Más de 1.000 pacientes con hepatitis C, sin tratamiento por colapso en atención primaria

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El colapso de los centros de salud por la sexta ola de la pandemia del coronavirus está teniendo graves repercusiones para otros pacientes, preocupando a los médicos que los atienden. Con los últimos datos disponibles, el número de los que iniciaron tratamiento por el virus de la hepatitis C (VHC) volvió a descender, señalan los especialistas de forma espectacular, durante el trimestre de julio a septiembre de 2021. “Dejan de diagnosticar y empiezan a tratar a más de mil pacientes cada mes y esto es un problema muy grave”, critica el doctor Javier García-Samaniego, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Virales en España (AEHVE) y jefe de sección de hepatología del Hospital Universitario de Madrid La Paix” Diagnosticamos poco y tarde”, asegura el médico a El Periódico de España.

La AEHVE guarda datos publicados por el Ministerio de Sanidad para alertarles de una situación que les preocupa especialmente: entre enero y marzo de 2020, justo antes del estallido de la crisis sanitaria, el número de pacientes que iniciaron tratamiento fue de 3.125, mientras que entre julio y septiembre de 2021 eran 1.459, menos de la mitad, y apenas por encima de los 1.363 del trimestre abril-junio de 2020. Cifras que retrotraen a los peores niveles de la pandemia, apunta la doctora García-Samaniego, también investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas. Red de Centros (CIBER) de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD).

El coordinador de la AEHVE mostró su preocupación por estas cifras. Teme que esta situación se haya agravado en el último trimestre de 2021 y principios de 2022 con la atención primaria totalmente saturada coincidiendo con el repunte de la sexta ola de la pandemia, la variante omicron dejando miles de contagios y la incidencia de caso de coronavirus, golpe. Por comunidades autónomas, explica el médico a El Periódico de España, «no disponen de datos desagregados», pero creen que la situación es muy similar en los diferentes territorios.

Sin referencias a clínicas ambulatorias

El hepatólogo dice que, según los números que atienden, más de mil pacientes quedan sin diagnosticar -e inician tratamiento- cada mes. Detalla que la saturación de los centros de salud hace que se detenga la derivación de pacientes a consultas especializadas, lo que a su vez redunda en diagnósticos más tardíos y en estadios más avanzados de la enfermedad. Recuerde que la hepatitis C es una infección viral que causa inflamación del hígado, lo que puede provocar un daño hepático grave.

“Diagnosticamos poco y tarde. Una persona diagnosticada tarde puede curar la infección, pero la enfermedad (cirrosis) ya no está”, especifica el hepatólogo

El especialista explica a este periódico que “el problema es que no se diagnostica -eso se hace poco y tarde, precisa- y que no se deriva y, cuando eso sí, ya nos están llegando pacientes con fibrosis avanzada”. Una persona que si se diagnostica tarde, puede curar la infección, pero la enfermedad (cirrosis) desaparece.En etapas tan avanzadas, también existe un alto riesgo de carcinoma (cáncer de hígado) y la supervivencia es baja.

Los hepatólogos temen que entre el 25 y el 30% de los pacientes ya tengan la enfermedad avanzada por falta de diagnóstico

Con las últimas cifras disponibles, los hepatólogos temen que entre el 25 y el 30% de los pacientes ya tengan la enfermedad avanzada por falta de diagnóstico. Si esta desaceleración continúa, la incidencia aumentará. “Un paciente con una enfermedad hepática leve, lo curamos y lo damos de alta”, dice el médico. Sin embargo, señala, una persona con enfermedad hepática avanzada puede curarse de la infección, pero no de la enfermedad que ya se está cronificando. Según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC) explica la mayoría de los cánceres de hígado.

convocatoria pública

La asociación lanza un llamamiento público a las administraciones para que «arbitren las medidas necesarias para desbloquear» esta orientación de los pacientes hacia consultas especializadas, así como los programas de microeliminación del VHC en todo el territorio nacional que consisten en poner en marcha apoyo terapéutico para ayudar a las personas con hepatitis C que necesitan un apoyo adicional para cuidar su salud. Particularmente en entornos vulnerables como centros de adicciones o colectivos de personas sin hogar que tienen un circuito asistencial diferente y que también se ven afectados por la crisis sanitaria.

En el punto álgido de la pandemia, este tipo de programas se paralizaron en toda España. También se ha producido un marcado descenso en el número de nuevos diagnósticos -situación que continúa- y, además, una reducción muy significativa (casi el 80% en algunas Comunidades Autónomas) del tratamiento con antivirales directos. De hecho, en su momento, los hepatólogos emitieron una recomendación sobre la conveniencia de ofrecer el cribado del VHC a todos los sujetos sometidos a cualquier tipo de procedimiento diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2, incluido tanto el diagnóstico como la vacunación contra la covid-19. Una iniciativa que no prosperó.

Desde la AEHVE recuerdan que el Ministerio de Sanidad ha publicado recientemente los datos del ‘Estudio de Seguimiento de la Efectividad Terapéutica SITHepaC’, que muestran la gran eficacia de los tratamientos para la hepatitis C basados ​​en antivirales de acción directa (alrededor del 95% de los pacientes con una infección viral). respuesta), sino también la alta tasa de pacientes con estadios avanzados de la enfermedad (33% en el nivel F4, el más alto). Según este estudio, la tasa de supervivencia varía significativamente entre los pacientes que son diagnosticados y tratados con una enfermedad hepática más avanzada y aquellos que se encuentran en una etapa temprana.

Lejos de eliminar la enfermedad

La Asamblea Mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado el objetivo de eliminar las hepatitis B y C para 2030. España ha puesto en marcha el Plan Estratégico para el Enfoque de la Hepatitis C en el sistema nacional de salud, diseñado a principios de 2015, que ha permitido a nuestro país estar a la vanguardia de los países del mundo en la eliminación de la enfermedad, solo superada por Islandia. Desde que se implementó el documento, los datos indican que se han tratado cerca de 150.000 pacientes. Pero aún habría más de 80.000 personas infectadas con el virus sin tratamiento.

Hoy, la pandemia es un obstáculo para lograr esa meta de llegar a la «hepatitis cero» y el escenario es otro: «Estamos ante una oportunidad histórica de acabar con la hepatitis C, pero la sensación en la coyuntura actual es que lejos de avanzar para acercarse a este objetivo, estamos retrocediendo”, dicen los especialistas.

«Estábamos convencidos de que podíamos lograr esto -la eliminación de la enfermedad- en 2024. Prevemos un retraso de al menos dos años si no somos capaces de recuperarnos», continúa el jefe de sección de hepatología del Hospital Universitario de Madrid La Paix. Explica que la AEHVE tiene un proyecto en marcha -Ciudades Libres de Hepatitis C-, en el que, con la participación particular de los ayuntamientos -ciudades como Madrid, Vigo, Valencia, Sevilla, Santander, Santiago de Compostela… concurrieron- “ Se están haciendo esfuerzos importantes para eliminarlo en la población vulnerable (donde se concentra gran parte de los casos restantes) y creemos que pueden lograr que el cronograma marcado no disminuya tanto”.

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