No se trata de aguantar «poco», ni de «manera controlada». Se trata de no retener a los mayores en las residencias. No físicamente, con ataduras; ni farmacológicamente, con pastillas. Porque les causa un gran daño y hay otras opciones. Y, sí, la coerción es abuso. Así lo aseguró este martes la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) durante la presentación del nuevo «Documento Cuidados sin Restricciones 2023», elaborado por esta sociedad que reclama un cambio legislativo que abarque el nuevo modelo de cuidados.
“Es una filosofía en el cuidado de las personas mayores. Un cambio de rumbo”, ha dicho en rueda de prensa la doctora Ana Urrutia, miembro de la Comisión de Cuidados de la SEGG sin restricciones y pionera en este campo. Porque, argumenta, hay otra manera de hacer las cosas y respetar la dignidad de las personas mayores y no vulnerar sus derechos. El también presidente de la Fundación Cuidados Dignos España, fue uno de los ponentes de un encuentro en el que la SEGG, representada también por su presidente, el Dr. José Augusto García, y José Pascual, coordinador de la Comisión Cuidados sin Restricciones de la sociedad científica .
Instrucción del Ministerio Público
El propósito de la reunión fue discutir “Cuidado de documentos sin restricciones 2023”. El anterior data de 2014 y hubo que actualizarlo. A pesar de esto, era el único texto existente. Porque, hasta hace muy poco, la sujeción de los mayores era un tema tabú. De hecho, desde 2014 han pasado muchas cosas y se han dado «pasos de gigante», según han reconocido los expertos.
Por ejemplo, los geriatras se refirieron a la instrucción, firmada en enero de 2022, por la entonces Fiscal General, Dolores Delgado, que, entre otras medidas, insta a los fiscales de toda España a comprobar que las sujeciones son provisionales y sujetas a prescripción facultativa, para evitar abusos. .
El acuerdo suscrito el pasado verano entre la Consejería de Derechos Sociales y las comunidades sobre alojamiento también alude al fin de las sujeciones en 2025
Los médicos también mencionaron el acuerdo, el pasado verano, entre el Ministerio de Derechos Sociales y las comunidades sobre el nuevo modelo de atención, que apuesta por la atención domiciliaria y acaba con las macrorresidencias, al ofrecer más espacios de tipo doméstico, con grupos de convivencia. más de 15 personas, más personal y más habitaciones individuales. Además, prevé el fin de las controvertidas restricciones, ya sean físicas, mecánicas o farmacológicas. En el horizonte para que este final del confinamiento sea una realidad, el año 2025.
Marca a seguir
Pero los geriatras, que como la Dra. Ana Urrutia o José Pascual llevan años abanderando la política de cero estrés, advierten que aún queda mucho camino por recorrer. Que el proceso no es fácil. Se necesita fuerza de voluntad y recursos. De hecho, la SEGG cree y así se refleja en el nuevo documento -que han comenzado a redactar en plena pandemia- que se necesita un cambio legislativo para dar cobertura a un nuevo modelo de atención sin restricciones.
El nuevo documento de la SEGG establece que las sujeciones solo se pueden utilizar en caso de emergencia, con prescripción médica y en determinados momentos
En el texto presentado hoy, no hay lugar para la ambigüedad. Tiene que haber un plan nacional para remar en la misma dirección. Esto contempla la eliminación absoluta de restricciones. Sólo pueden ser utilizados en caso de emergencia, previo procedimiento documentado, prescripción médica, supervisión técnica, consentimiento informado, plazos determinados (no superiores a 24 horas) y análisis de riesgo. Además, su uso estará sujeto a comunicación preceptiva al Ministerio Fiscal.
De hecho, han dicho los geriatras, esta instrucción de la Fiscalía es la única norma por la que pueden regirse en estos momentos, ante la ausencia de otra normativa a nivel nacional y un panorama que sigue siendo «heterogéneo» en las distintas autonomías. regiones. comunidades que, al final, son ellas las que deben controlar la inspección de los centros. Porque, cuando se trata de datos, son escasos, dijo el Dr. Urrutia durante la rueda de prensa. Las estimaciones hablan de 20 a 30% de restricciones en las residencias. Pero, esbozó Urrutia, no sólo. También en hospitales. Donde también se abusa del litigio.
Lista de centros
Por ello, los geriatras esperan conocer un poco más de la realidad vivida a través del Parquet. De acuerdo con lo dispuesto en la circular, los fiscales reciben de las residencias, de forma periódica, un listado con las sujeciones aplicadas, el tipo de sujeciones utilizadas, la prescripción médica, la duración, los controles realizados, el consentimiento informado requerido y una copia del protocolo para la adopción de sujeciones mecánicas utilizadas en cada centro. El análisis de esta información también permitirá extraer conclusiones generales.
La fiscalía, sin embargo, informa a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, que aún no disponen de datos estadísticos concretos. “La falta de recursos informáticos unificados en los territorios nos impide dar cifras reales, por lo que después de mucho pensar, preferimos aportar reflexiones y sugerencias a partir de lo informado por los delegados”, señalan.
Daño irreparable
Lo que sabemos, denuncian los geriatras, es el daño que las sujeciones físicas y farmacológicas provocan en las personas mayores. Así lo explicó el presidente de la SEGG que, físicamente, informa de escaras, atrofias musculares, retracciones musculares o articulares… Pero también mencionan el riesgo de trastornos de conducta por estos efectos secundarios graves de las sujeciones químicas. Cuando los responsables de este tipo de programas cuestionan a los centros sobre los motivos del uso de la contención, uno de los principales motivos esgrimidos es el miedo a las denuncias de los familiares de los residentes con riesgo de caída.
Ana Urrutia, quince años trabajando en una nueva forma de cuidar a las personas mayores y máxima autoridad porque lleva años luchando para que España deje de liderar el deshonroso ranking de ser uno de los países que más abusa de las sujeciones mecánicas para las personas con demencia en los centros sociosanitarios, cantó «sí se puede». Lo hace ella misma en su centro de Bizkaia.
estadísticas de retorno
La Fundación Cuidados Dignos, que ella dirige, es la entidad que creó e impulsó la norma Libera-Care, nacida de la inquietud de un grupo de profesionales en el campo de la geriatría y la gerontología. Casi dos décadas en las que las estadísticas se han invertido y, sobre todo, se ha iniciado una revolución en la atención que se presta en las residencias.
El geriatra habla de medidas alternativas de acompañamiento preventivo, positivo y respetuoso que permitan no recurrir a estas sujeciones. Y dar ejemplos. Persona con demencia que se levanta varias veces por la noche, que llora, que deambula… ¿Atarle es la solución? ¿O darle una pastilla? No, argumenta el médico. Puedes dejarlo «gritar o deambular», atenderlo, vigilarlo, cuidarlo, hasta que se calme.
Porque a veces, subrayan los geriatras, detrás de estos llantos hay una causa: un malestar físico o emocional. Y esto es lo que debemos abordar por lo que, concluyen, el papel del cuidador es sumamente importante, tanto en el ámbito residencial como privado, a la hora de cuidar a personas mayores es fundamental que tengan formación.
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