La lluvia llegó a Murcia de madrugada y lo hizo de forma abundante en regiones como Cartagena. Durante cuatro horas el grifo permaneció abierto, y en el centro de la ciudad se acumularon cien litros por metro cuadrado. En el hospital del Rosell no es que hubiera goteras, del techo salían chorros de agua. No podía intentar contenerlos con cubos que se desbordaban en cuestión de minutos. Era previsible que de madrugada calles como las del barrio de San Ginés amanecieran inundadas y con un centenar de coches sumergidos en el lodazal. Patios inundados, garajes donde los bomberos tardarán horas en vaciar y en la planta baja del centro cultural las obras flotan por la nave. Algunos vehículos se salvaron del barro, otros quedaron atrapados en la Rambla de Benipila, que en apenas una hora pasó de la sequedad a la acumulación de más de setenta litros por metro cuadrado. Murcia ya se ha librado de la alerta naranja pero aún queda agua por sanear.
.
