La empresa láctea JSP y la panadería Los Compadres subastan sus últimas novedades en Canarias como parte de los procesos de liquidación que afectan a las dos empresas, que se encuentran inmersas en un concurso de acreedores.
Las empresas de alimentación dijeron en un comunicado que con la subasta de sus productos daban sus últimos pasos antes de la liquidación de dos negocios familiares con más de medio siglo de historia.
En concreto, JSP subasta hasta el 8 de junio dos naves industriales en Candelaria y otra en Las Palmas de Gran Canaria, así como dos dársenas en el puerto de Lanzarote.
Los Compadres, que anteriormente subastaron sus bienes muebles en marzo, ahora subastan inmuebles en una segunda ronda de forma escalonada entre el 9 de junio y el 11 de julio.
Los Compadres vende chalet, garaje, apartamento, oficina, tienda, terreno, nave industrial y concesión en el puerto de Los Gigantes, además de otra tienda en Fuerteventura y la propia marca comercial.
Todas estas subastas están abiertas a particulares y profesionales en el sitio de subastas de Trademat.
Historia
La empresa fundada en 1964 por José Sánchez Peñate, JSP, era una de las empresas de alimentación más extendidas en Canarias, con una actividad principal dedicada a los productos lácteos bajo las marcas Celgán y Millac, y a los cafés, infusiones y envasado de cárnicos bajo el acrónimo marca JSP.
La empresa contaba con más de 7.000 puntos de venta y también elaboraba productos de marca blanca para diferentes supermercados, con más de mil trabajadores entre Gran Canaria y Tenerife, y oficinas en Sevilla y Madrid.
Tras sucesivos años de pérdidas económicas e intentos de rescate, la empresa quebró en 2021.
En junio de 2022, con la producción casi parada y su presencia en el mercado reducida prácticamente a cero, se intentó sin éxito encontrar comprador para las unidades productivas de la empresa, con el objetivo de mantener el mayor número de puestos de trabajo posible.
Los Compadres, pionera en la venta de pan de molde y creada en 1966 por Arturo Alfonso, inició su liquidación en 2021.
Tras la muerte de su fundador, en 2010, el patrimonio de 21 millones de euros que tenía la empresa se vendió para pagar la masa salarial, situación que se mantuvo hasta 2019, cuando la empresa acabó quebrando.
La llegada de la pandemia acabó paralizando por completo la actividad y frustró el intento de venta de todos sus activos y la venta separada de bienes muebles.
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