Cada vez son más las voces que se escuchan a favor de una visión femenina de la salud.
Las razones son muchas, y entre ellas está el hecho bien conocido de que existen patologías que afectan exclusivamente a las mujeres, como la endometriosis.
Pero lo más novedoso es que cada día hay más evidencias de que las enfermedades no afectan de la misma manera a hombres y mujeres.
Por ello, la reunión anual de la Asociación de Cardiología Clínica de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) dedicó una sesión de trabajo a las enfermedades cardiovasculares en la mujer.
Los cardiólogos han revisado las diferencias fisiológicas del corazón femenino, su respuesta al ejercicio y al embarazo, o cómo las hormonas sexuales femeninas determinan los factores de riesgo clásicos para afectarlas de manera diferente a los hombres.
Diferencias entre el corazón de la mujer y el del hombre
Existen grandes diferencias en la fisiología del corazón según el género.
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El corazón de un hombre pesa entre 300 y 350 gramos, mientras que el de una mujer pesa sólo entre 250 y 300.
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Las válvulas coronarias de las mujeres son más delgadas y las arterias coronarias son más estrechas.
Además, la respuesta cardíaca al ejercicio también es diferente en hombres y mujeres.
Así lo explica el Dr. José María Gámez Martínez, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la SEC.
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“El gasto cardíaco previo al ejercicio de las mujeres, es decir, el volumen de sangre que emite el corazón cada minuto, es inferior al de los hombres. En concreto, 4,5 litros por minuto frente a 5 litros por minuto. Pero esto, que a primera vista puede parecer una señal de capacidad cardíaca reducida, cambia drásticamente durante el embarazo, debido a los cambios hormonales».
El cardiólogo explica que:
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“Durante el embarazo, el gasto cardíaco del corazón de la mujer pasa a ser de 7 litros por minuto, lo que indica una alta adaptabilidad y fortaleza del sistema cardiovascular de la mujer”.
Relación entre las hormonas femeninas y la salud cardiovascular
Las hormonas sexuales femeninas son otro tema clave y también juegan un papel clave en el riesgo cardiovascular. A partir de los 50 años, con la llegada de la menopausia, la estrona (principal hormona producida durante esta etapa) provoca una serie de cambios en el organismo femenino.
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Aumento de peso
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aumento de la resistencia a la insulina
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Más síndrome metabólico
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Aumento de la presión arterial.
De hecho, el 50% de las mujeres desarrollan presión arterial alta durante la menopausia.
Sin embargo, aunque las hormonas sexuales femeninas como el estradiol protegen a las mujeres de enfermedades cardiovasculares durante sus años fértiles, el especialista en cardiología advierte que existen otros factores que pueden aumentar el riesgo antes de la menopausia.
Como explica el Dr. Gámez:
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“Las mujeres que durante su edad fértil tuvieron problemas en el embarazo, como hipertensión o diabetes gestacional, parto prematuro, abortos de repetición o bajo peso al nacer, así como aquellas con enfermedades inflamatorias -lupus o artritis reumatoide- o cáncer de mama, aumentan paulatinamente su riesgo cardiovascular.
Por eso, la especialista en cardiología defiende la «necesidad de analizar globalmente el riesgo cardiovascular de la mujer», teniendo en cuenta no solo los factores de riesgo clásicos (colesterol, diabetes, hipertensión, tabaquismo, sedentarismo, mala alimentación o sobrepeso) como ocurre en hombres, sino también todos esos otros factores que modifican el riesgo de las mujeres.
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