Reformar el modelo de financiación autonómica será un tema prioritario para Alberto Núñez Feijóo si llega a Moncloa. El líder del PP se ha comprometido públicamente a reformar un sistema caducado desde 2014 y sabe además que para algunos de sus barones más influyentes se trata de una urgencia. El anuncio de que convocará periódicamente la Conferencia de Presidentes tendrá en su primera vuelta a líderes como Juan Manuel Moreno, Carlos Mazón o Fernando López Miras reclamando esta reforma que lleva casi una década pendiente. Andalucía, la Comunidad Valenciana y Murcia son las más afectadas por el modelo actual y también se espera que Cataluña pida poner remedio a esto lo antes posible. Feijóo, como presidente de Galicia en ese momento, tenía una «particular sensibilidad» por el tema, dicen sus asesores.
Si el PP gobierna después del 23 de julio, la financiación de las regiones parece ser el gran reto de la cartera de Hacienda, que tiene muchas posibilidades de recaer en Juan Bravo, actual subsecretario de Economía y exconsejero andaluz de Hacienda. Un liberal ortodoxo, que consiguió equilibrar los números hasta llegar a un presupuesto equilibrado en Andalucía, y que siempre alardea de que las cuentas públicas hay que gestionarlas como un presupuesto familiar, sin gastar lo que no se tiene y ahorrando pensando en el futuro.
Asombró a la Junta de Andalucía con su disposición a apagar todas las luces del Ministerio si no hacían falta y entregó a cada concejal una tarjeta de plástico con un céntimo adjunto para recordarles que busquen cada euro de dinero público. Es inspector de Hacienda y el rigor fiscal lo acompaña. Muchos dirigentes del PP consultados por este diario coinciden en que actualmente es «el mejor situado» para este ministerio. “Conoce los Presupuestos desde arriba, la fiscalidad en su conjunto, algo que desconocen los consejeros de Hacienda de las comunidades. Al final les dan las entradas a cuenta y se las gastan directamente. Juan es inspector de Hacienda y lo sabe todo al dedillo”, dicen.
Bravo evita a toda costa postularse a ministro y siempre asegura que Feijóo no repartió cargos ni trajo gente a su equipo con ministerios prometedores. El dirigente nacional no acepta la presión y el designado perderá oportunidades. “Si encuentra a alguien mejor, lo meterá”, aseguran fuentes del PP que, al igual que señalan al gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, como el favorito de la economía, ven a Bravo principalmente en el Ministerio de Hacienda.
El exconsejero de Hacienda andaluz tiene antecedentes de su paso por Andalucía ya Feijóo le gusta esa ortodoxia presupuestaria y el afán de gestionar los recursos públicos como un padre. En el PP también reconocen que dentro de ‘Reformismo21’, la fundación Feijóo que prepara el programa electoral del 23-J y de la que podrían salir otros nombres para el Gobierno, «no hay un perfil como el de Bravo».
Oui, il y en a pour d’autres compétences comme l’économie ou l’industrie, mais pas une personne qui équilibrera vos comptes et réglera les problèmes immédiats : « La première chose que nous allons avoir, c’est de réduire le budget gasto. La auditoría prevista por Feijóo le obligará a borrar todo lo innecesario. Luego mire los ingresos y analice cómo vamos a avanzar en el camino hacia la estabilidad europea. Adjuntar a los ministerios, uno por uno. Y después, pensiones y financiación. Se necesita un jefe para todo esto en el que confíe Feijóo”, coinciden distintos puestos de responsabilidad en el partido, mirando a la cabeza de lista por Sevilla en el Congreso.
Diferencias entre barones
Feijóo se enfrenta a profundas diferencias entre sus barones sobre cuál debería ser el futuro modelo de financiación. Él, como presidente de Galicia, defendió un frente de regiones despobladas, que pide que prevalezca la dispersión o el envejecimiento, aglutinando comunidades como Asturias, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Extremadura. Enfrente, la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, las más afectadas por el modelo actual que reclama el predominio del criterio poblacional.
Cuando asumió la presidencia del PP, muchos dirigentes destacaron como «punto de inflexión» un viaje a Valencia en el que admitió la necesidad de financiación del arco mediterráneo, dejando de lado la reivindicación de las comarcas del norte y desde dentro de las que hasta ahora había defendido dientes y uñas. “Ese día se puso el traje de presidente nacional”, decían los mismos que durante meses se preguntaron con qué facilidad dejaría de lado las prioridades de Galicia después de 14 años.
Era julio del año pasado y por entonces el partido ya tenía claro que la batalla electoral en la Comunitat Valenciana sería clave. Sin asumir que el compromiso sobre la financiación «no tenía nada que ver», recuerdan en el PP de esta comunidad. El 28M, Carlos Mazón ganó las elecciones y será «presidente» en unas semanas tras firmar una coalición con Vox.
Si miras por el retrovisor, hay un documento de trabajo para reformar el sistema desde que Cristóbal Montoro estuvo en el Ministerio de Hacienda. Ya en 2017, Mariano Rajoy encargó un informe pericial que se reveló un año después sin tener tiempo de adelantar nada por la moción de censura que retiró al PP del Gobierno. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dio el pistoletazo de salida a esta reforma, intercambiando propuestas y documentos con los consejeros autonómicos, pero sin concretar un modelo alternativo que pueda surgir durante la Conferencia de Política Fiscal y financiera.
Si Bravo toma la batuta en este ministerio, los dos habrán compartido como antecedente la Consejería de Hacienda de Andalucía, cartera desde la que el Gobierno ha pedido en reiteradas ocasiones que se aborde un nuevo modelo. Montero se lo exigió con insistencia al Ejecutivo Rajoy y Bravo reprochó duramente a la ministra el retraso, por lo que estará aún más obligada a cumplir su palabra y enfrentarse a un “sudoku” que no será fácil.
Fondo de reserva de la UE
Como consejero andaluz y posteriormente jefe de zona económica del PP, Bravo trató unos documentos con propuestas para el futuro sistema y defendió que los fondos europeos Next Generation entren de alguna manera en esta ecuación de distribución de la renta del Estado entre las comunidades, con mayor decisión -Hacer poder y más libertad de acción a los presidentes regionales. Es un truco con el que juegan para que el dinero a repartir del futuro modelo satisfaga a todo el mundo.
El PP también argumenta que el modelo de financiación a corto plazo no tiene arreglo y ha argumentado por activa y por pasiva que España tiene un nivel de deuda inasumible y un problema de gasto en pensiones. Todo esto también debe combinarse a la hora de diseñar el futuro modelo de financiación. Los 15 millones de jubilados que podrá alcanzar España en 2047 impulsarán también el gasto comunitario en sanidad, dependencia o servicios sociales.
Bravo ha defendido propuestas como la de Montoro de imponer a las comunidades bolsas de ahorro, un fondo común de reserva, para que tengan una previsión y un colchón a la hora de hacer frente a estos gastos. El PP tampoco ha perdido de vista en su discurso público que debe abordar en paralelo la reforma de la financiación de los ayuntamientos, con pérdida en las arcas municipales por la devolución de plusvalías.
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