La norteamericana Shea McNamara se ha convertido en la octava incorporación del Tenerife Libby para la temporada 23/24, confirmando así la renovación casi total del equipo lagunero con el objetivo de aspirar una vez más a uno de los títulos nacionales y, por qué no, europeos, ya que jugarán esta temporada en la Copa CEV de Voleibol.
Con la incorporación de Shea, el conjunto lagunero refuerza la red metiendo centímetros, atacando y bloqueando como armas del equipo junto a las últimas incorporaciones en cuanto a centrales y laterales, casi todos con un perfil algo ofensivo.
El fichaje del estadounidense cierra el capítulo de fichajes del CV Haris para esta temporada, como era de esperar, ya que a pesar de esta circunstancia, el presidente del club, David Martín, puede sacar una baza en la manga en lo que a nuevos refuerzos se refiere. En este caso, el técnico nunca ha ocultado que quería más profundidad en el banquillo esta temporada para no agobiar a sus jugadoras con viajes y partidos, lo que haría totalmente posible aumentar el número de mujeres al servicio del club.
McNamara es un jugador de 1,87 m y 24 años. Sin embargo, comienza el ejercicio 22/23 en la Bundesliga alemana defendiendo los colores naranjas de Nawaro Straubing.
Esta es su primera experiencia internacional desde que se formó en Estados Unidos en la Universidad de Auburn (18/20) y posteriormente, antes de dar el salto a Europa, militó en las filas del equipo de Rutgers Volleyball University (20/22). Sus números y buen hacer no pasaron desapercibidos y dio el salto a Nawaro. Joven, deportivo y bien preparado y con mucho recorrido.
La incorporación de Shea McNamara se suma a las de los opuestos Raquel Montoro y Dayana Segovia; las acomodadoras Paula García y Ariadna Priante; la receptora Dénia Bravo; la líbero Marga Pizá; y la fábrica de Linda Costa. Se han renovado los receptores Lisbet Arredondo y Belly Nsunguimina y el central Daysa Delgado.
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