El Gobierno de coalición atraviesa una de sus mayores crisis legislativas y las tensiones han dejado fuera de combate a Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda del gobierno se encuentra desde este lunes en México, donde mantiene encuentros con representantes de la cultura, la política y la economía. En su ausencia, Irene Montero asumió como líder del ala morada de la coalición y se convirtió en el ariete contra el PSOE, en lo que parece ser una disputa abierta por el liderazgo dentro de Unidas Podemos.
Díaz es, al menos en papel, el líder del espacio. Pero el partido fundado por Pablo Iglesias ya pone condiciones para que la líder acceda a esta categoría, y advierte que habrá que cerrar un «pacto de coalición» para ver si acceden o no a sumarse a su posible candidatura. Mientras tanto, Podemos ha lanzado el perfil de candidata de Irene Montero para, llegado el caso, poder enfrentarse electoralmente a la gallega. Y fue precisamente ante la ausencia del vicepresidente segundo del Gobierno cuando Podemos, con Montero al frente, tomó las riendas de la situación, marcando el debate público y político, y abriendo una espiral de confrontación en el seno del Gobierno. Una escena de la que Yolanda Díaz es la gran ausente.
La campaña abierta en el seno del partido para elogiar a Irene Montero comenzó la semana pasada, tras días de rebajas de penas y excarcelaciones de agresores sexuales condenados. La ministra de Igualdad fue cuestionada dentro del propio Gobierno por la ley del “solo sí es sí”, pero los ataques de Vox desde el Congreso de los Diputados provocaron un apoyo cerrado de la izquierda. Montero, a quien la oposición culpó de la reducción de penas, dijo que fue víctima del machismo y de una campaña de «violencia política» que había estallado en el Parlamento pero que había sido perpetrada, según su tesis, por los medios de comunicación y la justicia.
Tras la tregua sellada por la izquierda, la ministra de Igualdad retomó el liderazgo a primera hora de este lunes. Intentando salir de la polémica del único sí es la ley sí, lanzó una ofensiva dentro de la coalición: endureció su tono contra el PSOE y denunció públicamente su posición sobre la ley trans, acusándolos de «no querer Aceptar». . La acusación del ala socialista logró marcar el debate público de la semana, acentuando las diferencias y sentando las bases para toda una semana de confrontación al interior del gobierno.
Desde México, Yolanda Díaz se expresó tímidamente sobre el debate, mostrándose «a favor de los derechos de las personas trans» y recordando que la norma «es un acuerdo y un compromiso del gobierno», defendió Laborista también en la cabecera del cartel. quien evitó entrar al enfrentamiento. dinámico, manteniendo un perfil bajo frente al líder «in pectore» de Podemos.
Ese mismo día, Irene Montero volvió a enfrentarse a Moncloa por los pormenores de la ley de trata, donde Podemos quería incluir la concesión de permisos de residencia a las víctimas inmigrantes indocumentadas. Tras estas tensiones y la noche del lunes, el Ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra se sumó a la ofensiva para denunciar públicamente que el ala socialista había aplazado la aprobación de la ley de familia, que debía aprobarse esta semana en Consejo de Ministros. La pelea continuó este martes, con una nueva denuncia del ala morada, esta vez relacionada con la Ley de Bienestar Animal, ante la negativa del PSOE a retirar la enmienda que deja fuera de la norma a los perros de caza. Una serie de desencuentros que Pablo Echenique atribuyó a un «cálculo electoral» de los socialistas, insistiendo en la herida ya abierta en la coalición.
Y la agitación no se limitó al ámbito legislativo. Escrivá ha propuesto un nuevo cálculo de las pensiones al que se opone Unidas Podemos. El segundo vicepresidente, de México, criticó este cambio de México, pero la poca repercusión hizo que el debate quedara en un segundo plano.
Esta misma semana, además, una investigación internacional volvió a poner a Fernando Grande-Marlaska en el detonante del drama de Melilla, al revelar unas imágenes en las que un policía marroquí arrastra un cadáver desde España hasta el país vecino. Unidas Podemos también advirtió que el ministro del Interior ‘debe aceptar la dura realidad de lo ocurrido en Melilla o la dura realidad acabará con Marlaska’, pero la ausencia de una voz fuerte confundió a la minoría socia de la coalición, que llama la atención en el caso. derechos humanos e inmigración, una de las banderas de Unidas Podemos.
Las cuotas de desconfianza han aumentado notablemente en los últimos días. La ausencia de Yolanda Díaz, que siempre ha abogado por «huir del ruido interior», abrió el camino al choque liderado por Podemos y dirigido por Irene Montero. La ministra de Igualdad intenta representar el perfil «duro» del espacio dentro de la coalición ante las concesiones que cree que el presidente está haciendo a los socialistas. En el ala morada del gobierno coexisten estos dos modelos de liderazgo. Y uno de ellos, en ausencia del otro, llevó a la coalición a niveles máximos de tensión.
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