Gazir venció a Chuty en una de las batallas de todos los tiempos, con más de la quinta temporada del Campeonato de España de Freestyle Master Series (FMS) en juego, ante las abarrotadas gradas del Palacio de Vistalegre (Madrid).
Por mucho que Gazir sea una realidad desde su primera aparición oficial —Final Regional de la Red Bull Batalla de Alicante (2017)—, un ‘freestyler’ de élite absoluta, con actuaciones inmaculadas y apabullantes, y el gran favorito de las competiciones más prestigiosas en la disciplina, ya numerosa en su escaparate, la victoria que cosechó ante el Chuty por el título de la FMS España es una consagración. Supone un punto de inflexión en su carrera por el simbolismo que asume la leyenda de su rival.
Un año después de perder la final de todo o nada de FMS España de la temporada pasada ante Bnet, Gazir ha tomado otra prueba más de su mentalidad competitiva inquebrantable para completar su propia redención.
En este caso, en el duelo decisivo con el anillo de campeón en juego, no es Bnet, que siguió con atención la coronación desde el banquillo e hizo los honores en la entrega, sino Chuty.
Oviedo y Vallecano cerraron con nota alta la mayor rivalidad en números, constancia y nivel de la historia de la Liga: llegaron empatados a 28 puntos en lo más alto de la tabla tras once jornadas agotadoras e inmaculadas.
El asturiano, actual Campeón Internacional de la FMS y Vicecampeón Internacional de Red Bull Batalla desde diciembre de 2022, ha culminado una carrera de ensueño mientras acaba con el legado de Chuty en la FMS.
El madrileño, de vuelta en la liga tras estar ausente el año pasado, presumía de haber ganado las tres ediciones en las que había estado presente con una fuerza arrolladora. Nadie había podido desafiar su reinado hasta el momento, mientras que el joven Gazir sienta las bases de una nueva era en la disciplina.
El acto reunió devotos de todo el país en el Palacio de Vistalegre, el estadio que coronó por primera vez a Gazir, en la localidad de Chuty, deseosos de disfrutar de la mejor batalla que se podía ver en España.
No solo por la actuación de los dos contendientes o la preparación del resultado, sino también por el enfrentamiento generacional, así como por el potencial de intriga o conflicto conceptual entre dos de las mentes más brillantes que ha acogido la disciplina.
Al imponente Chuty (casi dos metros) le faltaba, por primera vez en su carrera que se remonta a los orígenes de la disciplina, talento diferencial para sustentar en creatividad el ritmo irreal del joven y pequeño Gazir (1,60 cm.). , agilidad e ingenio. Por ello, intentó acudir a un resquicio argumental con el que pretendía despojar al personaje del asturiano por su forma de entender el «freestyle», una concepción que él mismo generó.
Gazir defendió la improvisación como disciplina competitiva hasta que la perfeccionó y fue el mejor en el juego que inventó Chuty.
La batalla se planteó en la excelencia desde el inicio y, pese a la repercusión inicial del planteamiento de plató de Chuty, el balear consiguió equilibrar la balanza de reacción a los estímulos y reformulando los ‘chunchlines’ del Madrid.
El anillo había que decidirlo en la réplica y, una vez allí, la tónica de la final ya se había girado por completo hacia el asturiano, implacable en cada golpe.
Así, con Gazir emocionado sobre el escenario con la bandera de Asturias al cuello, finalizaba la quinta temporada de FMS España y se fraguaba su primer título liguero.
A su lado, Chuty, tan desanimado como Hander y Mr. Ego, que se encontraban en el descenso, y tan indeciso sobre el futuro como Tirpa y Sara Socas, que deberán superar un «playoff» para conservar su plaza en la liga. Eso sí, vio desmoronarse su reinado, quién sabe si para dar paso a una nueva era.
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