Farmacias rurales | El Gobierno acude en ayuda de más de 2.000 farmacias rurales amenazadas de desaparición

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De las más de 22.000 farmacias que hay en España, unas 4.500 están en zonas rurales. De ese número, poco más de 2.100 se encuentran en localidades de menos de 1.000 habitantes. La continuidad de estas oficinas, como viene señalando desde hace tiempo la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR), está seriamente amenazada. Muchos han cerrado en los últimos años. Por ello, SEFAR celebra que esta semana el Consejo de Ministros haya aprobado la modificación del Real Decreto 823/2008 por el que se actualizan las ayudas a las pequeñas boticas cuya viabilidad económica se vea comprometida, las denominadas farmacias VEC. Un paso positivo, dice el presidente de la sociedad científica, Jaime Espolita, a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica: “Que se pusieran manos a la obra me parece digno de mención.

Las oficinas de farmacia con un máximo de 1.500 habitantes empadronados se beneficiarán del aumento

La modificación del real decreto -que fija los márgenes, reducciones y descuentos para la distribución y entrega de medicamentos, actualizando al alza la retribución que perciben las farmacias VEC- supone que se beneficiarán del incremento del 17,5% correspondiente a la aplicación del margen índice corrección, farmacias en centros con un máximo de 1.500 habitantes empadronados, o en otros municipios “en los que la autoridad competente delimite y señale como riesgo de tener cobertura o acceso adecuado a los servicios farmacéuticos”, según explicó el Ministerio de Salud.

riesgo de despoblación

Lo que pretende el Gobierno es garantizar el suministro farmacéutico en zonas rurales en riesgo de despoblación, en una España vacía. Entre las condiciones exigidas para poder acceder a las ayudas está que las ventas anuales de las oficinas de farmacia no superen los 235.000 euros durante el ejercicio fiscal correspondiente al año natural anterior. Así, del máximo actual de 833,33 euros que puede cobrar una farmacia VEC al mes, se pasaría a 979,16 euros. Además, entre otros requisitos, la farmacia deberá haber prestado sus servicios durante los 12 meses del año natural anterior.

En España, algo más del 3% de las farmacias (713) están afectadas por el índice corrector. Del total de oficinas potencialmente beneficiadas por la aplicación de este marcador, el 80,22% (574) están ubicadas en municipios de menos de 1.500 habitantes.

una medida positiva

“Creemos que es un paso positivo siempre que la Administración esté concienciada con el tema de la viabilidad de la farmacia rural y con todas las cuestiones que hay actualmente en torno a la sanidad nos parece digno de mención el hecho de que se hayan puesto manos a la obra con ella. «, dice el presidente de la SEFAR cuando este periódico le pide una valoración de la aprobación de la normativa. Jaime Espolita tiene una farmacia en Cabrillanes (León), una de estas localidades de menos de 1.500 habitantes (tiene menos de 800).

Espolite lleva años gestionando un SOS para farmacias en zonas despobladas. Porque, explica, “lo que se aprueba es una actualización más de las retribuciones en función del IPC, que no se hacía desde la aprobación del real decreto inicial”. Lo que considera especialmente importante “es que este factor de corrección de márgenes solo se aplique a las farmacias rurales o ubicadas en zonas desfavorecidas ya que, hasta ahora, se aplicaba de la misma forma a todo tipo de farmacias, fijando como criterio únicamente la facturación anual. tarifa de esta farmacia”.

“Cerrar una farmacia en una población aislada no tiene las mismas consecuencias, en términos de salud pública, que una en un área urbana o semiurbana”, advierte el presidente de la SEFAR

Con ello, la Administración “especifica qué oficinas de farmacia son las que considera imprescindibles para garantizar la cohesión y la igualdad de acceso a los medicamentos”. Desde la SEFAR, añade, tienen «un gran respeto por todos nuestros compañeros y consideramos excelente el trabajo que realiza la farmacia comunitaria, pero la verdad es que no tiene las mismas consecuencias, en cuanto a la salud pública, el cierre de una farmacia en una población rural aislada que el cierre en un entorno urbano o semiurbano».

Farmacéuticos rurales se quejan de demasiadas guardias o de la imposibilidad «de conciliar al mínimo la vida personal y la vida profesional»

Esta última siempre ha sido una reivindicación de la SEFAR: la farmacia rural no sólo tiene “un problema de inviabilidad económica derivado de un modelo retributivo incompatible con nuestro modelo de planificación, sino que a él se le añaden otro tipo de sanciones”. El presidente de los farmacéuticos rurales cita el excesivo número de guardias -hasta 6 meses al año-, la ausencia total de servicios en sus municipios o incluso la imposibilidad absoluta “de conciliar un mínimo la vida personal y la vida profesional; hechos que no sufren de ningún otro tipo de farmacia».

“Nunca entendimos que no se consideraran esenciales y se pusieran medidas para garantizar su subsistencia”, dicen desde SEFAR

Y abunda: si a esto le sumamos que estas oficinas de farmacia “son la única justificación de nuestro modelo restringido de apertura de farmacias, nunca hemos entendido que no se consideraban imprescindibles y se han puesto medidas para garantizar su subsistencia”. La vérité, admet Jaime Espolita, est qu’il semble «que l’Administration ait compris ce fait et se soit rendu compte qu’il n’est pas possible de légiférer de la même manière pour tout le monde dans un secteur aussi hétérogène que el nuestro».

El farmacéutico Requejo, en Zamora

Originaria de Requejo, de apenas 150 habitantes, en la comarca zamorana de Sanabria, donde regenta la farmacia, Elena Amaro también valora positivamente la normativa. Zamora, describe Amaro, tiene un 82% de farmacia rural, y con datos al cierre de 2021 había 91 boticarios en localidades de menos de 500 habitantes. En la gran mayoría, sólo trabaja el propietario. Amaro, por ejemplo, tiene que repartir medicinas a pueblos cercanos a Requejo. Le gusta llamarlo «atención farmacéutica a domicilio», porque no se trata única y exclusivamente de llevar el bolso de medicamentos a los pacientes, sino de explicarles cómo tomar los nuevos que les han recetado, despejando cualquier duda. ..

El trato de los farmacéuticos con sus vecinos es muy cercano. Conocen sus enfermedades y sus tratamientos. Por tanto, en la línea de lo que apunta la presidenta de la SEFAR, Elena Amaro también valora positivamente las nuevas ayudas aprobadas por el Gobierno pero, matiza a este diario, “necesitamos medidas estructurales para que la farmacia rural se mantenga porque, añade, tienen ciertas particularidades que las oficinas en poblaciones más grandes no tienen: baja facturación, gran número de guardias, falta de servicios, aislamiento…

“A lo que aspira nuestra empresa es a la implantación de medidas -cambios en el modelo retributivo, adición del pago por servicios farmacéuticos profesionales y dependencia en menor medida del precio del fármaco- que hagan innecesario recurrir a factores correctores del margen , subvenciones o ayudas, creemos que sería beneficioso para todo el sector”, concluye Jaime Espolita.

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