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Los productos deben estar diseñados para ser reciclados y, una vez finalizada su vida útil, estos mismos residuos deben poder ser valorizados y reintroducidos en la cadena productiva. La economía circular tiene como objetivo, entre otras cosas, reducir el impacto ambiental del ciclo de vida de los productos. Además, representa una oportunidad para promover la inclusión social y laboral, capacitando a las personas con discapacidad para desempeñar un papel activo y acorde a las nuevas exigencias del mercado.
Un futuro más inclusivo
Según el INE, en España hay casi dos millones de personas con discapacidad en edad laboral, pero solo una de cada cuatro trabaja actualmente y los contratos no llegan al 1,6%.
Un operador de Recycling4all en la fábrica de la empresa.
Además, las personas con discapacidad tradicionalmente ocupan trabajos que pueden automatizarse fácilmente y, por lo tanto, están en peligro de extinción. “Hay que incorporar a estos grupos desde el principio. Si no estamos presentes en esta nueva economía, se ampliará la brecha existente entre las personas con discapacidad y las demás”, afirma Daniel-Aníbal García, secretario de Hacienda de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Cocemfe).
Recycling4all es un ejemplo de cómo combinar economía circular e integración profesional. Este proyecto, impulsado por Fundación Repsol e ILUNION, nace para la gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) a gran escala, incluyendo la transformación de materiales como el hierro, el cobre, el aluminio y la tierra que pocos extraen, para que puedan ser reutilizados en otros dispositivos.
Este tipo de residuos es el que más crece año tras año. De hecho, se estima un crecimiento anual de unos 2 millones de toneladas, lo que significa que en 2030 tendríamos un volumen de RAEE, generado solo este año, de más de 74 millones de toneladas. “Es un tema relevante, porque solo el 20% se gestiona correctamente en el mundo”, explica Pedro Antonio Martín, director general de ILUNION Reciclados. Europa es el continente que más RAEE genera per cápita, produciendo algo más de 16 kg por persona al año. Sin embargo, es el continente que mejor trata estos RAEE. “Hemos pasado del 20% en el mundo al 42,5% en Europa, con lo que hemos duplicado los datos de residuos tratados”, explica Martín. En España, cada ciudadano produce una media de 12,5 kg de RAEE al año, una cifra ligeramente inferior a la media europea.
En este escenario, Recycling4all emplea a 109 personas con discapacidad, o el 66% de su plantilla. Cuenta con 12 centros, incluidas dos plantas de tratamiento de residuos, ubicadas en Campo Real (Madrid) y La Bañeza (León). Este último emplea a 59 personas con discapacidad (88% de la población activa) en las zonas rurales, donde este colectivo tiene más dificultades para encontrar empleo.
En opinión de Pedro Antonio Martín, esta actividad debe convertirse en un referente, ya que “ha sido capaz de crear una unidad de apoyo para acompañar a los trabajadores en todo momento y valorar si son necesarias adaptaciones en el puesto de trabajo”.
Como hemos visto, la economía circular es un motor económico y social, que no solo contribuye a reducir los residuos que generamos, sino también a reducir la huella de carbono en los procesos de elaboración de los productos. Es también una oportunidad para crear puestos de trabajo y, de paso, para ofrecer oportunidades de inserción laboral a las personas con discapacidad, que quieran y puedan participar también en este cambio.