La Liga Femenina de Fútbol ya tiene estatutos profesionales: ¿y ahora qué?

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«A partir de ahora ya no depende de nosotras», respondieron este lunes al Consejo Superior de Deportes cuando se les preguntó qué pasaría ahora con la Liga de Fútbol Femenina, una vez publicados los estatutos que ratifican la histórica profesionalización de la competición. Un hecho que celebraron todos los agentes implicados, aunque casi ninguno quedó plenamente satisfecho con la redacción final. Todos tenían que renunciar a algo.

Esta aprobación fue una temporada ineludible para que el Gobierno cumpliera su promesa de igualar el estatus de las principales competiciones de fútbol masculino y femenino (también con la Liga ACB, el otro torneo que tiene esta consideración en España), pero todavía quedan muchas tareas pendientes antes de la primera edición de esta Liga Profesional, que comenzará después del verano.

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El CSD ahora está pasando a un segundo plano, tanto por su propia voluntad como porque es su función adecuada. Las negociaciones de los últimos nueve meses han sido complejas y largas con el temor de que puedan explotar, dado el enroque de las partes involucradas. El gobierno, con José Manuel Franco a la cabeza, se empeñó en obtener la unanimidad en los estatutos, que en ese momento parecía casi imposible, y lo consiguió.

Viabilidad

Sin embargo, lo que se avecina en los próximos meses no parece un camino fácil, dado que aún quedan muchos acuerdos por concretar entre agentes que no siempre están de acuerdo y con diferencias sustanciales. “Los estatutos reflejan mucha voluntad, pero ahora hay que ver cómo se materializa en la práctica y cómo conseguimos una competición viable”, resumían este lunes con uno de los 16 clubes en liza.

El primer paso que hay que dar ahora es la creación, por parte de estas entidades, de la sociedad que gestionará la liga profesional, como LaLiga o la Liga ACB, así como la elección de un domicilio social (la lógica dicta si está en Madrid) que le acoge.

Este paso no debería ser un gran dolor de cabeza, pero el próximo será: elegir una junta directiva. El CSD está presionando para que la presidenta sea una mujer y parece que lo será, pero no está nada claro qué mujer será.

Ainhoa ​​Tirapu fue la primera candidata a subir al ruedo y este lunes María Teixidor, entrenadora del Barça entre 2015 y 2020. Circulaban los nombres de María Tato y Ana Muñoz, ambas con amplia experiencia directiva en el fútbol femenino. durante mucho tiempo, semanas, pero ninguno ha avanzado hasta ahora.

División

En este punto, es relevante que los clubes han estado involucrados en dos frentes diferentes en los últimos años, reflejando lo que está sucediendo en el fútbol masculino. Por un lado, FC Barcelona, ​​Real Madrid y Athletic; por otro, todos los demás excepto el Madrid CFF, que está solo. Estos últimos son mayoría y bien podrían imponer un presidente a los demás si se ponen de acuerdo en este punto.

Una vez resuelto el proceso electoral, la nueva Liga Femenina estará inmersa en dos negociaciones distintas. Uno con la RFEF para pactar un convenio de coordinación entre las dos ciudades y otro con los sindicatos para pactar un nuevo convenio colectivo.

Sobre el primero de ellos, Luis Rubiales ya dejó caer este lunes que la federación apoyará lealmente a la Liga «siempre y cuando cumpla las normas de la RFEF, UEFA y FIFA». Una sutil advertencia a los navegantes sobre el empeño del órgano rector en mantener intactas sus competencias, aunque ahora lo son menos dado que ya no es el organizador de la máxima competición del fútbol femenino español.

Este acuerdo de coordinación regula cuestiones cruciales del torneo, como el número de ascensos y descensos, la aprobación del calendario, el precio de las licencias, el número de jugadores no comunitarios permitidos o los pagos que debe realizar la nueva Liga por la servicios prestados. por la RFEF, como el nombramiento de árbitros para los partidos.

sindicatos

El otro gran frente que se abrirá ante los clubes es el vinculado a los derechos laborales de los jugadores. Actualmente está en vigor el que fue el primer convenio colectivo de la historia del fútbol femenino, que se encuentra en un periodo de ultraactividad. En su momento fue un hito, pero apenas un año y medio después ya está desfasado en muchos aspectos.

Las elecciones sindicales de finales de diciembre otorgaron la mayoría sindical a Futpro, el nuevo sindicato que preside Amanda Gutiérrez y que está integrado íntegramente por mujeres. Tienen seis plazas en el banco social, cuatro para AFE y una para Futbolistas ON, UGT y CCOO.

El acuerdo inicial se negoció con la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, pero ahora se tiene que consensuar con la Liga que se forme. Su profesionalización permitirá acabar con la parcialidad (prohibida por ley en las ligas profesionales), recurso que han aprovechado algunos clubes para pagar a sus jugadores un salario inferior al Salario Mínimo Interprofesional. La conciliación familiar y los derechos de imagen serán otros de los puntos clave del nuevo texto.

Televisión

El nuevo acuerdo debe partir de la premisa de un aumento significativo de los ingresos del club. Y más allá de los 31 millones de euros del Fondo Europeo que aportará el CSD para mejorar las infraestructuras, la madre del cordero estará en capacidad de la nueva Liga para firmar un contrato televisivo a la altura de sus expectativas.

Actualmente, debido a la guerra entre clubes, la Primera Iberdrola es una competición mediática casi clandestina, con Teledeporte como única pantalla no privada (hay clubes que ofrecen sus propios partidos en Youtube) gracias a un acuerdo concluido por la RFEF que el Barça Se sumaron el Athletic, el Real Madrid, el Alavés y el Madrid CFF, pero con Mediapro fuera de juego tras años apostando por el fútbol femenino.

A falta de conocer la letra pequeña de los estatutos, ya se ha filtrado que Athletic, Real Madrid y Barça han obtenido una especie de poder de veto para los acuerdos comerciales, consistente en la exigencia del 90% de votos a favor (15 de 16, en práctica) para sellarlos.

En definitiva, las próximas semanas tendrán que demostrar si las muestras colectivas de alegría y satisfacción exhibidas durante el evento en el CSD fueron simulacros o realidad. Quedan muchos capítulos por escribir antes de que se dispute el primer partido de fútbol profesional femenino en España y ninguno parece fácil de escribir.

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