Durante su visita a Kiev hace poco más de una semana, los representantes de la Unión Europea no se fueron con las manos vacías. Para sorpresa de todos, el Alto Representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que viajó con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, prometió a Volodímir Zelenski duplicar el número de soldados que la UE entrenará dentro de la Misión Europea de Asistencia Militar. y aumentar de la cuota actual comprometida de 15.000 soldados a 30.000 antes de finales de 2023. Entrenar más soldados y más rápido. Esto convertiría a la Unión Europea en el «primer proveedor de formación para el personal ucraniano», en palabras de Borrell, «lo que incluirá el uso de tanques Leopard 2», aprobado recientemente para su envío a Ucrania.
Este esfuerzo está liderado en particular por Polonia y Alemania, aunque 24 países miembros han ofrecido módulos de formación. España, de momento, acoge a 198 ucranianos, pero tiene una capacidad de 400, aseguran fuentes diplomáticas, que subrayan que dependen de los hombres y mujeres de los que Ucrania pueda prescindir en el esfuerzo bélico inmediato.
Son civiles ucranianos con poca experiencia militar que son entrenados por las Fuerzas Armadas españolas en un programa que dura unas cinco semanas. 192 de ellos llegaron directamente desde Ucrania el 12 de enero y se dirigieron directamente al centro de coordinación de formación en Toledo. Estaban acompañados por otros siete ucranianos, incluidos oficiales militares de enlace y traductores. En principio, su entrenamiento debería terminar en los próximos días, y queda por ver cuántos ucranianos vendrán en la segunda ola prevista.
Se trata de acelerar la fuerza con la que Ucrania puede resistir los previsibles ataques del ejército ruso. El conflicto está estancado en una guerra de desgaste, a pesar de que hace un año que Vladimir Putin ordenó la invasión. Ucrania ya no es capaz de recuperar terreno como lo hizo en la segunda mitad del año pasado, aunque tampoco lo pierde. Los países aliados envían armamento cada vez más pesado, incluidos sistemas antiaéreos, misiles y tanques, como el Leopard, el Abrams o el Challenger, que están a punto de llegar.
La mayoría de los ucranianos entrenados por España son civiles sin experiencia militar previa. Hay cuatro mujeres y el resto son hombres jóvenes, con edades entre 19 y 45 años (el promedio es de 29), según información de la última edición de la Revista del Ministerio de Defensa. Entre ellos, el 20% están casados y el 10% tienen estudios superiores. Este es el segundo grupo que recibe formación en España. Los primeros eran 64 hombres que habían sido reclutados sólo para la guerra, mientras que los del actual contingente han firmado un alistamiento de tres años en el ejército de su país y proceden de un centro de entrenamiento militar al norte de Kiev. Recibieron formación en sistemas antiaéreos en la base de Zaragoza y en artillería de campaña en la base Álvarez de Sotomayor, en Viator (Almería).
En la Academia de Infantería de Toledo se les entrena en tiro de precisión, limpieza de minas o acción contra distintos tipos de artefactos explosivos, así como en el uso de baterías antiaéreas.
A los civiles hay que sumar los soldados ucranianos que recibieron entrenamiento en la base de El Copero (Sevilla), donde aprendieron a utilizar los sistemas de misiles antiaéreos Hawk. España donó seis a Ucrania para defenderse de los ataques con drones rusos. El entrenamiento estuvo a cargo del Regimiento de Artillería Antiaérea 74.
España también brinda atención médica a algunos soldados ucranianos. Desde el inicio del conflicto, España ha atendido a 43 soldados ucranianos heridos, 25 de los cuales han regresado a su país, informa Defensa en su revista. Actualmente, hay cuatro heridos en el hospital Gómez Ulla de Madrid y catorce en el hospital militar de Zaragoza.
.