Las redes sociales estaban furiosas y Marco ‘Ausencio’, el nombre con el que las redes bautizaron al jugador del Real Madrid por su vagancia, fue trending topic en Twitter. El español apareció en el balcón de su palco para recoger un balón y se lo dio a su portero, pero Pere Pons se interpuso, robó el balón, regateó a Courtois, y cuando la multitud temía lo peor, inexplicablemente la echó. El silbato fue monumental para Asensio, que segundos después recibió un pase en ataque, recortó por dentro y remató con la zurda al ángulo alto de Pacheco. De villano a héroe. Marco corrió hacia el banderín para celebrar el gol, pero la ira se apoderó de él. Primero ordenó silencio a la grada, luego pidió apoyar al Madrid mordiendo el escudo. Un gesto tan poco diplomático como sorprendente por parte de un jugador al que algunos de los aficionados califican de «frío», un término muy futbolero en Argentina. Sin embargo, este gesto reivindicativo delata el paso al frente del mallorquín.
Punto de inflexión
Todo cambió en la mente de Asensio en 2019. La lesión de rodilla cambió muchas cosas, para empezar se dio cuenta de quién estaba de su lado y quién no. Además, las largas sesiones de recuperación le han ayudado a establecer una exigente rutina física que mantiene con un trabajo personalizado desde casa con un técnico personal. Otra cosa que descubrió fue la importancia de una dieta correcta. Hasta el punto de unir fuerzas con Marcos Llorente, seguidor de la dieta paleolítica, para fundar ‘Bombastic’, un restaurante comprometido con la alimentación saludable cuyo lema se aplica a esta nueva versión de Asensio: ‘No se permiten personas tóxicas’.
El nuevo Asensio es un jugador más interior, como le pedía Ancelotti, un futbolista más asociativo que juega de pie cambiado para poder activar el cañón que esconde en su pie izquierdo. Carletto lo convenció para que lo animara a pegarle más “con esa patada que tiene a la izquierda”.
En plena crisis goleadora del Madrid, que en 2022 no logró ganar cinco de los doce partidos disputados y rebajó su media goleadora de casi tres goles a 1,5 (20 goles en 12 partidos), el balear explotó. No solo por marcar goles que desbloquean partidos como el Granada y el Alavés, o por ser el tercer goleador del equipo con nueve dianas. El gesto de Asensio de mandar callar al Bernabéu y pedir apoyo era impensable hace un año en un jugador sin importancia. Ahora Marco tiene confianza, una vida estable en el Madrid y aspira a ser el ‘referente del Madrid y de la selección’ que Ancelotti le dijo que debía ser. En el crack que recomendó Rafa Nadal a Florentino.
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