El club de países industrializados del G7 y Australia acordaron este viernes un tope de 60 dólares por barril de crudo ruso transportado por mar, de acuerdo con la decisión de los países de la Unión Europea (UE). Con este paso, Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Italia, Francia y Alemania -que ostenta la actual presidencia- pretenden evitar que Rusia «se beneficie de su guerra de agresión contra Ucrania», señalaron en un comunicado. Además, la medida, que entrará en vigor el 5 de diciembre o «poco después», tiene como objetivo «apoyar la estabilidad de los mercados energéticos mundiales y minimizar los efectos económicos de la guerra de agresión de Rusia, en particular para las personas de bajos y medianos ingresos». países». .»
Para implementar la decisión, los miembros del Club de los Siete prohibirán a sus compañías navieras que brinden servicios que permitan el transporte global de crudo ruso y sus derivados a menos que se compren al precio especificado o por debajo del mismo. “Reafirmamos nuestra intención de eliminar el crudo y los derivados del petróleo de origen ruso de nuestros mercados internos. Este compromiso no se modifica por el establecimiento del techo”, subraya la nota de prensa.
Por el contrario, la medida tiene como objetivo permitir un suministro de energía estable a terceros países al tiempo que limita los ingresos de Rusia, dijo el G7. Con ella no se perjudican los intereses económicos de estos terceros países, ya que las importaciones por debajo del techo “contribuirán a frenar los precios de la energía y limitar la capacidad de Rusia para seguir beneficiándose de los beneficios extraordinarios que ha obtenido con la guerra”.
Si bien el tope entrará en vigencia a partir del próximo lunes 5 de diciembre, se incluirá una excepción temporal para permitir transacciones que afecten al crudo que ya haya sido cargado a bordo del buque correspondiente antes de esa fecha. El club de los siete también se compromete a coordinar la implementación del tope en la medida de lo posible para minimizar la carga resultante para las empresas.
Por otro lado, el comunicado reiteró el objetivo del G7 de introducir un tope a los derivados del petróleo de origen ruso a partir del 5 de febrero de 2023, y agregó que habrá límites diferentes para los productos de alto y bajo valor. Finalmente, los países se reservaron la posibilidad de revisar el precio y ajustarlo «si es necesario», teniendo en cuenta factores como su efectividad y su potencial impacto para el club y sus aliados.
Los países de la UE también alcanzaron este viernes un acuerdo para fijar un techo de 60 euros por barril, en un momento en el que la moneda comunitaria está casi a la par del dólar. Esta decisión no afectará directamente al bloque comunitario, que aplicará un embargo total al crudo ruso a partir del próximo lunes -a excepción del que compra Hungría por oleoducto- aunque prohibirá a las navieras europeas transportar crudo ruso a terceros países si vendido por encima del precio establecido.
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