El Gobierno marroquí autorizó este viernes a las empresas marroquíes de transporte de pasajeros que conectan los puertos de Marruecos y España a reanudar sus viajes inmediatamente después de dos años de suspensión de las conexiones.
En una carta a la que tuvo acceso Efe, el Ministerio de Transportes y Logística de Marruecos invitó a las empresas que operan en las líneas navieras que conectan los puertos del norte de Tánger, Tánger Med, Nador y Alhucemas con puertos españoles a retomar su actividad.
Asimismo, el documento pide a estas navieras que respeten las medidas sanitarias adoptadas por los dos países para frenar la propagación del coronavirus, como la presentación de una prueba PCR negativa con menos de 72 horas de antigüedad y un certificado de vacunación.
La decisión de las autoridades marroquíes se produce tras la reunión ayer en Rabat del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, con el rey Mohamed VI de Marruecos, para normalizar las relaciones bilaterales mediante la reapertura paulatina de las fronteras terrestres y marítimas, entre otras medidas, en para cerrar los desacuerdos del último año.
Al final de la reunión de ayer, los dos países anunciaron en un comunicado de prensa conjunto que «los enlaces marítimos de pasajeros entre los dos países se restablecerán de manera inmediata y gradual hasta la apertura de todas las frecuencias».
Marruecos cerró sus fronteras aéreas, terrestres y marítimas el 13 de marzo de 2020 por la crisis del Covid-19 y en junio de 2021 reabrió sus enlaces marítimos con los puertos de Sète (Francia) y Génova (Italia), con exclusión de los puertos de España en medio de una crisis diplomática entre Rabat y Madrid.
El desencuentro entre ambos países se desencadenó en abril de 2021 por la hospitalización en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, y la posterior entrada de unos 10.000 inmigrantes irregulares en la ciudad española de Ceuta por la pasividad de los servicios de seguridad. . de Marruecos.
El cierre de los viajes marítimos entre ambos países ha supuesto un duro golpe para millones de emigrantes marroquíes establecidos en Europa, en particular para los cerca de 800.000 que residen en España, acostumbrados a embarcar con sus vehículos en los distintos puertos del sur de España.
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