Alberto Núñez Feijóo entra en la recta final de un camino que inició hace más de un año cuando se presentó a la presidencia del PP. Su llegada a Madrid, reclamada por todos los sectores de la formación para saldar una crisis interna muy profunda, tenía como destino final estas elecciones generales, que se celebrarán meses antes de lo previsto.
Pedro Sánchez decidió sacarlos adelante después de que el PSOE colapsara en las elecciones autonómicas y municipales, lo que obligó a Génova a acelerar un plan que habían apreciado mucho. Esta campaña marcará el destino final del político gallego, tras una vida dedicada a la administración pública, casi 14 años de mayorías absolutas en Galicia y un salto nacional que ha resistido más de lo que a algunos les hubiera gustado.
El líder conservador es considerado el ganador del 23J desde hace semanas. «Estamos ante los últimos días del sanchismo», dijo en el inicio de la campaña en Castelldefels (Barcelona). Todas las encuestas coinciden en que el PP será la primera fuerza. Habrá que ver si consigue su principal objetivo, que tampoco mueve desde que aterrizó en la capital: gobernar en solitario y evitar la entrada de Vox en su futuro Consejo de Ministros. El PP no pudo evitar coaliciones con los ultras de la Comunidad Valenciana, Extremadura, muchos municipios de toda España y varios parlamentos autonómicos.
El PSOE y el PP abren la campaña del 23J agitando el voto contra Vox y contra el «sanchismo»
En las elecciones legislativas también se medirán las consecuencias de estos pactos con Vox tras intensas polémicas sobre la violencia de género, los derechos del colectivo LGTBI o incluso la inmigración. Cuestiones sobre las que la derecha mantiene posiciones contrapuestas que ahora deben coexistir. La Región de Murcia se está convirtiendo también en el mayor foco de tensión para ambos partidos en este inicio de campaña: Fernando López Miras se encamina a una investidura fallida el próximo lunes cuando se encuentra a dos escaños de la mayoría absoluta. El PP se niega a dar acceso al Gobierno y, sin éste, los ultras no se abstendrán.
Feijóo inició la campaña electoral en su localidad natal, Os Peares, en la provincia de Ourense, con un mensaje dirigido a la España rural: ser el primer presidente con estos orígenes, comprometiéndose a solucionar los problemas que afectan al más despoblamiento y provincias del interior. Tampoco es una tarea fácil en términos de aritmética porque serán estas circunscripciones, que reparten cuatro escaños o tres en algunos casos, las que podrán decidir la fuerza final del PP.
Que la exhibición tuviera lugar en Castelldefels tampoco es casualidad. El PP aspira a llegar a siete u ocho diputados en Cataluña, una cifra que dejaría atrás el fracaso de 2019 (solo obtuvo 2) y necesaria para el despegue nacional del partido. Uno de los mayores problemas en el avance electoral de los conservadores fue, precisamente, no tener más tiempo para consolidarse en comunidades como la de Cataluña.
Debates de las elecciones generales de 2023: cuándo son, dónde verlos y quién asiste
El líder del PP, como ya hizo en 28M, visitará todas las regiones a lo largo de estas dos semanas. A pesar de que la campaña, atípica, en pleno verano, será diferente a las habituales, Feijóo ha decidido dar prioridad a los actos en la calle. Su calendario de rallyes, adaptado a entornos más veraniegos, estará repleto. Solo aceptó un debate, el cara a cara con Sánchez del lunes. Y llegará con resaca del acto más multitudinario de toda la campaña: la plaza de toros de Pontevedra, escenario clave de sus anteriores victorias gallegas, donde aspira a reunir a cerca de 12.000 personas.
Convocatoria total para voto útil
Si bien es un clásico de las campañas electorales y en especial de los grandes partidos, el llamado a un voto útil dentro de la derecha será el mantra de Feijóo en los próximos días. De ello depende alcanzar un número suficiente de escaños (él mismo puso el listón entre 150 y 160) que le permita lanzar por sí solo su ansiado gobierno. La realidad es que el PP no percibe desgaste tras los pactos con Vox y, sin embargo, considera que las extravagancias de los ultras consiguieron desplazar a votantes fieles a Santiago Abascal hacia siglas populares.
En Génova insisten en que el mapa publicado la noche del 23 de julio hablará por sí solo, confiados, más allá de las sumas, en que se exhibirá una contundente victoria del PP y una clara derrota del PSOE. Este será el momento de llamar a las «abstenciones patrióticas».
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