El ingeniero naval Jesús Alarcón, que tiene su despacho en el Puerto de La Luz, ha realizado decenas de investigaciones de accidentes navales en todo el mundo en sus más de cuatro décadas como experto. Es uno de los más reputados especialistas del Archipiélago y dada su experiencia señala que el sumergible Titán, que desapareció el pasado domingo mientras realizaba una inmersión turística para ver los restos del Titanic, «murió en el momento en que perdió la conexión». Y especuló, antes de que se conociera el hallazgo de los restos ayer por la tarde, que pudo haber sufrido una implosión que hizo que el aparato se desintegrara y por ello su búsqueda duraría tantos días.
Alarcón explicó que este tipo de embarcación, similar a un submarino, es completamente autónoma en cuanto comienza a sumergirse. “Los robots sumergibles ROV, por ejemplo, tienen un cordón umbilical que se encarga de las comunicaciones y un cable conectado a una embarcación de última generación, que tiene un sistema de posicionamiento dinámico que le permite moverse al unísono con el robot sabiendo su posición. en cualquier momento”, explicó.
En caso de que se produzca un incidente en aguas del Atlántico Norte, el buque de apoyo canadiense es un rompehielos oceanográfico durante la temporada de invierno que, nada más llegar el verano, participa en operaciones privadas como la organizada por la empresa OceanGate, que Ya dio por muertos a los cinco ocupantes del sumergible. El Titán, a diferencia de los ROV, actúa de forma completamente independiente sin que ningún barco conozca su posición exacta.
“Los que están dentro del sumergible mantienen contacto con la tripulación a través de pulsos de ondas acústicas, que son decodificadas por un traductor y convertidas en voz; en ningún momento los que ingresan al interior hablan con la tripulación de la embarcación de apoyo por ondas electromagnéticas”, precisó el ingeniero.
Hora y media de navegación
A su juicio, cuando el submarino perdió la comunicación con el buque de investigación tras una hora y media de inmersión, estaba «muerto», lo que significa que tenía un problema que presumiblemente provocó la muerte de los cinco ocupantes.
“El Titán tuvo un accidente, falla eléctrica o falla estructural” que hizo que perdiera toda conexión con el mundo exterior. “Por lo general suelen tener un transpondedor que envía una señal, rebota e informa a la tripulación; Si pasan los días y no hay señal de sonar que recoja información alguna del sumergible, o está muerto en el fondo o ha implosionado» al desintegrarse, agregó el ingeniero, quien agregó que a una profundidad de unos cuatro mil metros donde se encuentra el Junto a los restos del Titanic la presión que ejerce el mar es de unos 400 kilos por centímetro cuadrado.
localización complicada
Jesús Alarcón dijo que el trabajo de localización del Titán realizado estos días es muy complicado: “Si no se mueve, se convierte en un escombro más en el fondo”. Respecto a los sonidos que se escucharon durante estos días, dijo que era «posible» que vinieran del sumergible, pero habría dado información sobre su posición. «He estado rastreando el posicionamiento de la nave de apoyo desde que partió y durante la primera hora no se movió, por lo que la supuesta superficie en la que podría estar no era tan grande».
El ingeniero naval añadió que si la nave de cable Horizon Artic, que “tiene muy buenos medios robóticos submarinos”, no detectó nada, “es porque el Titán se pudo haber roto en pedazos”. Una teoría por su parte que fue confirmada poco después por la Guardia Costera estadounidense.
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