un amigo porque lo amamos y lo respetamos, ¿por qué lo hacemos con los niños?
Las 4 claves para establecer normas a nuestros hijos ¡Y sin castigos!
Cómo disculparme con mi hijo
Si queremos que nuestro hijo tenga empatía y sea capaz de disculparse cuando comete un error o lastima a alguien, tenemos que predicar con el ejemplo y decir «lo siento» cuando hacemos algo que no le gusta, cuando se pone enojado por algo que lo «forzamos» a hacer. “hacer, etc. Digamos que querías quedarte más tiempo en el parque y teníamos que irnos porque teníamos que hacer cosas. Si le decimos «perdón» y le explicamos por qué no nos pudimos quedar, lo aceptará mejor y sentirá que contamos con él, se sentirá comprendido y le enseñará a considerar los sentimientos de los demás. .otros Aquí hay algunas cosas a tener en cuenta al pedir perdón:
Ponte a su altura y háblale con cariño.
Disculpa el error.
Reconocer sus emociones (Ej: entiendo cómo te sentiste)
Explíqueles qué nos impulsó a gritarles y expresar nuestras emociones.
Cuando pedimos perdón, lo que le estamos demostrando a nuestro hijo es que lo respetamos, que lo tenemos en cuenta. Además, necesitamos educar más sobre lo que hacemos que sobre lo que decimos. Nuestros niños aprenden por imitación. Si les pedimos perdón, ellos también aprenderán a hacerlo.
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