Balón de oxígeno para el PSOE (tras el silencio ocioso de Susana Díaz)

Comment

Ultima Hora

Los buenos resultados del PSOE dieron un doble balón de oxígeno al «sanchismo». Al mismo tiempo que reavivaban la posibilidad de que Pedro Sánchez siguiera en el Palacio de La Moncloa de Madrid, paliaban la hemorragia interna del partido. En consecuencia, los signos vitales orgánicos del socialismo ya no pueden ser diagnosticados como “muy graves” en un supuesto informe médico. El 23J ha traído una dosis de tranquilidad que hasta ahora no existía, tanto en la calle Ferraz como en otros territorios especialmente perjudicados. Por ejemplo, la andaluza. Desde que era secretario general del PSOE andaluz, no habíamos visto a Juan Espadas irradiar cierta alegría la noche electoral. Esta vez si. Y, por ejemplo, también vale el derroche de alegría de una María Jesús Montero que se hizo una piña con el exalcalde de Sevilla, en el fatídico año que transcurrió entre los andaluces y los municipales. El relevo también es exportable a Málaga, donde Dani Pérez había sufrido los estragos causados ​​a nivel provincial, en términos electorales, por los 19J y 28M andaluces. Pese a la pérdida de un diputado, los resultados en tierras malagueñas han mejorado finalmente (en porcentaje y número de votos) con recuentos muy nefastos aún frescos.

A su vez, el freno de Sánchez a un hipotético dúo ‘Feijóo-Abascal’ de Moncloa se ha convertido como un boomerang frente al estallido del ‘susaísmo’ de los últimos meses. Algunas conspiraciones ya se organizaban de forma clandestina, por si llegaba el momento de abrir un nuevo escenario en la calle Ferraz de Madrid o en localidades donde el “sanchismo” gozaba de relativo control.

La semana pasada, como antesala inmediata a la cita con las urnas, las críticas de un sector del PSOE pusieron de manifiesto el descontento existente con la «huelga de ocupación» que desplegaba Susana Díaz en la campaña general.

La «huelga» de Susana Díaz

Esta actitud contrasta con su hiperactividad en las semanas previas a las elecciones municipales del 28M, cuando armó una gira a su medida y bajo su responsabilidad, con decenas de mítines en localidades de toda Andalucía.

Esta campaña paralela -con paseíllo incluido con el «antisanchista» Alfonso Guerra- no gustó a la gestión regional de Juan Espadas. Y, posteriormente, el exsecretario general del PSOE andaluz se enfadó por no haberse mantenido durante el proceso electoral nacional en la diputación permanente del Senado, con la consiguiente pérdida de salario.

Con el 23J en el horizonte, la expresidenta de la Junta había vuelto a una preocupante actitud jerárquica, que incluso la habría llevado a esperar con impaciencia un hipotético escollo electoral de Pedro Sánchez. “Si cae Pedro, habrá congreso federal en unos meses y congresos locales en menos de un año; y si sigue, tendremos que combatirlo”, se convirtió en la consigna que circuló entre la política trianera y entre otras sensibilidades críticas de la formación progresista.

Susana Díaz fue delatada en la campaña por sus redes sociales. No había rastro de un mínimo de participación en la carrera de generales. Todo lo contrario de lo que hizo en las elecciones municipales, cuando anunciaba sus intervenciones a bombo y platillo o las retransmitía en directo. De hecho, la cuenta que suele informar sobre su actividad pública solo publicitaba sus apariciones televisivas. Este comportamiento la situó en la misma línea que otros personajes históricos lejanos a Sánchez, como el extremeño Felipe González, Guerra o el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Nada que ver con José Luis Rodríguez Zapatero al que se le «escapó el hombro» en la víspera del 23J de forma decisiva.

vacaciones controvertidas

Los mismos que se sentían incómodos con la excesiva notoriedad de Susana Díaz ahora han cuestionado su silencio. Que, incluso, se quedó inactivo durante unas vacaciones en plena campaña electoral que tuvieron durante varios días al estilo trianero, con su familia, en un conocido hotel de La Carihuela en Torremolina.

Allí, incluso, recibió la visita de compañeros de su cuerda. Por ejemplo, las exsenadoras por Málaga Estefanía Martín Palop y Marisa Bustinduy, la que fuera líder provincial del PSOE.

Fueron precisamente las redes sociales las que retransmitieron este encuentro. Una profesional del sector turístico, vinculada a la cadena hotelera donde se hospedaba, se fotografió con Díaz, Martín y Bustinduy y difundió la imagen describiéndolas como «mujeres maravillosas, mejores amigas». La «captura de pantalla» que ilustraba la camaradería «susanista» circuló entre los simpatizantes del oficialista Partido Socialista, quienes recordaron a menudo que «Susana Díaz es una senadora con designación regional y debió pelear el cobre como los demás compañeros, en vez de rendirse». Fuentes cercanas al aparato del PSOE han llegado a reprochar al exdirigente «la falta de compromiso y de ética».

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *