Fuerte malestar en el seno del PP por las palabras de Irene Montero. Después de que la ministra de Igualdad declarara en pleno del Congreso que el Partido Conservador «promueve la cultura de la violación», la bancada popular se enfureció. Su vocera en el hemiciclo, Cuca Gamarra, pidió la palabra para exigir el retiro de esta declaración y precisó que su formación no tolerará estas acusaciones. A unos metros, en el Hotel Palace de Madrid, Alberto Núñez Feijóo salía de una entrega de premios y volvió a endurecer su tono para defender a sus asistentes: “No se enojen, asuman sus responsabilidades. Y por favor, por favor, no sigan confundiendo a la política española”, concluyó.
El líder de los populares aseguró que Montero «está pasando por sus peores momentos» y vaticinó «que la mayoría de la Cámara y del Gobierno consideran una situación indeseable que Montero siga sentado como ministro». “También entiendo sus dificultades porque se siente responsable de que haya mujeres sin protección y penas que rebajan penas o liberan a los agresores sexuales”, concluyó.
Feijóo, quien ha sido particularmente duro con el Gobierno al constatar «que su único objetivo es controlar las instituciones del Estado» tras la designación del exministro de Justicia Juan Carlos Campo como magistrado constitucional, dijo que atacó al ejecutivo en su conjunto, advirtiendo: «Es es muy grave que el gobierno español sea el primer matón de la política estatal».
“Es todo un aquelarre de eventos con un gobierno en llamas que no hace más que apagar los fuegos que él mismo inicia. Y el problema es que el escándalo del lunes está tapado por un miércoles más grande y el lunes, y el miércoles está tapado por el doble escándalo del sábado. Todo esto es un circo», lamentó el líder de las filas del PP.
Gamarra interviene
El PP insiste en que su indignación es tanto mayor cuanto que quien hace estas acusaciones es un ministro del Gobierno. Fue la portavoz y secretaria general la que tomó la palabra en el pleno para pedir una rectificación de Montero, mirando también al presidente de la Cámara. Gamarra insistió entonces, a su salida del pleno, en que es «inconcebible» que Irene Montero haga la declaración cuando «es su ley la que saca a la calle a los agresores sexuales». «Y en lugar de renunciar, tenemos que aceptar que un grupo que le advirtió de todo esto lo acuse de cultura de la violación».
«Es gravísimo. Alguien así no puede estar ni un minuto más en el Consejo de Ministros porque el Gobierno de España habla por la boca. Todo tiene un límite», concluyó.
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