Un mar de ondas gravitacionales primordiales actúa sobre las galaxias y cambia su movimiento y posición. Su efecto es muy débil, pero medible con los instrumentos actuales: sería una prueba indirecta de la existencia de las primeras ondas gravitatorias y una confirmación de la teoría de la inflación cósmica.
Las ondas gravitacionales son fluctuaciones en la curvatura del espacio-tiempo que se propagan en forma de ondas lejos de su fuente. Son producidos por eventos astrofísicos violentos, como la colisión de dos estrellas binarias o dos agujeros negros.
Las ondas gravitacionales (o gavitatorias) viajan a la velocidad de la luz y fueron predichas por Einstein en 1916. Estas ondas contraen y estiran todo lo que encuentran en su camino. La gravedad de la que toma su nombre se manifiesta por la deformación del espacio-tiempo que provoca a su paso, el cual adquiere una forma similar a la de un peso sobre un tejido.
Las ondas gravitacionales son muy difíciles de detectar porque son muy débiles cuando llegan a la Tierra. Se necesitan instrumentos de alta sensibilidad, como el Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO), para detectarlos.
primera prueba
LIGO está formado por dos observatorios: uno en Luisiana y otro en Washington. Cada observatorio tiene dos «brazos» largos, y cada uno de ellos tiene más de 4 kilómetros de largo. Cuando una onda gravitacional atraviesa los brazos, los alarga o los acorta ligeramente, y esto se puede medir con láseres.
En 2015, los científicos detectaron por primera vez ondas gravitacionales con LIGO. Estas primeras ondas gravitatorias se produjeron cuando chocaron dos agujeros negros hace 1,3 millones de años, pero las ondas no llegaron a la Tierra hasta 2015. Este descubrimiento confirmó la predicción de Einstein y abrió una nueva forma de ver el universo.
Desde entonces, se han detectado más ondas gravitacionales de distintas fuentes, como la fusión de dos estrellas de neutrones o la colisión de dos agujeros negros supermasivos. Estos eventos nos permiten estudiar fenómenos extremos que no se pueden ver con telescopios ópticos u otras longitudes de onda.
olas ocultas
Pero hay un tipo de onda gravitatoria que aún no ha sido detectada directamente: las ondas gravitatorias primordiales. Estas son las ondas que se habrían generado en los primeros momentos del universo, justo después del Big Bang. Estas ondas nos darían información sobre las condiciones físicas y la evolución del cosmos en sus orígenes.
Sin embargo, estas ondas son tan débiles que se necesitan métodos indirectos para inferir su existencia. Una forma es investigar su efecto sobre la radiación cósmica de fondo, el eco térmico del Big Bang que llena todo el espacio. Otra forma es investigar su efecto sobre las galaxias y los cúmulos de galaxias, que son las estructuras más grandes del universo.
Llegamos a lo esencial
Un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) ha encontrado ahora evidencia indirecta de un mar de ondas gravitacionales primordiales que pueden haber afectado la distribución y el movimiento de las galaxias, según un comunicado.
Los investigadores utilizaron datos del Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio WM Keck para medir el corrimiento al rojo cósmico y la distancia angular de más de 200 galaxias.
El corrimiento al rojo cósmico es el cambio en la longitud de onda de la luz emitida por un objeto debido a su movimiento relativo al observador.
Brecha reveladora
Cuanto mayor es el corrimiento al rojo, más rápido se aleja el objeto. La distancia angular es el ángulo que forma un objeto con respecto al observador.
Los científicos compararon estos datos con predicciones teóricas basadas en el Modelo Estándar de Cosmología, que asume que el universo está compuesto principalmente de materia oscura y energía oscura, y se está expandiendo rápidamente.
Descubrieron que había una discrepancia entre los datos observados y esperados: las galaxias tenían un corrimiento al rojo más alto y una distancia angular más pequeña de lo esperado.
Esto significa que las galaxias se están alejando más rápido y más cerca unas de otras de lo que deberían.
Los científicos interpretaron este resultado como una señal de que existe un mar de ondas gravitacionales primordiales que actúan sobre las galaxias, cambiando su movimiento y posición.
marea cósmica
Según los investigadores, este mar de ondas gravitacionales tendría una frecuencia muy baja, del orden de un ciclo cada 10 mil millones de años. Sería como una marea cósmica muy lenta arrastrando las galaxias. Este efecto sería muy débil, pero medible con los instrumentos actuales.
Este hallazgo, si se confirma con más datos y análisis, sería una evidencia indirecta de la existencia de ondas gravitacionales primordiales y de la teoría de la inflación cósmica, que propone que el universo se expandió de manera exponencial en sus primeros momentos. Además, sería una forma de estudiar el universo primitivo y sus propiedades físicas.
Las ondas gravitacionales son, por tanto, una ventana al pasado y al futuro del cosmos. Nos permiten ver lo que no se ve con la luz y nos revelan los secretos más profundos de la naturaleza. Un camino que apenas comenzamos a recorrer.
Referencia
El conjunto de datos NANOGrav de 15 años: evidencia de un fondo de ondas gravitacionales. Gabriela Agazie et al. The Astrophysical Journal Letters, volumen 951, número 1, 29 de junio de 2023. DOI 10.3847/2041-8213/acdac6
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