¿Que es eso? ¿Cuáles son sus causas y cómo se lleva a cabo el tratamiento?

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Los tendones son tejidos fuertes y fibrosos que unen los músculos a los huesos. En anatomía, se consideran un tipo de tejido conectivo, que se conecta a todos los músculos del cuerpo. Por lo tanto, son esenciales para que el sistema musculoesquelético realice sus funciones.

Para tener una idea de cuantos tendones tenemos en el cuerpo -Dra. Lledó Batalla, especialista de la unidad de hombro del Servicio de Traumatología Lenox de Clínica Corachan, nos dice- “pensar en el sistema musculoesquelético.

Está formado por alrededor de 650 músculos, y al menos cada uno de ellos tiene una estructura tendinosa. También hay que tener en cuenta que ciertos músculos como los extensores o flexores de los dedos de manos y pies tienen 4 o 5 tendones en su parte distal (hacia los dedos)”.

Los tendones se encuentran en cada extremo donde termina y comienza un músculo. Los más conocidos son:

  • Tendón supraespinoso.

  • Cuádriceps y tendón rotuliano.

  • Tendones de las patas de gallo.

  • Tendón de Aquiles.

  • Tendón largo del bíceps.

  • Aparece la tendinitis

    La tendinitis es una inflamación o irritación de los cordones fibrosos que conectan los músculos con los huesos, los tendones. Es un trastorno que causa dolor y sensibilidad en el área de la articulación.

    El origen de esta inflamación, la tendinitis, suele ser el sobreesfuerzo repetitivo del músculo, sin dar tiempo al descanso, o por un esfuerzo al que el paciente no está acostumbrado.

    La tendinitis se manifiesta por un dolor clínico en el tendón afectado cuando se solicita en ciertos movimientos. Tal y como explica el Dr. Batalla, “el dolor suele aumentar tras el ejercicio y mejora con el reposo de los músculos implicados”.

    Las contracturas, por su parte, diferencia a la especialista de la Clínica Corachan, “son un acortamiento de las fibras musculares por un estrés excesivo sobre las mismas. Un movimiento brusco, una tensión muscular sostenida, un cambio brusco de temperatura o una mala postura pueden provocar una contractura.

    En caso de contractura, su manifestación clínica es dolor en los movimientos en los que participa el músculo afectado, e incluso dolor en reposo. En la exploración, dice el traumatólogo, «a la palpación se nota una induración del músculo que, si es importante, se ve incluso visualmente».

    Las contracturas suelen mejorar con la aplicación de calor local durante 20 minutos, “pero el tratamiento más definitivo es el masaje o el abordaje de los puntos gatillo musculares con acupresión (técnica de Jones) o punción seca”, indica el Dr. Lledó Batalla. .

    tendinitis mas comunes

    Las tendinitis más frecuentes de los miembros superiores son las del supraespinoso y el bíceps del hombro. Epicondilitis (codo de tenista) y epicondilitis (codo de golfista) en el codo, así como tendinitis de De Quervain, en la base del pulgar. En los miembros inferiores, la tendinitis más frecuente es la de los músculos abductores de la región inguinal, la tendinitis del cuádriceps, a nivel de la rodilla, y la tendinitis de Aquiles, localizada en la parte posterior del pie.

    Aunque la tendinitis puede ser causada por una lesión repentina, es mucho más probable que la enfermedad resulte de la repetición de un movimiento en particular a lo largo del tiempo.

    Los signos y síntomas de la tendinitis generalmente ocurren en el punto donde el tendón se une al hueso y generalmente incluyen:

    • Dolor que generalmente se describe como un dolor sordo, especialmente cuando se mueve la extremidad o articulación afectada.

    • Sensibilidad.

    • ligera hinchazón

    Muchas personas contraen tendinitis porque su trabajo o pasatiempos implican movimientos repetitivos, lo que ejerce presión sobre los tendones. El uso de la técnica adecuada es especialmente importante cuando se realizan movimientos atléticos repetitivos o actividades relacionadas con el trabajo. Una técnica incorrecta puede sobrecargar el tendón, lo que puede ocurrir con el codo de tenista, por ejemplo, y provocar tendinitis.

