El parón de Vinicius ante el Moncayola en el minuto 2 de la final de Copa, que acabó con el gol inicial de Rodrygo, anticipó una noche de apuros para Jon Moncayola. El chico navarro del Jagoba Arrasate es la solución para el lateral derecho de Osasuna que se encontró lidiando con las lesiones de Nacho Vidal y la falta de confianza en las virtudes defensivas de Rubén Peña, que jugó la final como extremo.
Y Moncayola se encuentra donde lo pusieron, pero no nació atrás. Algo que aprovechó Vinicius para dar impulso al ataque del Real Madrid por la banda izquierda, mientras desde la grada de La Cartuja, con el conjunto blanco ya en la delantera, se coreaban ‘¡Viva España!’. estaban siendo escuchados. Era la manera de responder de los madridistas a los osasunistas que silbaban el himno y el rey antes del partido.
Vinicius se vuelve loco
Las cosas se complicaron aún más para Osasuna con la cartulina que vio Moncayola en el minuto 20. Pero luego ha pasado tantas veces lo que le pasa a Vinicius: que las faltas rivales le vuelven loco (sancionado o no por el árbitro) y le hacen perder el foco en el fútbol.
El brasileño ya había mostrado su enfado contra el sistema arbitral al comienzo del partido. Completó la barandilla con los futbolistas de Osasuna, pero cuando sus compañeros fueron a completar este trámite con Sánchez Martínez y el resto de colegiados, Vinicius decidió ir a su banquillo a quitarse la sudadera con la que había posado durante el himno.
Su enfado llegó al borde del descanso, encaró a David García y le tocó el pelo a modo de burla. Fue Vinicius el que vio la amarilla y no se la tomó bien. Hasta el punto de que, de paso por el túnel de vestuarios, se enfrentó al banquillo osasunista. Chimy Ávila, de sangre caliente, saltó a buscarlo, pero Rüdiger y Lucas Vázquez se bajaron rápidamente para evitar un lío.
La discusión con Ancelotti
«¿Por qué estás hablando?» Carlo Ancelotti parecía decirle entre un momento y otro, entre la tarjeta y su desafío al banquillo de Osasuna. Volvió a enfadarse el italiano, que aunque sigue siendo protector, ya le ha enviado un mensaje público al respecto y ha intentado hablar con él para controlar su enfado. El jugador y el técnico mantuvieron una breve charla sobre el césped de La Cartuja y es algo que empieza a repetirse.
La cosa es que, entre unas cosas y otras, Vinicius pareció alejarse del partido. Su gran actuación en la primera parte, en la que perdonó el Real Madrid, se diluyó por completo tras el descanso.
Participó en los dos goles
Pero nada más pisar el césped el Chimy, casualidad o no, el brasileño se reactivó. Como si solo hubiera parado, volvió a ganar la línea de fondo, pasa el regate, llega el regate, para mandar el balón al corazón del área. Fue la jugada que, tras un primer intento de Kroos, acabó en el segundo gol del Real Madrid, el segundo también del compañero Rodrygo.
Con Osasuna tumbado, protagonizó varios ataques prometedores. Incluso fue capaz de marcar, ya en el minuto 90, en un contragolpe en el que se mostró demasiado generoso, cediendo el balón a Benzema (y muy mal también) cuando tenía una buena oportunidad de tiro.
No era necesario. El Real Madrid aguantó los últimos embates de los navarros y consiguió su 20º título de Copa, el primero de Vinicius, que tuvo una tarde (casi) completa.
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