Todavía están mal vistos, pero han estado con nosotros durante muchos años. Si juegas con ellos es porque lo necesitas, porque eres un cerdo, un idiota. Si te interesa explorar otras zonas erógenas de tu cuerpo para sentir más placer, eres raro, o menos hombre, o menos heterosexual. Tabú, estigma y grandes inseguridades. Esto es lo que se esconde detrás de los juguetes eróticos masculinos. Aunque los hay de todas las formas, tipos y colores. Para todos los gustos y todas las zonas del cuerpo, para usar solo o en pareja. De todo tipo, para que también los hombres podamos explorar libremente nuestra sexualidad y sobre todo liberarnos de las cargas y roles de género que pesan sobre nuestro cuerpo.
El satisfactor o succionador de clítoris supuso una revolución para el descubrimiento de la sexualidad femenina (y en parte masculina), pero sobre todo una estandarización de estos juguetes. Entre ellos, porque todavía hay estigmas entre ellos que aún no han sido sacados de la oscuridad.
Borja García trabaja en Amantis, un Sex Shop situado en el centro de Valencia, y es consumidor de estos juguetes. “Este mundo lo descubrí cuando era más joven cuando decidí probar los típicos juguetes con mi novia, por las típicas ganas de probar cosas nuevas. A partir de ahí se ha abierto mucho mi forma de entender las relaciones sexuales”, explica. . Comenta que “si bien ha habido un gran avance gracias a los feminismos (porque cuando avanza el movimiento feminista, es toda la sociedad la que avanza) no deja de ser chocante que los hombres heterosexuales hablen de estos temas sin alardes ni bromas, sino en serio. En general, a los hombres no les interesan estos discursos feministas ni aprender sobre sexualidad.
«Muchos muchachos entran a la tienda, generalmente con su pareja, y dicen ‘es solo para ellos, no hay nada para nosotros'».
Esperanza Gil es sexóloga y directora del Instituto Valenciano de Educación Sexual, además de trabajar en Amantis. Desde la tienda explican que en realidad los juguetes sexuales suelen ser «agénero». «Muchos muchachos entran a la tienda, generalmente con su novia, y dicen ‘es solo para ellos, no hay nada para nosotros'». son para los dos”, explica.
Porque la diversión no siempre tiene que estar alrededor del pene. Hay muchas otras zonas erógenas que Esperanza dice que normalmente no se exploran y que pueden hacer que el sexo sea mucho más placentero. Aún así, lo que los hombres suelen sacar de la tienda son onaholes. «Los huevos son lo primero que la gente trae para probar. Los recomendamos porque tienen una textura interna muy excitante, necesitan usarse con lubricante y se enfocan en la estimulación básica que es la penetración, pero la gente tiende a descubrir algo más». Para García, la relajación es clave «porque los orgasmos vienen de aquí al final (señalando la cabeza) y estar tranquilo y relajado hace más divertido». Añade que “usarlo solo te permite descubrir sensaciones que no has tenido y que te pueden gustar mucho, pero también puedes encontrar la forma de combinarlo si estás con otra persona”, explica-.
Hay muchas otras zonas erógenas que normalmente no se exploran y que pueden hacer que el sexo sea mucho más placentero.
Otro producto que usan los hombres son los anillos vibradores «mantiene la erección por más tiempo y es una doble estimulación del clítoris para ella también». Además de eso, hay juguetes Tipo-C para parejas. “La parte que vibra va al clítoris y permite la penetración, nos genera una vibración agradable y además estrecha el canal vaginal”, dice García. Pese a ello, insiste en que la juguetería sigue muy enfocada a la zona genital y que «hay vibradores funcionales para todo el cuerpo». Masajeadores que puedes utilizar en el cuello, en los pezones, en el perineo o en los testículos. Todas estas son áreas muy sensibles, pero en realidad se puede tocar todo el cuerpo. Hay todo un mapa de placer por descubrir”, especifica Esperanza.
juguetes de próstata
Además de este, hay otros juguetes que cada vez son más demandados, según Esperanza: las próstatas. “Al final, el punto G masculino está en esta zona, y muchos tienen curiosidad por probarlo”, explica la sexólogo. Aquí es donde comienzan las inseguridades y los roles impuestos. “Todavía hay muchos hombres que piensan que por meterse algo en el culo y amarlo son gays, y no tiene nada que ver y no pasa nada o es raro. Todavía hay muchos que sienten que su heterosexualidad corre peligro. utilizando estos juguetes prostáticos”, comenta Borja. Al final, explican ambos, se trata de ampliar el placer y disfrutar de nuevas zonas erógenas.
Además de todo eso, Esperanza y García señalan que lo primero que hay nada más entrar en la tienda son libros. “Hablan de prácticas, formas de concebir la sexualidad, porno, hay cómics, literatura… Creo que es importante empezar a conocer más sobre nuestra sexualidad”, remarca Borja.
Y ese es un tema importante en el que las mujeres tienden a involucrarse mucho más. “Hacemos muchos talleres y charlas en la tienda sobre diferentes temas, y las mujeres siempre vienen, los hombres nunca. Y los hombres que vienen son ‘engañados’ por sus parejas”, dice Esperanza.
No hay audiencia y por lo tanto no hay mucha información. Uno de los pocos libros que existen sobre este tema es el de la sexóloga valenciana Ana Lombardía «Hablando con ellas: la sexualidad de los heterosexuales». Lo escribió precisamente porque los sexólogos apenas tienen las herramientas para tratar a estas personas en consulta.
«Los juguetes sexuales masculinos aún están muy poco estandarizados. Muchos hombres se sienten amenazados o menos masculinos al explorar zonas erógenas distintas al pene, a pesar de que les hará sentir mucho más placer»
Para Lombardía “los juguetes eróticos masculinos aún están muy poco estandarizados”. El primer motivo, según la sexóloga, es que «muchos ya se conforman con masturbarse con las manos y por lo general no son tan curiosos como las mujeres», pero lo que trasciende de fondo es que «muchos hombres se sienten amenazados o menos masculinos a la hora de explorar espacios erógenos». zonas distintas al pene, aunque les hará sentir mucho más placer”, dice.
Agregue a eso las presiones y las cargas de asumir los roles de las relaciones tradicionales. “Genera inseguridades enormes. Todo está orquestado alrededor del pene duro, con erecciones súper largas para llegar al orgasmo, incluso si necesitan estimulación del clítoris. Parece que si estás usando un juguete o explorando otras áreas, resta puntos, » él dijo.
Lombardía explica que «muchos hombres todavía tienen miedo de perder su ‘masculinidad’. Les da vergüenza ir a una tienda erótica y comprar un juguete, pero hay que romper todos esos tabúes y explicar que los juguetes son un complemento para desarrollarse y sentirse más Placer». Tienes que abrirte. Explorar.
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