Un todo o nada centrado en cuatro partidos. Ahora en 90 minutos o, si hay prórroga, en 120. El último esfuerzo tras once meses de trabajo, 42 partidos de Liga. Tenerife y Girona se disputan el último puesto de ascenso en Primera División, para acompañar a Almería y Valladolid. Un sprint definitivo en el que cada detalle importa más que nunca. Entre ellos, la distribución de minutos y cargas de trabajo. ¿Cómo llegan los dos finalistas al duelo cumbre del domingo en el Heliodoro?
Tenerife y Girona siguieron el mismo camino para enfrentarse en esta final cara a cara, con el matiz de que el conjunto catalán debía jugar la prórroga para poder eliminar al Eibar en su semifinal. Media hora más en Ipurua que al parecer pasó desapercibida en el partido del sábado en Montilivi.
En sus tres partidos -los dos derbis y la visita al Girona- Luis Miguel Ramis utilizó 17 jugadores, mientras que Míchel Sánchez contó con tres más. La plantilla del Girona se duplica con el debut de los canteranos Ureña y Artero en la prórroga del partido del pasado sábado. Para el técnico blanquiazul han sido permanentes el portero Juan Soriano, los defensas Shaq Moore, José León y Jérémy Mellot, y el centrocampista Aitor Sanz. Son los únicos que han participado de principio a fin en los dos duelos ante Las Palmas y también en Montilivi. Por su parte, el técnico madridista ha construido sus bases con el portero Juan Carlos y los defensas Arnau, Bernardo y Santi Bueno. Se jugaron de todo, incluida la prórroga del Eibar.
Centrándonos en el Tenerife, en los tres enfrentamientos salen otros cinco titulares, además de los citados Soriano, Moore, León y Mellot, pero ninguno con minutos completos. Son los casos de Álex Corredera, Víctor Mollejo, Álex Bermejo, Mario González y Enric Gallego. De hecho, Ramis apostó por la misma alineación en los tres partidos, salvo que Sergio González sustituyó a Carlos Ruiz en las visitas a Gran Canaria y Montilivi. A partir de entonces, el once de reserva incluyó a Andrés Martín, Elady, Pomares, Míchel, Sipcic y también, en su momento, a los ya mencionados Carlos Ruiz y Sergio. Los únicos que aún no han debutado con el ascenso son el portero Dani Hernández y los jugadores de campo Álex Muñoz, Samuel Shashoua, Rubén Díez y Nahuel, además de los lesionados Javi Alonso y Pablo Larrea.
Ramis avanzó a través de los playoffs, durante esas dos semanas, con casi la misma alineación inicial. No ha apostado por las rotaciones, aunque no es partidario de usar ese término para describir los matices que introduce en cada once inicial. «Hago cambios, no rotaciones», dijo. “Con las rotaciones parece que tienes titulares y suplentes, y quitas a algunos para darles descanso, pero no es así, aquí tenemos una plantilla que tratamos de gestionar lo mejor que podemos y elegimos la más adecuada para cada partido”, advierte el técnico tinerfeño, que sólo realizó las cinco sustituciones en el segundo partido de la semifinal, el disputado en el estadio de Gran Canaria. En los otros dos, no pasó de cuatro sustituciones.
Por su parte, Míchel hizo un poco de todo: tres turnos en el primer partido, seis en el siguiente -uno más por la prórroga- y los cinco posibles el pasado sábado.
La evaluación de los daños hizo poco para condicionar los planes de cada técnico. Como mucho a Míchel Sánchez, que hace cuatro días no pudo contar con Borja García por la lesión que sufrió en el estadio del Eibar. Por lo demás, inconvenientes aquí y allá, inevitables por la alta exigencia de la competición y muchos de los cuales son heredados de la dilatada trayectoria del calendario liguero. El ejemplo es Pablo Larrea, que fue expulsado un mes antes del ascenso, precisamente por una enfermedad que padeció en Montilivi.
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