Mendozino, argentino del interior, residente en los Andes, originario de una región famosa por su viticultura y sus carnes como la cabra, decidió en 2005 hacer las maletas y embarcarse en el tornaviaje, el viaje de ida y vuelta, rememorando la historia de su abuela. , un exiliado español. No fue fácil dejar a la familia, por lo que significa estar desarraigado, mudarse nada menos que a 11.000 kilómetros, a otro hemisferio… pero como él mismo dice “los sueños se hacen para cumplirse” y Europa estaba activa. en su mente como «un lugar para conocer, aprender, experimentar…». Bien qu’en principe un délai de six mois lui ait été accordé, il a finalement été captivé par le Vieux Continent «et je suis tombé amoureux fou de Valence : pour ses jardins, pour ses habitants, le climat, les produits, la qualité de vida… «.
Germán Carrizo iba a ser abogado, pero por suerte se lo llevó la magia de la cocina -es cierto que desde niño se ocupaba en preparar churrascos- y Europa le ofreció la posibilidad de crecer, un destino que para muchos habitantes del continente americano se ha convertido en el Eldorado que perseguían los europeos hace siglos, “si bien también es cierto que hay que saber encontrar las oportunidades”, apunta este líder.
Con Carito Lourenço, un cordobés de Río Cuarto que llegó a Valencia por casualidad y se instaló en el Levante por convicción, pero también por amor -formando pareja con Germán- hicieron de las orillas del Mediterráneo el rompeolas de sus sueños, d primero en el mítico restaurante Submarino de Vicente Torres, en Valencia (un Michelin); La siguiente parada fue El Poblet de Quique Dacosta (actualmente Quique Dacosta), donde obtuvo dos estrellas, y posteriormente lideró las cocinas de Vuelve Carolina y El Poblet Valencia (donde obtuvo un Michelin), ambos de Quique Dacosta.
Fue en 2013 cuando se embarcaron en el proyecto Tándem Gastronómico, asesoramiento y formación, pero necesitaban sentir el vértigo de la cocina, el cosquilleo del servicio, la respuesta del comensal y así en 2015 abren las puertas. de Fierro, un restaurante que apuesta por una experiencia exclusiva para 12 comensales y un viaje por los sabores, el Mediterráneo, la tradición y la técnica. En 2022 recibieron su primera estrella Michelin y juntos dieron vida a Doña Petrona, un restaurante cuya carta combina platos caseros “de aquí (España) y de otros lugares (Argentina)”. Ambos son profesores del Basque Culinary Center, Gasma/UCH-CEU y CdT de Valencia. “Hoy ya tenemos tres empresas, con un total de más de 30 empleados”, señala con orgullo Germán.
De su ideario se desprende que es el cocinero quien debe dar valor a los productos y un ejemplo es el caso de una humilde verdura, la chirivía, considerada durante mucho tiempo un alimento de pobres, y que aparece en el lugar con identidad propia. y nombre en una carta de alta cocina como la del restaurante Fierro –que incluso la presenta en forma de horchata–, y que, una vez asada, se convierte en una pieza excepcional.
Precisamente, esta verdura firmó parte del menú ofrecido con motivo de una jam session de Top Dinners Frimancha’23, cena que el chef argentino tocó con su compatriota, el chef de Taste 1973, Diego Schattenhofer, en el hotel gastronómico Villa Cortés. .
Como dice el crítico Xavi Agulló, el menú representó «una gran explosión de sabores mestizos transatlánticos (Argentina y España en promiscuidad) para entrelazarse con la rabiosa vanguardia canaria de inspiración aborigen de Diego Schattenhofer», titulaba Taste en 1973. .
Lo cierto es que llama la atención que siendo un carnívoro natural (para un argentino esta condición forma parte de su ADN), Germán Carrizo se enamoró de la médula del producto local de la huerta levantina, sus legumbres y hortalizas, mientras reconoce que a día de hoy se inclina más por el pescado que por la carne, poniendo en un pedestal a la gamba de Denia.
“En Argentina aprendimos a comer y en España a cocinar”, explica Carrizo, al tiempo que reconoce que el sabor de boca y los gustos ya los traía en la maleta desde su Argentina natal, bien envueltos en una gran ilusión y unas ganas enormes. Eso sí, en su filosofía vital hay una máxima: “Si hay algo innegociable es la actitud, mostrando día a día lo que queremos ser y dónde queremos estar”.
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