El Consejo de Seguridad de la ONU renovó este lunes por otros seis meses el mecanismo transfronterizo que permite la entrega de ayuda humanitaria a los últimos bastiones rebeldes en el noroeste de Siria y del que dependen unos cuatro millones de personas.
La decisión se tomó con el apoyo de los quince miembros del Consejo, incluida Rusia, que ha sido muy crítica con este sistema y ha utilizado su derecho de veto en los últimos años para cortarlo.
Con la aprobación de esta resolución, la ayuda podrá seguir entrando en la provincia siria de Idlib y partes de la vecina Alepo desde Turquía sin pasar por manos del Gobierno de Damasco, que no controla estos territorios.
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