Tras el nombramiento por parte del Gobierno de Dolores Delgado como nueva fiscal para la memoria democrática y los derechos humanos, la fundación FIBGAR -que lleva el nombre de su socio, el exmagistrado de la audiencia nacional Baltasar Garzón- dedicada a la defensa de los derechos humanos, salió a la palestra para denunciar lo que considera una posición «patriarcal» por parte de quienes han manifestado su rechazo a esta designación en base a la relación sentimental entre ambos.
“Reducir el trabajo de la fundación a la figura de su presidente, un hombre, y peor aún, sugerir que la imparcialidad de una persona, una mujer, está comprometida por una relación personal, es patriarcal, y solo podemos rechazar públicamente ”, dijo la fundación en un comunicado.
La posición de siete de los miembros del Consejo Fiscal, que se negaron a participar en el análisis y votación de la candidatura de Delgado al cargo la semana pasada, se justificó por una posible causa de incompatibilidad de Delgado para ejercer en la nueva Fiscalía de la Cámara, denominada Memoria Democrática y Derechos Humanos, dada su relación sentimental con Garzón, quien dirige FIGBAR y un estudio de abogados dedicado a este tema específico.
La Asociación de Fiscales, mayoría en la carrera, y la Asociación de Fiscales Profesionales e Independientes denunciaron que el ahora abogado es quien «impulsó la ley de memoria democrática y la creación de una fiscalía competente en la materia», y estudian un posible recurso ante el Tribunal Supremo contra este nombramiento. A este reto se podría sumar el fiscal antidrogas Luis Ibáñez, quien fue uno de los que aspiraba al cargo.
Ante la información sobre este tema, la Fundación defiende que es «totalmente transparente en cuanto a sus fines, su financiación y sus actividades», que lleva más de una década trabajando por los Derechos Humanos. Añade que «sugerir cualquier tipo de connotación negativa es un intento de manipulación que demuestra o un completo desconocimiento de cómo funciona el tercer sector, o un intento deliberado de atacar a una organización ya quienes trabajan para desarrollar sus objetivos».
En su nota de prensa, la fundación explica que su trabajo es exactamente el mismo que el de otras organizaciones con objetivos similares, como Amnistía Internacional, Blueprint For Free Speech, Stop Ecocide, Trial International, Transparency International o la Fundación Cultura de Paz y que El Consejo de Administración aprueba cada año un plan de actuación en el que se incluyen los proyectos a realizar, “del cual se da cuenta al organismo oficial correspondiente”.
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