Un grupo de prisioneros inició un incendio en la prisión principal de Teherán el sábado, lo que provocó un enfrentamiento entre los reclusos y las fuerzas de seguridad de la prisión, informaron medios estatales iraníes.
Una fuente de seguridad citada por la agencia oficial IRNA indicó que se produjeron enfrentamientos entre presos y funcionarios en la prisión de Evin, la más grande de Teherán, donde se encuentran recluidos los presos políticos.
Los reclusos incendiaron la tienda de ropa, provocando un incendio y creando el caos.
«Ahora la situación está completamente bajo control y se mantiene la paz en la prisión», agregó la fuente.
Un mes de protestas en Irán: la muerte de Masha Amini inspira el desafío a la represión
La agencia judicial Mizan ofreció una versión similar de los hechos y agregó que «el fuego fue contenido y extinguido» por completo.
«La policía ayudó a establecer rápidamente la paz en Evin», dijo el medio, que señaló que el conflicto fue provocado por presos condenados por robos.
«El conflicto ha sido controlado», agregó.
El diario reformista Shargh informa que hubo explosiones dentro de la prisión y que las carreteras de la zona fueron bloqueadas por la policía.
Los activistas mostraron videos de la prisión en las redes sociales en los que se veía un gran incendio y se escuchaban disparos y explosiones.
«Muerte al dictador»
También se escucharon gritos de «muerte al dictador», en referencia al líder supremo de Irán, Ali Khamenei.
La prisión de Evin, ubicada en el oeste de Teherán, cubre un área de 40 hectáreas y algunos de sus módulos están controlados por el poder judicial, mientras que otros están bajo el Ministerio de Inteligencia y el Cuerpo de Inteligencia de Guardias de la Revolución.
Los grupos de derechos humanos denuncian con frecuencia la tortura en esta prisión, que alberga a muchos detenidos considerados presos políticos, así como a detenidos con doble nacionalidad.
La disputa estalla en medio de las protestas provocadas por la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, de 22 años, luego de que fuera arrestada tres días antes por la llamada policía moral en Teherán por considerar que estaba usando el velo islámico en forma incorrecta.
Desde la muerte de la joven kurda, se han producido manifestaciones en muchas ciudades del país, protagonizadas principalmente por jóvenes, y que son fuertemente reprimidas por las fuerzas de seguridad.
La ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo, ha registrado 108 muertos, entre ellos 23 menores, de 11 a 17 años.
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