Miquel Jaume, fundador de Palma Futsal hace veinticinco años, se beberá un buen whisky del cielo. Su equipo se proclamó este domingo campeón de la UEFA Champions League de Fútbol Sala en la tanda de penaltis tras un partido de infarto que acabó con empate en un furioso Velòdrom Illes Balears (1-1). El gol de Rivillos les dio la victoria tras una impecable tanda de penaltis en la que también anotaron Tayebi, Cainan, Marlon y Cléber para hacer historia de este grupo en el deporte mallorquín. El destino le tenía reservado el mayor título de club del mundo después de años pasados con miel en los labios. Y es precisamente desde los seis metros, el que tantas decepciones ha dado en el pasado, el que le ha llevado a la gloria. Los 5.280 espectadores que llenaron la sala fueron testigos de una proeza ya que diez de los catorce jugadores de esta plantilla nunca habían jugado en competiciones europeas. Mención aparte merece Luan Muller, que con su soberbia actuación apoyó a su equipo ante uno de los gigantes del fútbol sala internacional.
Palma fue advertido de la voracidad del rival y demostró haber captado el mensaje. El portugués intentó asustar con un ritmo infernal, pero lo cierto es que los primeros golpes los dieron los locales, con remates de Cainan, en dos ocasiones, y de Tayebi. Pero el Sporting se sacó los dientes con tiros de Alex Merlim y Neves. Precisamente en un error de Marlon el pívot estuvo a punto de aprovecharlo, pero Luan Muller volvió a aclarar, como ante el Benfica, que estaba inspirado.
Los verde pistacho acompañaron el buen ritmo de los locales, aunque tuvieron algunos problemas para sacar el balón. Misiles de Tayebi y Chaguinha, más uno de Mancuso que rozó el larguero, alimentaron la confianza de los Verdes de Pistacho, que no fueron tan fluidos en ataque y sufrieron por el trabajo. Los visitantes se sienten incómodos incluso cuando se ha detenido el juego. Hasta que el más atrevido en la pista, como si fuera un terrorista suicida, cambió el panorama del juego. El portero Luan Muller avanzó varios metros esquivando a sus rivales hasta llegar al área pequeña, salió Guitta y el balón muerto cayó sobre Rivillos, que sin pensarlo lo metió al fondo de la red. El Velódromo explotó de alegría al ser testigo de un evento loco con final feliz.
El 1-0 ya estaba en los electrónicos, pero aún quedaba gente. El Sporting se llevó el golpe y los del Ciutat, muy concentrados, apenas le permitieron recuperarse. Joao Matos con una patada espectacular hizo brillar a Luan, así como un disparo a bocajarro de Zicky que se estrelló en el brasileño.
En la reanudación, el juego se volvió un poco complicado, con el Sporting más agresivo y el Palma tratando de mantener su nivel. Rivillos estuvo a punto de aprovechar un error de Guitta, pero el auténtico protagonista fue Luan Muller, un auténtico muro. Primero con un remate de Varela, pero sobre todo después con otro de Pauleta que levantó al público de sus asientos. Eso sí, el palo también fue otro buen aliado en un remate del propio Pauleta.
Palma Futsal se dio cuenta de que era mejor buscar el segundo que intentar evitar el primero del rival. Y dio un paso adelante mostrando su personalidad. Cainan también hizo brillar a Guitta con una soberbia atajada. Y justo cuando los mallorquines transmitían más confianza llegó el disparo. Zicky, con un taconazo, aprovechó un rechace para marcar. Quedaban 7,39 para el final. La respuesta de Palma no se hizo esperar, con un disparo de Rivillos que desvió Guitta. Arrancaba un minipartido que había que ganar por todos los medios, estaba en juego el premio más alto posible.El susto llegó con un gol de Sokolov que, a petición del videoarbitraje, fue anulado por motivo de incautación.
Palma ya no era tan bonita, ni mucho menos. Y el estancamiento ocurrió en ambas porterías. Chaguinha remató al poste rematando desde casa, con Guitta fuera de posición tras una jugada de ataque y luego Tomaz lo intentó sin suerte. La tensión era máxima y aparecieron los problemas físicos. Vadillo mandó al portero-jugador en una demostración de valentía. quería ganar Pero un disparo de Rivillos y nada más dio paso a la prórroga. Era hora de ser muy fuerte mentalmente. El partido fue una guerra, pero los primeros cinco minutos fueron los del Sporting. Erick, con un tiro desviado, y Zicky, que encontró a Luan Muller, fueron las ocasiones. Vadillo insistió en el portero-jugador en el segundo acto, con Eloy Rojas de amarilla. Quería evitar las sanciones a toda costa. El ala misma se lanzó desde lejos, pero sin rumbo fijo. Ya no había claridad de ideas. Zicky, en el turn, remató desviado y Varela tampoco pudo con Luan. La afición apretó, pero hubo que ir a los temidos seis metros. Y ahí Palma fue el mejor, anotando los cinco tiros y aprovechando el error de Varela, el único de su equipo que no lo anotó. La euforia era indescriptible y el Palma ya es el mejor equipo de Europa. Aprovechémoslo.
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