España asume este sábado 1 de julio y hasta el 31 de diciembre de 2023, por quinta vez en su historia, la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Esto significa que durante seis meses, el Gobierno español, con (de momento) Pedro Sánchez al frente, será el encargado de coordinar el trabajo del Consejo -el órgano legislativo y de decisión en el que se reúnen los ministros-, planificar y liderar las negociaciones entre los Veintisiete en un momento políticamente difícil, a las puertas de unas elecciones que podrían conducir a un cambio de gobierno. Hasta el momento, tres presidentes españoles han encabezado una Presidencia española de la UE: Felipe González en 1989 y 1995, José María Aznar en 2022 y José Luis Rodríguez Zapatero en 2010.
1. 1989: impulso a la integración monetaria
Cuando España tomó por primera vez las riendas de la UE el 1 de enero de 1989, el club, entonces las Comunidades Europeas, estaba compuesto por una docena de estados miembros y solo habían pasado tres años desde la adhesión de España, que había tenido lugar en 1986. El gobierno español asumió el reto de su falta de experiencia sobre el terreno, en Bruselas, con «entusiasmo y seriedad», según el entonces presidente del Gobierno, Felipe González. El escenario principal de este “primer” semestre fue la decisión de los líderes europeos de dar el pistoletazo de salida a la Unión Económica y Monetaria que desembocaría doce años después en la creación del euro. También se adoptaron tres directivas sobre seguridad en el empleo, se cerró un acuerdo sobre precios agrarios, se puso en marcha el programa Lingua, se puso en marcha el primer programa forestal y se planteó la idea de cohesión económica y social que desembocaría más tarde en la creación de fondos de cohesión para compensar las diferencias entre países ricos y pobres.
2. 1995: Unión por el Mediterráneo
Con Felipe González todavía al frente del Gobierno, aunque ya más debilitado políticamente (perdió las elecciones legislativas de marzo de 1996), España asumió la presidencia de la UE, por segunda vez en su historia, durante la segunda mitad del s. 1995. Se habían incorporado entonces al club otros tres miembros -Austria, Suecia y Finlandia- y acababa de entrar en vigor uno de los grandes logros de la construcción europea, a saber, el espacio de libre circulación de Schengen, que permitía la supresión de los controles en todos fronteras interiores y la libre circulación de personas y mercancías. Entre los principales logros se encuentra el acuerdo, en la cumbre celebrada en Madrid en diciembre de 1995, para bautizar la moneda común «euro», en sustitución del denominado ECU (Unidad Monetaria Europea). También se firmó la Declaración de Barcelona, que sentó las bases de la Unión por el Mediterráneo.
3. 2002: el euro cobra vida
El 1 de enero de 2002, el mismo día que España asumía su tercera presidencia de la historia, encabezada por el expresidente del PP José María Aznar, el euro entraba en sociedad. Ese día, la moneda común comenzó a circular en una decena de estados miembros donde convivió durante unos meses con sus respectivas monedas nacionales como la peseta. También fue una presidencia muy marcada por los atentados terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos y la crisis de seguridad que motivó la adopción de medidas como la decisión marco sobre la orden europea de detención y entrega (Eurowarrant), que sustituyó a la anterior de extradición. o la constitución de Eurojust, el organismo de cooperación judicial. El semestre también estuvo marcado por el proceso de ampliación de la UE hacia Europa del Este, complicado por la negociación de la reforma de la PAC. Aznar también incluyó la inmigración entre las prioridades de su agenda semestral y habló por primera vez de la necesidad de desarrollar un plan europeo contra la inmigración ilegal con acuerdos de readmisión y gestión migratoria.
4. 2010: Nueva arquitectura institucional
La última vez que España tomó las riendas de la UE fue con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno el 1 de enero de 2010, cuya presidencia fue recibida por la revista ‘The Economist’ con un elocuente título: «España lidera ahora la Unión Europea, pero no con el ejemplo». Fueron durante seis meses con un objetivo principal: impulsar la recuperación económica y promover la salida de la crisis financiera y económica en la que estaban empantanados los Estados miembros, pero a base de recortes presupuestarios y medidas drásticas de ahorro. Fue bajo Presidencia española cuando se acordó el plan de rescate de Grecia, a la sombra de la suspensión de pagos, que dio el pistoletazo de salida a los posteriores planes de rescate de Irlanda, Portugal, España y Chipre. El semestre de Zapatero es también el de una presidencia «transitoria», ya que coincide con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa que trastoca el funcionamiento de las instituciones europeas y dota a la Eurocámara de mayor poder de codecisión. El tratado también creó nuevas personalidades como el presidente permanente del Consejo Europeo y el alto representante de la UE para la política exterior, dos cargos para los que fueron elegidos el belga Herman van Rompuy y la británica Catherine Ashton, que pusieron en marcha un nuevo engranaje de convivencia.
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