Primero, atraparon a un menor de 8 años que cursaba tercer año de primaria, «vapeando» en el recreo con un aparato de colores llamativos que parecía un juguete. Posteriormente, otro niño de 12 años lo llevaba en su mochila, aunque dijo que no lo usaba. Se dieron cuenta de que la práctica era mucho más común de lo que uno podría imaginar entre los estudiantes. Los dos cigarrillos electrónicos ya están en el cajón del director del centro, que con sorpresa, hablando con otros compañeros de otros colegios sevillanos, comprobó que empezaba a ser normal. Requisar vapeadores en centros educativos no es algo extraordinario. Hay alumnos de primaria que van al colegio con su «vaper» cargando su bocadillo para el recreo.
La alarma fue creciendo paulatinamente hasta que la asociación de madres y padres del colegio público Paulo Orosio de Sevilla lanzó una recogida de firmas para Change.org, que intenta conseguir del Ministerio de Sanidad que acelere todas las medidas a su alcance para evitar que los niños puedan acceder a los cigarrillos electrónicos. Hay un vacío legal y una falta de regulación. Su venta, como han podido comprobar estos padres, se realiza en lotes de barrio, ‘desvíos’, bazares… se pueden comprar tanto chicles como vape. Una visita a algunos establecimientos del barrio permite comprobarlo fácilmente.
Un problema generalizado
El colegio público Paulo Orosio de Sevilla está ubicado en el barrio de Cerro Amate, muy próximo a Los Pajaritos, de donde proceden más de la mitad de los alumnos, catalogado en el último informe del Instituto Nacional de Estadística como el barrio más pobre de España. Es lo que el Departamento de Educación llama un «centro de desempeño desafiante». En la capital Sevilla hay siete colegios con esta etiqueta. A pesar de sus difíciles condiciones, tiene un claustro capaz de todo y una AMPA que es ejemplo para muchas otras escuelas. sevillanos por su capacidad de innovación y su iniciativa. La última, un huerto con invernadero que abrió en enero después de que el Ayuntamiento de Sevilla invirtiera 30.267 euros. El problema no se limita a esta escuela sino que han decidido alzar la voz.
La recogida de firmas que ha realizado esta escuela indica que la normativa vigente fija en 18 años la edad mínima para poder comprar estos inhaladores, contengan o no nicotina. Sin embargo, los mineros admiten que pueden comprarlos fácilmente en una gran variedad de establecimientos. “A diferencia del tabaco, no hay regulaciones sobre qué establecimientos pueden venderlos al público”, advierten los padres. El tipo de cigarrillo electrónico más común entre los menores es el «vape» desechable, que suele tener colores y formas muy atractivos para los niños. Incluso pueden venir en forma de juguetes. Venden sabores similares a los dulces: algodón de azúcar, frutas… Basta con leer la letra pequeña para comprobar que tienen un 2% de nicotina. “Eso quiere decir que si es un aparato de unas 600 caladas, equivaldría a una cajetilla de tabaco de 20 cigarrillos”, advierten desde este centro sevillano. Un paquete que los niños de 8 a 12 años fuman naturalmente.
Los expertos que consultaron a esta asociación de padres, que se hacen eco de artículos publicados, revelaciones científicas y entrevistas a médicos especialistas, evocan las fechorías sobre la salud de los menores. Hiperreactividad bronquial, tos, aumento de infecciones respiratorias, empeoramiento del asma. “Incluso los vapeadores sin nicotina, aunque puedan parecer inofensivos, pueden contener sustancias tóxicas y altamente cancerígenas”, advierten. También crean fumadores potenciales desde una edad temprana. El tabaco se normaliza.
El Ministerio de Salud abrió una consulta pública en su sitio web el 10 de abril de 2023, que cerró el 24 del mismo mes. Este fue un procedimiento preliminar para la elaboración de un nuevo reglamento que modificará el decreto, de junio de 2107, por el que se controlan determinados «aspectos relacionados con la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y productos afines». El Ministerio reconoce e identifica una serie de temas que deben ser abordados con nueva normativa y asume que la normativa actual requiere una actualización urgente. No hay regulaciones, por ejemplo, para dispositivos sin nicotina.
El Gobierno subraya que “los nuevos productos, con o sin nicotina, con o sin tabaco, e incluso con aspectos híbridos difíciles de clasificar, suponen un reto y es necesaria una nueva legislación que proteja a los consumidores de estos nuevos productos no convencionales”. También hay una directiva europea, que se espera para junio y que deberá transponerse en los próximos meses. La exposición de los jóvenes a estos vapeadores es cada vez más frecuente. Fumar se ha normalizado tanto que las advertencias sanitarias sobre el peligro de fumar están perdiendo su eficacia.
alarma para padres
Lo que piden los padres y madres en su recogida de firmas es que se impulse una nueva normativa en la que se regulen los establecimientos que pueden vender cigarrillos electrónicos. “Es fundamental que no se puedan comprar en casi todos los lugares, tales como: tiendas de alimentación, bazares, puestos de dulces, etc.” Piden una prohibición total de los dispositivos, incluidos los vapeadores desechables, «de una apariencia que pueda resultar atractiva». niños y adolescentes: colores vivos, formas de juguetes o personajes infantiles». Piden «que haya un control riguroso de la edad del consumidor que los compra».
Ante una situación nueva para todos, piden también al Gobierno «un protocolo de actuación en los centros educativos para los casos en los que se detecte a alumnos con cigarrillos electrónicos, o incluso en proceso de uso, por el que, entre otras actuaciones, se caso a los servicios sociales comunitarios”. Y advierten que falta mucha información. Muchos padres desconocen la gravedad de lo que esto supone para los niños. Recientemente ha aparecido un vídeo de un menor que recibió varios vapeadores como regalo para su comunión. viralizado, por lo que piden «un plan de prevención e información para familias y estudiantes en el que se difunda y se explique la normativa y los riesgos para la salud de los menores que utilizan cigarrillos electrónicos».
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