ERC y Bildu afirman ser los que «obliguen» al PSOE a aceptar su izquierda

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La sensación es de «tocarlo todo». La resolución del conflicto político a través del diálogo, la ventaja que han obtenido en los últimos años sobre las Junts, los avances en materia social y nacional y, también, reconocen, el propio gobierno de la Generalitat. ERC ha sacado toda la artillería del mitin central de campaña con la intención de despojarse de complejos y reivindicar el legado de su actuación en el Congreso en esta legislatura como el principal partido mayoritario que respaldó al Gobierno de Pedro Sánchez. Un ejercicio de desinhibición ante los ataques de los Junts que realizó con Bildu. A la par, afirmaron ser el abanderado que “obliga” al PSOE a aceptar su izquierda frente a los impulsos que atribuyen a los socialistas de girar a la derecha.

«Todo lo bueno que ha pasado en esta legislatura se debe a que el independentismo de izquierdas catalán y vasco no sólo negoció, sino que obligó al PSOE a hacerlo. No somos responsables de sus decisiones, pero sí de algunos de sus buenos rectificaciones», gritó en defensa del candidato de ERC Gabriel Rufián en un acto a las puertas del Born Centre Cultural que reunió, según cálculos del partido, a unas 1.200 personas. Los republicanos han buscado despertar el orgullo ante el desánimo y la abstención , y lo han hecho con un Arnaldo Otegi que ha sabido rentabilizar electoralmente en Euskadi frente al PNV su pacto en Madrid estos cuatro últimos años.

«Somos los izquierdistas multinacionales los que inclinamos la balanza. Estaremos siempre del lado de la izquierda, sin complejos y con determinación», defendió el líder de la izquierda abertzale, intentando insuflar oxígeno a un ERC tras ganar en 2019, ahora aspira a ser segundo detrás de PSC. Desde el aumento de las pensiones al salario mínimo, desde la ley de vivienda a la ley del “solo sí, es sí”, la ley trans, la ley de la ciencia, la ley del audiovisual o la ley de la memoria democrática. El partido de Oriol Junqueras ha reivindicado abiertamente la coautoría de esta obra de gobierno, subrayando que sin ellos ni Bildu no hubiera sido posible.

Ni el PSOE ni Sumar son, según ERC y Bildu, una verdadera izquierda. De hecho, parecían ser los únicos capaces de frenar el «bloque reaccionario» en el que se encuentran tanto PP como Vox. De hecho, recordaron la abstención de los socialistas que permitió la investidura de Mariano Rajoy en 2016, pero también cómo el exlehendakari Patxi López, que proclamó en esta campaña un «no» categórico a la presidencia de Alberto Núñez Feijóo, se pronunció en su paso por Euskadi con los populares.

ERC, dijo Junqueras, «no tiene miedo en absoluto» a un gobierno de PP y Vox porque, dijo, «ya han gobernado otras veces», solo que antes estaban en la «misma candidatura» a la que «derrotaron» dos veces: en 2004, cuando apoyaron la investidura de Zapatero, y en 2018, cuando votaron a favor de la moción de censura de Sánchez. Una forma de demostrar que su expediente no está contaminado por la connivencia con la derecha, que venían a decir mirando a los socialistas, pero también las Junts como herederas de Convergència, consideran que las demás no lo saben.

«La izquierda española ha renunciado a ser de izquierda», ha condenado la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que ha recordado que si sigue en Suiza es por una causa, la del Tsunami, con la que «no tiene nada que ver». «. Y el “presidente” Pere Aragonès también acusó a los socialistas por la ley de sequía que el Gobierno propone llevar al Tribunal Constitucional si no se modifica. «Entre la defensa de los intereses de Cataluña y la unidad de España, siempre se elige la unidad de España», reprocha el «presidente» a los socialistas.

“Sin sucursales, sin partidos que decidan su voto en una oficina de Madrid, sin frivolidades, sin consignas vacías”, concluyó Rufián, buscando cubrir todos los frentes: romper la dicotomía del voto útil, proteger las fronteras del voto con la Comuns y las Junts ahuyentan y ahuyentan la abstención.

Aunque no da una receta electoral para expresarlo ante los micrófonos, tras bambalinas los republicanos admiten que un Gobierno del PP con la extrema derecha abriría un escenario devastador para sus intereses. La suerte de los socialistas también depende de la suerte de ERC. Y viceversa, a pesar de que se alimentan en el campo. Pero dadas las previsiones de las urnas, la izquierda catalana, como la vasca, están preparando sus cuarteles. «Cataluña y el País Vasco se pintarán de otro color en el mapa», advirtió Otegi, quien argumentó que será un sello que servirá para reivindicar la autodeterminación a nivel internacional. Las oportunidades, dijo, surgirán, pero hay que «construirlas» y, añadió Ruffian, no esperar a que salgan «del sofá».

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