Con la prima de alquiler joven no basta con desentrañar la emancipación

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Solo el 15% de los jóvenes de entre 16 y 29 años están emancipados en España. Y la mayoría de los que ya han salido de casa de sus padres lo han hecho porque han tenido que ir a estudiar o trabajar fuera de su lugar de origen y vivir en piso compartido con otros jóvenes que se encuentran en la misma situación. Esta generación atrapada por la precariedad también ha visto cómo la pandemia del coronavirus ha contribuido a complicar aún más su situación económica, además de que los precios de los alquileres se mantienen estables y la imposibilidad de poder comprar un piso por falta de efectivo para pagar una el pago inicial ha convertido el acceso a la vivienda en una odisea.

Las ayudas o el bono para jóvenes anunciado hace unas semanas por el Gobierno no serán suficientes, aseguran los posibles beneficiarios, que conocieron esta semana, con la publicación en el BOE del decreto que regula esta prestación, algunos detalles sobre cómo acceder a ella Entre otras cosas, están obligados a demostrar, en plazos semestrales, que las ayudas se destinan efectivamente al alquiler y no a otros fines.

La cosa se complica aún más si la aspiración es vivir en grandes ciudades como Barcelona. Los apartamentos más baratos están fuera de la ciudad, pero para la mayoría esto supone un inconveniente ya que estudian o trabajan en la capital catalana. Además, los viajes suponen un gasto adicional a final de mes.

Miriam, David, Carla y Eyla son cuatro jóvenes barceloneses con cuatro situaciones muy distintas pero con un mismo objetivo: tener un trabajo estable que les permita acceder a una vivienda digna y asequible; un alquiler o una hipoteca que no les haga ahogarse todo el mes o tener que depender de dos trabajos o compartir piso para vivir.

acceso a la vivienda

Myriam Arenas tiene 25 años. Ha vivido con su hija durante cinco años en un apartamento vacío propiedad de su madre. “Si no fuera por esto, no podría vivir solo. Actualmente tengo dos trabajos y llevo meses luchando para llegar a fin de mes. He pensado varias veces en dejar este piso y buscar un alquiler para mí sin tener que depender de mi madre, pero con los precios que hay es imposible. También me he planteado comprar pero todavía no tengo ahorros suficientes para dar un billete”, explica.

“La situación es muy difícil, tanto por el mercado de la vivienda como por el mercado laboral. No importa el costo de vida, es muy difícil encontrar un trabajo de tiempo completo que sea estable y que te permita salir adelante. precariedad”, continúa. El caso de Miriam es más común de lo que parece. En España, muchos jóvenes recurren a vivir en casas vacías con los padres para ahorrar un poco respecto a un alquiler normal.

También hay jóvenes que optan por compartir piso, como en el caso de Eyla Hernández, de 23 años, que vive con una amiga. “Con la complejidad de acceder al mundo laboral, esta es la única opción que tenemos para poder ser autónomos. Los contratos a tiempo completo son escasos y no podemos permitirnos un piso cuando el alquiler ya es muy superior a cualquier parte -salario de tiempo. También nos dificulta estudiar, trabajar e independizarnos al mismo tiempo. De las tres opciones, solo podemos elegir dos y es triste ver cómo hay que estancarse en la educación para poder vivir. ”, dice la joven.

“Además -añade-, el abuso del precio del alquiler aumenta cuando lo alquilas a través de una agencia inmobiliaria, porque con los meses de fianza más la comisión de la agencia, el alquiler de un piso de 800 euros al mes puede llegar a necesitar pagando fácilmente una entrada de unos 3000 euros, factor que hace que muchos de nosotros no podamos vivir solos y tengamos que recurrir a compartir”, explica.

El bono de alquiler joven

Carla Dávalos espera beneficiarse de la prima juvenil estatal. Esta ayuda, de 250 euros para jóvenes emancipados, es bien recibida por quienes viven solos y por quienes desean emanciparse. Carla tiene 22 años, vive con su madre y está esperando la apertura de expediente para postularse y dar el paso de la independencia. Su situación es una de las más habituales entre los jóvenes de su edad: personas que quieren dar el paso de la emancipación pero que por motivos económicos necesitan quedarse en casa. El bono abre las puertas para poder encontrar alojamiento en los próximos años, pero también cuenta el acceso al mercado laboral.

“Creo que es una buena jugada, pero también creo que están exigiendo demasiado, y deberían centrarse más en poner límites a los precios de los alquileres. Precios justos y realistas, no excluyentes y desorbitados”, testimonia la joven. “La vivienda y la propiedad siguen siendo una forma de dividirnos en clases sociales. En definitiva, los que tenemos problemas para acceder a la vivienda somos trabajadores jóvenes. Muchos nos estamos replanteando independizarnos si podemos aprovechar el bono, pero también necesitamos poder encontrar trabajos estables que nos permitan pagar los gastos y sobre todo que sean compatibles con nuestros estudios”, dice. “Pude aprovechar el bono porque cumplo con la mayoría de las condiciones que piden, pero Sé que con lo que gano actualmente no podría permitirme mantener un apartamento y todos los gastos que eso conlleva. Por eso por el momento sigo viviendo con mi madre”, concluye Carla.

David Adromeit, de 24 años, vive solo en un piso alquilado. “Alquilar es por el momento la opción “más fácil”, porque comprar un piso se vuelve inaccesible. Tuve suerte con mi casero, con quien pude negociar el precio, pero es verdad que los alquileres son muy caros y es difícil decidirse. salir de casa. Hoy, hasta que no tienes estabilidad económica y emocional, es prácticamente imposible dar el paso”, explica David sobre el bono, comenta que quiere pedirlo, pero lo considera un parche al problema. La bonificación puede ser un pequeño empujón, pero no se puede depender de ella, creo que ‘hay que intervenir y actuar en otros ámbitos como el alto precio de los alquileres, los bajos salarios o el precio de los estudios’, concluye.

La ayuda debe justificarse cada seis meses

Desde que el Consejo de Ministros aprobara el bono de alquiler para jóvenes el pasado 18 de enero, han surgido muchas dudas sobre este beneficio destinado a ayudar a los jóvenes que tienen dificultades para hacer frente al precio de su alojamiento. Entre las cuestiones más consultadas están las condiciones exigidas para solicitar el bono de alquiler para jóvenes, cómo afecta el bono de alquiler a la declaración de la renta o cuándo se puede solicitar esta ayuda y el real decreto publicado esta semana en el Boletín Oficial del (BOE) ha revelado noticias clave sobre la prima de alquiler para los jóvenes. En concreto, la publicación explica que los beneficiarios del cheque alquiler joven 2022 deberán justificar su uso ante la administración que lo concedió.

Las personas de 18 a 35 años que perciban una ayuda al alquiler de 250 euros tendrán que justificar «por cualquier medio autorizado por la ley» el pago del alquiler o el precio de la cesión de todas las mensualidades por las que han percibido la subvención, tal y como se indica en el artículo 16 del texto. Esta justificación de la prima de alquiler para jóvenes deberá realizarse «al menos cada seis meses» y «en un plazo máximo de tres meses» desde la finalización del último mes natural en el que se percibió la subvención.

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