El adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez pocas horas después de la debacle sufrida por el PSOE en las autonomías y municipios el pasado 28 de mayo se debió a varios motivos. Las más importantes son evitar un mayor desgaste antes de diciembre, mes en el que estaban previstas las elecciones legislativas, y evitar que los socialistas se abran, como ha ocurrido en otras ocasiones tras derrotas también duras como la de hace un par de años, semanas. Pero también había otro factor: que el PP se «tomara una foto» con sus pactos con Vox. Uno de los más importantes ocurrió en la mañana de este martes: la derecha y la extrema derecha acordaron gobernar en coalición la Generalitat Valenciana.
“Es una pena”, reaccionó Moncloa tras conocer el pacto. Finalmente, el candidato ultraderechista Carlos Flores, condenado por violencia psicológica contra su exmujer en 2022, no estará en el Consell. En cambio, encabezará las listas de Vox en Valencia al Congreso de los Diputados en las elecciones del 23 de julio. Según el partido de Alberto Núñez Feijóo, su presencia en el Ejecutivo valenciano habría supuesto cruzar una «línea roja». Pero en Moncloa sostienen que esta frontera se cruzó de la misma forma.
“El PP ha mercantilizado la violencia de género. Es un insulto y una falta de respeto a todas las víctimas”, explican los colaboradores del presidente del Gobierno, que estiman que este pacto hará estragos en el PP en poco más de un mes. Junto al supuesto «miedo» de Feijóo a debatir con Sánchez, este caso centrará los ataques del PSOE a los conservadores, que lideran las encuestas, en los próximos días. Todavía está muy reciente lo ocurrido en la campaña del 28M, cuando EH Bildu presentó 44 exetarras en sus candidaturas, que el PP aprovechó para atacar a Sánchez por sus acuerdos con los aberzales en el Congreso, impidiendo al PSOE centrar el debate ante las municipales y autonómicas. electorales en la gestión de sus ejecutivos.
El «cinismo bochornoso» de Feijóo
“La consistencia del PP es inexistente. Su cinismo es absolutamente vergonzoso. Desde 2003, en este país, más de 1.000 mujeres han sido asesinadas por violencia de género. El PP ha coincidido con una fuerza política que rechaza la existencia de esta violencia. Deberían agachar la cabeza de vergüenza. Me da igual que este señor esté sentado en una conselleria o en el Congreso de los Diputados. Este señor es declarado culpable de violencia de género. Acordaron un gobierno con un hombre condenado por violencia de género. ¿Qué más debería pasar? Se sentarán con Vox y ocuparán los gobiernos que hagan falta. Lo que quiere el PP es gobernar a toda costa”, dijo desde la sede socialista la portavoz del partido y ministra de Educación, Pilar Alegría.
Desde La Moncloa, tras el Consejo de Ministros, la portavoz del Gobierno y titular de las Administraciones Públicas, Isabel Rodríguez, fue más escueta, en parte porque era una llamada del Ejecutivo y no de la ida, y en parte porque el acuerdo entre el PP y Vox se había conocido cuando ya había comenzado su aparición. “La violencia de género es algo muy grave que no se puede frivolizar. No se puede lavar y no puede ser moneda de nada”, dijo.
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