    Por lo general, el médico puede diagnosticar la tendinitis solo con el examen físico. Es posible que se soliciten radiografías u otras pruebas de imágenes si es necesario para descartar otras afecciones que puedan estar causando sus signos y síntomas.

    La mayoría de los casos de tendinitis responden a medidas de autocuidado. Como dice el Dr. Batalla, «se debe consultar al médico si los signos y síntomas persisten e interfieren con las actividades diarias durante más de unos pocos días».

    Las tendinitis y las contracturas pueden ser diagnosticadas por el médico de familia y se puede iniciar el tratamiento sin necesidad de acudir a urgencias.

    Tratamiento

    Los objetivos del tratamiento de la tendinitis son aliviar el dolor y reducir la inflamación. A menudo, señala el especialista de Clínica Corachan, “cuidarse uno mismo de la tendinitis -con reposo, hielo y analgésicos de venta libre- es el único tratamiento necesario”. Si se trata de una tendinitis leve, es posible que haciendo reposo del ejercicio y aplicando frío local, en 2 o 3 días, el tendón esté completamente recuperado.

    Con reposo, frío y analgesia, el tendón reacciona disminuyendo el proceso inflamatorio y mejorando los síntomas.

    Sin el tratamiento adecuado, señala Batalla, «la tendinitis puede aumentar el riesgo de rotura del tendón, una condición mucho más grave que puede requerir cirugía».

    También explica que “si la irritación del tendón persiste durante varias semanas o meses, se puede desarrollar una condición conocida como ‘tendinosis’. Esta enfermedad consiste en cambios degenerativos en el tendón, así como en el crecimiento anormal de nuevos vasos sanguíneos.

    La prevención

    Para reducir el riesgo de sufrir tendinitis, el Dr. Batalla apunta varias sugerencias:

    • Relajarse. Evite actividades que ejerzan una presión excesiva sobre los tendones, especialmente durante períodos prolongados. Si se nota dolor durante un ejercicio en particular, debe detenerse y descansar.

    • Combinación. Si un ejercicio o actividad le causa un dolor persistente particular, pruebe con otra cosa. Los ejercicios con máquinas pueden ayudar a combinar ejercicios de carga de impacto, como correr, con ejercicios de bajo impacto, como andar en bicicleta o nadar.

    • Mejora la técnica. Si su técnica en una actividad o ejercicio es deficiente, puede ponerse en riesgo de tener problemas en los tendones. Considere tomar clases o recibir instrucción profesional cuando comience un nuevo deporte o use equipo de ejercicio.

    • Estirar. Después del ejercicio, tómese un tiempo para estirarse para maximizar el rango de movimiento de sus articulaciones. Esto puede ayudar a minimizar el traumatismo en los tejidos tensos. El mejor momento para estirar es después del ejercicio, cuando los músculos se han calentado.

    En cuanto a la alimentación, no se ha descrito claramente ningún alimento que pueda modificar la incidencia de tendinitis. Sin embargo, existen hábitos que pueden ayudar a prevenir la tendinitis. El traumatólogo de Clínica Corachan enumera algunos de ellos:

    • Utilizar una ergonomía correcta en el lugar de trabajo. Si es posible, se debe realizar una evaluación ergonómica de la estación de trabajo y se debe ajustar la silla, el teclado y el escritorio siguiendo las recomendaciones basadas en la altura individual, la longitud del brazo y las tareas típicas. Esto ayudará a proteger todas las articulaciones y tendones del estrés excesivo.

    • Preparación de los músculos para el deporte. Fortalecer los músculos utilizados en la actividad o el deporte puede ayudarlos a soportar mejor el estrés y la carga.

    Se sabe que la tendinitis es más común en personas cuyos trabajos implican movimientos repetitivos, posiciones incómodas, levantamientos de techo frecuentes, vibraciones o esfuerzo físico intenso.

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    Es más probable que tenga tendinitis si practica ciertos deportes que involucran movimientos repetitivos, especialmente si su técnica no es óptima. Esto puede suceder con el béisbol, el baloncesto, los bolos, el golf, las carreras, la natación y el tenis.

    Y es que, el Dr. Lledó Batalla también advierte que también hay que tener en cuenta que “a medida que las personas envejecen, sus tendones se vuelven menos flexibles, lo que las hace más vulnerables a lesionarse”.

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