La mujer y el hombre detenidos el pasado jueves por la noche por la muerte violenta de un hombre en la zona de la Costa del Silencio de Arona han entrado en prisión preventiva como presuntos autores de un delito de homicidio.
El imputado, DEVM, y el otro en cuestión, EHR, ambos de 33 años y de nacionalidad española, fueron puestos a disposición del juzgado de instrucción número 4 de Arona en la mañana de este sábado 8 de julio.
Los dos sospechosos fueron trasladados al recinto por investigadores de la Unidad Orgánica de Policía Legal (UOPJ) de la Guardia Civil.
Sobre las once y media de la tarde de este jueves entraron varias llamadas en la sala de comunicaciones de la Policía Local de Arona. Uno de ellos alertó del intento de suicidio de una mujer en la Costa del Silencio. Esta última persona había ingerido una cantidad importante de pastillas y no reaccionó, según un testigo que estaba a su lado. Sólo tenían nombre de calle, Roque de Vento, pero ningún número. Y ahí fue donde se dirigió un vehículo de radiopatrulla.
Una vez en la citada carretera, en la zona conocida como Garañaña, los agentes desconocían en qué dirección precisa se había producido el intento de autolisis. Y uno de los funcionarios decidió intentar averiguar si le había pasado a una mujer que ejerce la prostitución y con la que habían intervenido en otra ocasión.
Se dieron cuenta de que la puerta estaba entreabierta. Los policías gritaron: «¡¿Hola?!!». Pero nadie respondió. Y decidieron seguir su acción con cautela. Asomándose por una ventana ya través de las cortinas, observaron a un hombre tendido boca abajo con rastros de lo que parecía ser sangre. Algo andaba mal. No era una mujer, ni parecía que hubiera tomado pastillas para suicidarse.
Ante esta circunstancia, los policías locales sacaron sus armas y tomaron todas las medidas de seguridad posibles por si había alguien más en el inmueble. Unos segundos después, descubrieron que se encontraban una mujer y un hombre, quienes tenían manchas de sangre en las manos y la ropa.
Cuando los funcionarios le preguntaron qué pasó, la residente respondió que había apuñalado al hombre que estaba en el suelo.
Explicó que en una ocasión anterior le había prestado servicios sexuales, pero el hombre se comportó de manera excesivamente violenta e incluso le insertó un palo en sus partes íntimas. Esta es la versión que le dio a los funcionarios. Sin embargo, no hay denuncias ni informes médicos que confirmen que esto realmente sucedió.
En principio, todo indica que la víctima y los dos imputados se encontraban en la vivienda y se conocían. Y, en comparación con lo que sucedió al principio, las fuerzas de seguridad no encontraron la puerta de la casa abierta a la fuerza. Entre la mujer y el ahora imputado, le habrían infligido al interesado unas diez puñaladas, algunas en el cuello y en el costado. Ante esta evidencia, los agentes municipales procedieron a la detención de ambos.
En el mencionado inmueble se encontraron las dos armas blancas con las que se perpetró el fatal atentado, las cuales fueron recogidas en base al protocolo existente y serán enviadas al Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Canarias, donde se realizará un atentado. para determinar qué perfil o perfiles genéticos aparecen en estos cuchillos.
Cuando los agentes llegaron al lugar de la muerte violenta, los dos acusados intentaban envolver el cuerpo en plástico, supuestamente en un intento de sacarlo de la casa y hacerlo desaparecer. La víctima del homicidio es un vecino de El Fraile, identificado como Eloy de 48 años.
Si la Policía Local no hubiera acudido a esa hora a este lugar de la calle Roque de Vento, probablemente se estaría hablando estos días de una nueva desaparición en Canarias.
En esta intervención está, sin duda, el factor suerte. Pero, además, la actuación de los agentes municipales representa la importancia de poder sacar a la calle por la noche a suficientes agentes para hacer frente a servicios de diversa gravedad y que estos profesionales puedan hacer frente a una situación imprevisible tras el hallazgo de un homicidio. Había que estar allí.
Dichos funcionarios activaron a la Guardia Civil, que movilizó al equipo territorial de Policía Judicial del Sur de Tenerife y al equipo de Delitos contra las Personas de Santa Cruz de Tenerife, que se hizo cargo de las investigaciones al respecto.
Poco después, la Policía Local localizó también la vivienda donde otra vecina intentó suicidarse ingiriendo decenas de pastillas. Dicha casa estaba unos metros más adelante. Personal de salud de una ambulancia atendió a la referida mujer, lograron salvarle la vida y la trasladaron a un hospital. Una noche intensa de trabajo y emociones.
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