Una cosa es tener frío y otra muy distinta tener alergia al frío.
El inicio de año se caracteriza por tener las temperaturas más bajas de España, aunque con días para todos los gustos, como hemos visto esta semana.
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Pero si nos vamos a los primeros días del mes, incluso podríamos decir que sufrimos temperaturas especialmente bajas, aunque algunos ni lo recuerdan.
Pero es que según los meteorólogos vivimos un episodio de temperaturas anormalmente bajas, incluso con valores propios de una ola de frío en algunos casos.
Y estas tormentas, tan frecuentes en estos momentos, pueden afectar a la calidad de vida de algunos pacientes que padecen urticaria por frío (UF).
Lo que comúnmente se llama alergia al frío.
Este tipo de alergia, según los pocos datos recogidos, tiene una incidencia anual del 0,05% pero es la segunda urticaria inducible más frecuente, casi hermanada con la urticaria inducida por el ejercicio físico.
Y tal y como apunta la Dra. Beatriz Veleiro Pérez, Médica Adjunta de la Sección de Alergia del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (CHUAC) y miembro del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC)
¿Qué es la urticaria inducida por frío?
La alergia al frío es un tipo de urticaria crónica que pertenece al grupo de las denominadas urticarias inducibles, o lo que es lo mismo, desencadenadas por estímulos físicos.
La urticaria por frío tiene síntomas muy específicos que aparecen en algunos pacientes tras la exposición a bajas temperaturas:
Generalmente se localiza en zonas del cuerpo expuestas al frío (manos, cara, etc.), aunque en ocasiones se extiende más o incluso se generaliza.
Tal y como advierte el Dr. Ignacio Jáuregui, especialista en alergología y miembro del Comité de Alergias Cutáneas de la SEAIC.
“En algunos casos, tras una exposición sistémica intensa al frío -baños de agua fría, por ejemplo- los síntomas pueden ser generales y graves, incluyendo reacciones anafilácticas, con síntomas cardiovasculares -mareos o pérdida del conocimiento- y respiratorios”,
Se acaba de publicar un estudio retrospectivo de 415 pacientes con urticaria por frío con edades comprendidas entre los 4 meses y los 18 años, que refleja datos muy importantes para todos los niños alérgicos.
Y es que casi el 80% de los niños del estudio que padecían UF padecían también otro tipo de alergia respiratoria, alimentaria o dermatitis atópica.
La prueba del cubo de hielo
Para confirmar el diagnóstico, que es básicamente clínico, los alergólogos realizan una prueba de exposición al frío controlada.
¿Cómo? ‘O’ ¿Qué? Simplemente con un cubito de hielo.
Consiste en la aplicación de frío -un cubito de hielo o una probeta de agua helada- en la parte anterior del antebrazo, durante 5 minutos.
Después de 10 a 15 minutos, si el paciente es alérgico, sentirá comezón y una pápula en forma de cubo de hielo.
“Solo en algunos casos se debe requerir exposición prolongada o inmersión en agua fría para confirmar el diagnóstico”, dicen los alergólogos.
También existen otros métodos de diagnóstico, como el Temptest.
Es un dispositivo basado en el efecto Peltier, que tiene un alambre metálico capaz de producir un gradiente de temperatura entre 4 y 44 ºC, sobre el cual el paciente coloca el antebrazo durante 5 minutos.
“En caso de un resultado positivo, este dispositivo nos permite conocer el umbral de respuesta del paciente, es decir, la temperatura que provoca picor o urticaria en ese momento”, dice el Dr. Veleiro.
En este sentido, es importante determinar los umbrales de respuesta del paciente durante el estudio, tanto en términos de temperatura como del tiempo de estimulación necesario para desencadenar una respuesta al frío.
Esta determinación ayuda a los alergólogos a ofrecer al paciente medidas de evitación adecuadas e individualizadas para monitorizar la respuesta al tratamiento y también como valor pronóstico.
Recomendaciones contra la urticaria por frío
Los expertos recomiendan que en caso de síntomas, el paciente debe ser derivado a una consulta de alergología para confirmar el diagnóstico.
Y, si es posible, se ofrecen medidas individualizadas al paciente tras realizar los estudios oportunos, tal y como explican los alergólogos.
«Aconsejamos principalmente evitar las actividades acuáticas, que se sabe que facilitan la anafilaxia, especialmente si las exposiciones son prolongadas o de toda la superficie del cuerpo».
“Sin embargo, un adecuado estudio individualizado nos podría ayudar a indicar al paciente que no puede bañarse en el Atlántico, pero sí en el Mediterráneo, que es más cálido, por ejemplo”.
Pero en general, los especialistas en alergias dan algunas recomendaciones a los pacientes con alergias al resfriado:
Sin embargo, los expertos reconocen que algunos pacientes, particularmente aquellos con síntomas sistémicos, tienen un impacto significativo en la calidad de vida.
“Realmente les cuesta mucho salir en días de viento, mojarse con las gotas de lluvia, entrar a un centro comercial con aire acondicionado en un día caluroso o quedarse en clase en invierno con las ventanas abiertas, como sucede en estos tiempos. de pandemia.
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