El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha mantenido este jueves un desayuno de trabajo con su homólogo marroquí, Naser Burita, con quien ha repasado la puesta en marcha de la hoja de ruta acordada entre ambos países la pasada primavera para poner fin a la crisis bilateral provocada por la presencia en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y la avalancha de migrantes que se precipitaron hacia las fronteras de Ceuta. Albares aseguró que los puntos de la agenda se cumplen «punto por punto», lo que permitirá próximamente la celebración de una cumbre «al más alto nivel» entre ambos países «en la última semana de enero o la primera de febrero».
En una rueda de prensa previa a la celebración, en Barcelona, del foro Unión por el Mediterráneo, Albares enarboló como logro de dicha hoja de ruta la reducción del flujo migratorio ilegal procedente de Marruecos «en un 20%», en más de un aumento del comercio del «30%, alcanzando los 7.000 millones de euros». Además, adelantó la próxima reanudación «del tráfico de mercancías por las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla». La celebración de una cumbre hispano-marroquí con la participación de ministros y jefes de Gobierno supondrá un cambio radical en la negativa dinámica de las relaciones bilaterales entre ambos países. Hace siete años que no se produce un acontecimiento así debido al paulatino distanciamiento entre Madrid y Rabat.
cercanamente
Junto al ministro español estuvo su homólogo marroquí que, al igual que Albares, se mostró «satisfecho» con el ritmo de ejecución de los acuerdos, calificando el estado actual de las relaciones entre ambos Gobiernos de «estrecha cooperación», y prometiendo la puesta en marcha de » todos los puntos» contenidos en el plan de trabajo acordado hace unos meses. Preguntado por la polémica suscitada en España a raíz de los hechos vividos el pasado mes de junio, cuando 24 inmigrantes subsaharianos murieron intentando cruzar la valla que separa Melilla del territorio marroquí, Narita afirmó que en su país «estaba abierta una investigación» que produjo «una informe» y que, del documento, «hay lecciones» que aprender. Sin embargo, insistió en el carácter «violento» y «organizado» del flujo de personas que intentan entrar en la ciudad magrebí, sugiriendo en sus declaraciones que la respuesta estuvo a la altura del desafío. Human Rights Watch exigió la apertura de una «investigación independiente e imparcial» para determinar lo sucedido e identificar a los responsables.
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