Cepsa se posiciona como una de las tres compañías del sector energético en Europa con mejor evaluación de sus políticas y desempeño ESG (ambiental, social y de buen gobierno), según los últimos resultados de la evaluación ESG elaborada por Moody’s, la firma internacional de riesgos agencia calificadora de gestión.
El análisis de aspectos ESG realizado este año por Moody’s eleva los resultados de Cepsa en cuatro puntos y la sitúa, por segundo año consecutivo, entre las tres primeras compañías por su desempeño y su capacidad de gestión sostenible en su sector en Europa. Moody’s reconoce el «nivel avanzado» de Cepsa en materia de sostenibilidad, situándola en la máxima categoría.
Cepsa alcanza los 65 puntos, frente a los 61 obtenidos en 2022, un incremento que responde en parte a las acciones y buenas prácticas enmarcadas en su estrategia 2030 “Movimiento Positivo”, con la que la compañía aspira a convertirse en un referente imprescindible en la transición energética, líder en la producción de hidrógeno verde y biocombustibles y un actor clave en la movilidad sostenible en España y Portugal.
Carmen de Pablo, CFO y Directora de Estrategia y ESG de Cepsa, ha subrayado: “Nuestro rating en la evaluación de Moody’s, considerado uno de los más relevantes por la comunidad financiera, permite a Cepsa seguir progresando, identificar oportunidades de crecimiento y reforzar sus compromisos con desarrollo sostenible. desarrollo. De acuerdo con nuestro plan de desarrollo sostenible, presentado en el primer trimestre del año, tenemos una hoja de ruta clara para seguir integrando las mejores prácticas ESG en cada una de nuestras acciones y así aportar valor compartido a las comunidades donde estamos presentes”.
El plan de desarrollo sostenible de Cepsa, denominado “Promoviendo el impacto positivo”, se basa en ocho pilares con los que la compañía incluye una serie de compromisos como reducir sus emisiones de CO2 de alcance 1 y 2 en un 55% en 2030, en un 20% de la captación de agua dulce en agua -áreas estresadas para 2025, o aumentar la intensidad de circularidad de residuos de sus operaciones en un 50% para 2030, en comparación con los niveles de 2019.
Moody’s ha desarrollado esta evaluación ESG con el objetivo de evaluar la gestión y capacidad de las empresas ante los riesgos y oportunidades en materia de desarrollo sostenible, así como su progreso en todos los ámbitos relacionados con este ámbito. La agencia de calificación ha evaluado cerca de 5.000 empresas teniendo en cuenta 24 aspectos ESG.
Este tipo de evaluación independiente demuestra el fuerte compromiso de Cepsa con el desarrollo sostenible y sus grupos de interés. En este sentido, recientemente EcoVadis, el rating de referencia utilizado por las empresas para evaluar la sostenibilidad de su cadena de suministro, también otorgó a la energética la medalla de oro, situándola entre el 3% de las mejores empresas de su sector a nivel mundial. nivel.mundial.
Una estrategia estructurada por criterios ESG
Cepsa considera clave la gestión de los aspectos ESG. Como parte de su estrategia 2030, “Movimiento Positivo”, Cepsa aspira a alcanzar las emisiones netas cero antes de 2050. Para ello, la compañía invertirá entre 7.000 y 8.000 millones de euros hasta 2030, de los que cerca del 60 % se destinarán a empresas. vinculados a la producción de hidrógeno verde y biocombustibles.
Cepsa es una empresa líder internacional comprometida con la movilidad y la energía sostenibles con una sólida formación técnica tras más de 90 años de actividad. La compañía también tiene un negocio químico líder en el mundo con un negocio cada vez más sostenible.
Cepsa presentó en 2022 su nuevo plan estratégico para 2030, Positive Motion, que proyecta su ambición de ser líder en movilidad sostenible, biocombustibles e hidrógeno verde en España y Portugal, y convertirse en un referente en la transición energética. La empresa pone a los clientes en el centro de su negocio y trabajará con ellos para ayudarlos a avanzar en sus objetivos de descarbonización.
Los criterios ESG inspiran todas las actuaciones de Cepsa para avanzar hacia su objetivo neto positivo. A lo largo de esta década, reducirá un 55% sus emisiones de CO2 de alcance 1 y 2 y un 15-20% su índice de intensidad de carbono, con el objetivo de alcanzar emisiones netas cero en 2050.
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