El Sáhara deja el gobierno

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Es extraño lo que está pasando en el Congreso con la propuesta de no ley sobre el Sáhara que se discutió este miércoles. La votación tendrá lugar dentro de unas horas y el PSOE y Unidas Podemos no se han acercado pese a que el debate previo indicaba que lo harían. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegará a Rabat con una votación de los grupos parlamentarios que no fue precisamente un ejemplo de sintonía: cuando entre en el palacio del rey Mohammed VI, su partido y su compañero de coalición habrán manifestado su distanciamiento en el parlamento Los socialistas votarán en contra de la iniciativa Unidas Podemos.

Hay varios frentes abiertos. El PP se pregunta si apoya o no la iniciativa. El grupo socialista volvió sobre sus criterios iniciales, dispuesto a apoyarlo, y finalmente votará en contra de la iniciativa de sus socios. En un dilema entre el sí y el no, Ciudadanos se mueve, sin embargo, más cerca del rechazo. El PNV, consciente de que sus enmiendas serán rechazadas, prefiere no precisar nada. Los que tienen un voto claro son los grupos que proponen la iniciativa, que son Unidas Podemos, ERC y EH Bildu, además de la CUP, Más País, Compromís… Aquí se une la izquierda a la izquierda del PSOE.

Sin embargo, por muy sincronizados que fueran los avances de las formaciones ante el giro dado por el presidente en la política respecto al Sáhara, sus votos en conjunto no servirían para hacer avanzar al PNL. El giro del PSOE, del que han informado a este medio fuentes de la dirección parlamentaria, sitúa la iniciativa en un pasillo muy estrecho, y todo ello por el tono del representante de Unidas Podemos durante la sesión de este miércoles. Fuentes de «los violetas» desaprueban este giro socialista.

El foco está en el PP, que permanece agazapado, observando las amenazas de los demás. Si los populares caen en desuso, pese a que su portavoz, Cuca Gamarra, ha indicado que no les molesta el «petitum» de la iniciativa, el documento no puede utilizarse para atacar al presidente antes del viaje a Rabat, simplemente porque será rechazado por el Parlamento.

juego de espejos

El portavoz del PSOE en el debate de este miércoles, Sergio Gutiérrez, ha expuesto de forma clarísima la posición de sus siglas políticas: «Estamos de acuerdo con lo que se pide en esta propuesta no de ley, pero no con su exposición de motivos». Teniendo en cuenta que lo que se va a votar este jueves es sólo la petición, de un párrafo, es fácil obtener la decisión correcta del PSOE. Fuentes parlamentarias aún involucradas en las conversaciones dijeron a este medio que si estas pocas líneas de reivindicación política (un PNL es sólo eso: un planteamiento político sin alcance legislativo) se mantienen intactas, los socialistas podrían votar a favor, lo que no sucederá.

Estas líneas son las siguientes: “El Congreso de los Diputados ratifica su apoyo a las resoluciones de la ONU y a la Misión de Naciones Unidas para la Organización de un Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), en el convencimiento de que sólo el diálogo, la negociación y el acuerdo se llevan a cabo de buena fe y de manera constructiva, de conformidad con el derecho internacional, contribuirá a alcanzar una solución política justa, realista, viable, duradera y aceptable para ambas partes en el conflicto político del Sáhara Occidental”.

Por ello, Gutiérrez insistió este miércoles: «Promover el diálogo en Naciones Unidas para, de conformidad con el derecho internacional, buscar una solución justa, viable y duradera es nuestra posición ayer, hoy y mañana». Sin embargo, como usted ha señalado, el «problema de fondo» no es el marco en el que proponer dicha solución, sino «cuál es la solución adecuada». He aquí las diferencias insalvables, y por tanto, la siguiente advertencia: «Estamos de acuerdo con lo solicitado, pero no aceptamos que se utilice para atacar al Gobierno español».

Gutiérrez fue, en parte, retenido. Las fuentes de tu grupo no tanto. Según explicaron, el PSOE escuchó sorprendido y enfadado la intervención previa del representante de Unidas Podemos, Gerardo Pisarello. En el estrado, el diputado por Barcelona dijo que «un Gobierno progresista no puede utilizar un lenguaje ‘cercano al rey de Marruecos’ sin violentar a sus socios y hacer de la realpolitik un ejercicio de cinismo». Previamente, había destacado las contradicciones que, según él, implican defender al pueblo ucraniano frente a la invasión rusa, y al mismo tiempo alinearse con Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental.

«España actuó débilmente y sin principios claros. Marruecos no dejará de presionar. ¿Qué gana España con esto? Nada. Tiene mucho que perder, sobre todo la credibilidad de no respetarse a sí misma. Es necesaria una rectificación», dijo Pisarello, a quien sabe bien en el panorama internacional.

Marta Rosique de ERC y Jon Iñarritu de EH Bildu fueron muy críticos con el PSOE, acusando al líder de violar hasta 64 resoluciones de la ONU. El representante de la formación catalana recordó precisamente que en marzo de 2021 el PSOE había apoyado una propuesta similar a la que se estaba debatiendo.

En su línea, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, aseguró: «Confirmo que el Gobierno está ausente (en el debate, en el que no estuvo presente ningún ministro en ese momento), por lo que deduzco que hará esto que quiere». «. Desde Ciudadanos, Miguel Gutiérrez destacó que los nueve diputados de su partido no votarían por ella.

A medida que el debate tomaba minutos, crecía la expectación por la intervención de la diputada del PP, que era Valentina Fernández, la representante de este grupo en la Comisión de Asuntos Exteriores. Su intervención finalizó con estas palabras: «Decidiremos la votación cuando sepamos cómo va a quedar el texto, pero tened claro que será lo mejor para España».

Por lo tanto, los grupos asisten a un juego de espejos. El Gobierno votará roto, aunque el PSOE transmitió a Unidas Podemos que si se mantiene inalterado el apartado de la petición del PNL, es decir sin aceptar las enmiendas del PNV y de Cs, podría haber unidad. El PP se pronunció en términos similares.

Por tanto, la votación es fiel reflejo de la grave divergencia entre los socios de coalición, que votarán por la ruptura tras la reunión de Sánchez con el nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en Moncloa y antes del viaje del presidente a Marruecos. . Pocas veces antes, una propuesta de no ley había sacudido tanto uno de los cimientos del Estado: su política exterior.

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