«El bebé sufrió una fractura de cráneo y estuvo ingresado en cuidados intensivos pediátricos. Los médicos estaban convencidos de que se trataba de malos tratos», dijo este lunes uno de los investigadores de la Guardia Civil durante el juicio por el parricidio de Almassora (Castellón), que habló con la madre del bebé -un menor de 17 años que ya ha sido condenado por el juzgado de menores por un delito de homicidio por omisión-. «Dijo que todo fue casualidad, pero también admitió que el padre golpeó al niño porque le molestaba que llorara», dijo el citado agente, quien confirmó que la esperanza de vida del bebé era de apenas «dos o tres días». «.
En la primera jornada del juicio con jurado popular, celebrado este lunes, otro testigo de la Guardia Civil aseguró que los médicos lo habían tenido claro desde el principio y aseguraron que la niña ‘no sobreviviría’ y confirmaron, como había manifestado anteriormente su pareja, que las condiciones en el hogar familiar eran «antihigiénicos».
Antonio Fernández, el joven acusado de matar a golpes a su bebé de diez meses en septiembre de 2020, se negó a declarar en la primera sesión del juicio con jurado popular convocado contra él por la Audiencia Provincial de Castellón. El acusado, de 21 años y en riesgo de una pena de prisión permanente, ni siquiera quiso responder a las preguntas de su propio abogado defensor.
El juicio continúa hoy con una larga lista de 15 testigos. Asimismo, deberá continuar a lo largo de la semana con las declaraciones periciales, las conclusiones y el paso a deliberación del tema del veredicto el día 18.
¿Qué pide el fiscal?
La fiscalía pide que el joven de Almassora sea condenado a prisión permanente revisable por el delito de homicidio y le imputan, además de homicidio, lesiones y violencia doméstica habitual. Y es que desde el nacimiento del bebé, según el relato de la fiscal, el progenitor lo abofeteó, golpeó y mordió, llegando en una ocasión a torcerle el brazo hasta provocarle la fractura oblicua del húmero derecho cuando la víctima tenía tan solo dos años. Meses de edad.
Así, el 13 de septiembre de 2020, el niño empezó a balbucear mientras la pareja estaba junto a él en la casa de la familia Almassora, situada en la calle Sant Pere. Como no podía dormir por este motivo, el imputado se acercó a la cuna de su hijo y “actuando con la intención de acabar con su vida, lo agarró y le dio dos patadas contra la pared, causándole en particular lesiones conductuales consistentes en un traumatismo craneoencefálico en el lado izquierdo”. lado». de la cabeza, que acabó con su vida poco después», según el fiscal.
Los abuelos paternos del bebé fallecido y los padres del ahora imputado no reclaman nada por estos hechos, pero sí la abuela materna del menor, para quien la fiscalía provincial pide una indemnización de 150.000 euros.
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