Azúcar o masa: la polémica dieta de un hospital para un bebé

Comment

Ultima Hora

Trece meses, ocho kilos de peso y un análisis perfecto. Con esta historia, Lucas (nombre ficticio) acudió con su padre a una consulta de los especialistas digestivos del Hospital Universitario de Getafe en Madrid. El bajo peso del bebé, por debajo del percentil mínimo, llevó a su pediatra a derivarlo a un especialista para encontrar la causa de su estancamiento en el crecimiento. Los médicos, tras un chequeo inicial, descartaron cualquier problema de salud y consideraron que se trataba tan solo de un “chico flaco y sano” que, además, parecía empezar a engordar poco a poco. Advierten que tardarán en llegar a los percentiles, pero que su alimentación es perfecta y no hay que añadir ni quitar alimentos. Así lo informa El Periódico de España.

No obstante, con el informe médico adjuntan una hoja de recomendaciones elaborada por el propio hospital para hacer más calórica la alimentación y así ayudar al niño a ganar peso. Unos consejos dietéticos que, a primera vista, llama la atención cuanto menos, incluir en la lista una serie de alimentos poco apreciados por los propios pediatras, como el azúcar, las salsas o los rebozados que, sin embargo, son aclamados por los especialistas. para casos como Oriente.

Según el documento ofrecido a los padres, los quesitos o queso rallado complementan las sopas, cremas o purés, así como los huevos duros troceados, los picatostes o la salsa de tomate frito. En el caso de las verduras, se puede aumentar el nivel calórico friéndolas con aceite o con métodos menos saludables como la bechamel o la mayonesa. Si hablamos de arroces, las recomendaciones incluyen desde la yema de huevo hasta salsas enriquecidas con nata, queso y panceta para la pasta… Por su parte, las carnes y los pescados se pueden comer rebozados, a fuego lento o rebozados.

Los pediatras recomiendan fortificar los postres para bebés con azúcar, miel o mermelada

Pero es probablemente la sección de postres la que más llama la atención. Los pediatras recomiendan en este caso fortalecerlos con azúcar, miel o mermelada; pero también con nata líquida, leche en polvo, chocolate, frutos secos (triturados) o guindas. Unos consejos que chocan con las directrices de la Asociación Española de Pediatría (AEP) que, en uno de sus artículos, destaca la “recomendación de no añadir edulcorantes a los alimentos destinados a lactantes y niños pequeños, no se recomienda su uso en niños a partir de 1 a 3 años.

Para bebés con bajo peso al nacer

Este diario preguntó al Hospital Universitario de Getafe sobre qué criterios se rigen las recomendaciones nutricionales que se hacen a los padres del pequeño Lucas y si se trata de consejos comunes al resto de centros de la Comunidad de Madrid. Desde el centro precisan que «este carné se expide exclusivamente a pacientes que son seguidos en el hospital por bajo peso o estancamiento de peso (el retraso peso-talla se produce cuando un niño no crece correctamente con el tiempo)» en el Servicio de Pediatría y , más concretamente, en las consultas de gastroenterología pediátrica, específicamente dedicadas a la alimentación infantil.

El hospital asegura que los pediatras «explican detalladamente» a los padres la forma de llevar a cabo este aumento, favoreciendo siempre las opciones naturales

En estos pacientes, prosigue, “primero se realiza una valoración antropométrica y una encuesta dietética detallada”. En algunas situaciones, señalan, los niños necesitarán iniciar la suplementación con fórmulas o módulos hipercalóricos, y en otras, solo será suficiente un aumento de la ingesta calórica de la dieta.

El hospital asegura que los pediatras «explican detalladamente (en persona) a los padres la forma de llevar a cabo este aumento, privilegiando siempre las opciones naturales», evitando alimentos superfluos, zumos o bebidas carbonatadas industriales y limitando su consumo siguiendo las recomendaciones de doctos sociedades Citan a la Sociedad de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) o la Asociación Española de Pediatría.

«Los alimentos superfluos (azúcares, miel, cacao, bollería, galletas, embutidos y embutidos) más tarde y en menor cantidad mejor (siempre a partir de los 12 meses)», especifica la AEP

Junto a ello, los padres reciben a continuación, como ayuda en la elaboración de los menús, la citada ficha informativa basada en estas recomendaciones. Recuerdan que siempre se realiza un abordaje individualizado del paciente, teniendo en cuenta «su edad, sus necesidades y sus particularidades», con controles posteriores. Además, el hospital proporciona referencias bibliográficas a documentos de ambas sociedades. En el caso de la SEGHNP, el extracto de estos textos afirma que “existen otras formas de fortificar la dieta que pueden ser útiles para los lactantes mayores y niños de otras edades, como el uso de salsas, rebozar, freír y empanizar las carnes”. . , pescados y verduras, utiliza mayonesa, salsa bechamel, maicena, nata, chocolate, cacao, miel, azúcar, picatostes, muesli triturado, queso rallado, mantequilla, abogado…».

