Con Miquel Iceta al grito de «¡Pedro, mantente firme! ¡Líbranos de Rajoy y del PP! ¡Por Dios!» todo comenzó. Era finales de septiembre de 2016 y el PSC vinculaba entonces su destino al del secretario general del PSOE, que sería destituido poco después por haberse negado a investir a un presidente del PP. Desde entonces, los socialistas catalanes se han consolidado como el principal aliado del recio y duro Pedro Sánchez. Y hoy, en estas generales, el partido de Salvador Illa es su principal vivero, el principal baluarte para garantizarle la Moncloa. Así lo hizo explícito el presidente del Gobierno, que desde Cataluña y oponiéndose a la dupla entre PP y Vox, enterró el escenario de la «gran coalición» y reivindicó la alianza que le permitía gobernar.
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