Su presidente, Francisco Javier Martín Carpi, también jefe del servicio de gastroenterología del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, ​​defiende la actuación del servicio en Getafe y explica que en escenarios como este «se puede o no se puede hacer nada, o trata de aumentar la ingesta de calorías para que ganes un poco más de peso, muchas veces básicamente por tranquilidad familiar, o para mejorar tu apariencia”, e insiste, “muchas veces no es una prioridad médica, porque las consecuencias de ese bajo peso generalmente son mínimas”. .

Las formas para aumentar el aporte calórico coinciden con las aplicadas en este caso ya que a veces, dice, los módulos, batidos o preparados comerciales suponen «un gasto sanitario y en ocasiones el niño tampoco se los toma bien», por lo que muchas veces opta por «stimular a la familia a que de una manera ‘casera’ se aumente el aporte calórico de las comidas a base de alimentos habituales o frecuentes en la dieta, y si pueden ser apetitosos, con buen gusto o bien aceptados, pues mucho mejor «. En este sentido, “cualquier alimento o producto que aporte calorías adicionales podría ser útil, salvo que sea claramente nocivo o tóxico para un niño…”, añade.

Admite que una lista como esta «fría, puede llamar la atención», por lo que las explicaciones de los especialistas deben ser muy claras: estas recomendaciones no deben ser la base de la alimentación infantil, como la presidenta de la SEGHNP, sino que esto «debe verse (y explicado) como transgresiones extraordinariamente concebibles con el único propósito de aumentar la ingesta de calorías, no establecer hábitos alimentarios permanentes».

recomendaciones

La postura también es habitual entre otros especialistas consultados por El Periódico de España. La vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Teresa Cenarro, explica de entrada que cada niño es un mundo y que lo primero es aclarar que hay bebés que sufren de bajo peso y, efectivamente, tienen no hay problema que lo haya causado. «Es que son así», dice.

Las nueces trituradas o el aguacate son alimentos saludables que ayudan a proporcionar calorías sin tirar calorías que tienen un alto contenido de grasa.

“Cada hospital tiene su metodología. Lo que se pretende, en general, es enriquecer las comidas, que es lo que busca esta lista de alimentos. Y, en un volumen pequeño, aumentar las calorías. este aporte calórico de la forma más saludable”, explica el doctor. Y pone un ejemplo: las nueces ralladas o el aguacate son alimentos saludables que ayudan en esta tarea para no tener que tirarlos. Otros que contienen más grasas.

El pediatra insiste: “Cada caso es diferente. Lo mismo ocurre con un niño que come muy poco y las pocas comidas que tiene necesitan ser fortificadas. Sobre el papel, puede resultar llamativo que se utilicen alimentos ricos en grasas, pero la dieta de cada niño debe ser individualizada. “Muchas veces a las familias se les recomiendan o suplementos nutricionales o, en el caso de niños sanos y de bajo peso, el uso de recursos para complementar esta dieta”.

La salsa, frita o rebozada, de estas dietas pretende, en lo poco que comen estos niños pequeños, aumentar las calorías

¿Es normal que en la lista de alimentos se incluyan salsas, azúcar o pasta para enriquecer los platos? La Dra. Teresa Cenarro responde: “No es lo mismo una falda a la plancha que una pasta en aceite. El valor calórico, con su pan, huevo y aceite, duplica o triplica las calorías que no dependen sólo de las que aporta el propio alimento, pero como se cocina. Cuando no quieres que tu hijo engorde, le recomiendas la parrilla y el horno. Pero la salsa, frita, rebozada de estas dietas lo que quieren es que en el poco volumen que comen estos niños, que son muy pequeños y con poco apetito aumentan las calorías, además, aclara, no se refiere a las ingestas que deben ser “Si lo ves claro, estás pensando…azúcar…pero eso no No significa que tengas que usar todos los ingredientes para agregar», dice.

La Asociación Española de Pediatría (AEPED), por su parte, no ha querido evaluar esta metodología porque todavía no hay una posición oficial al respecto. De hecho, la Asociación está trabajando en esta posición sobre las pautas que deben seguir los hospitales para los niños que necesitan aumentar de peso, pero no se espera que se publique hasta al menos mediados de marzo.

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *