El Getafe sumó este miércoles un agónico triunfo por 1-0 con un gol de penal convertido por Enes Ünal y superó al Celta para acercarse a los puestos de salvación gracias al encuentro encarnizado de la vieja guardia de José Bordalás, que apostó por su conocido para anotar tres puntos. .
Con casi la misma formación que los partidos (tres y dos respectivamente), José Bordalás, tras perder en su debut ante el Espanyol (1-0), decidió alejarse de cualquier posible experimentación y apostó por una formación que perfectamente podría haber sido recitada en 2021, cuando completó su primera etapa en el Getafe después de cinco años.
Nueve de los titulares formaban parte del equipo que tanto éxito le dio durante tantos años. Ni siquiera dudó en incorporar jugadores casi nuevos esta temporada, como Mauro Arambarri y Jaime Mata. El uruguayo, lesionado en los últimos dos meses tras una recaída, ha vuelto a jugar en el centro del campo junto a su compañero en miles de batallas Nemanja Maksimovic. Y, el segundo, al margen de las alineaciones con Quique, sentó Borja Mayoral.
Sólo Stefan Mitrovic y Gastón Álvarez eran unos completos desconocidos para Bordalás, que veía como Iago Aspas volvía a enfrentarse al Celta en busca de un triunfo con el que casi sellaba la salvación.
El truco de Bordalás de colocar a su vieja guardia fue efectivo desde el primer momento y el Getafe tardó unos minutos en abrir el marcador. El protagonista fue Enes Ünal, que provocó un penalti que luego convirtió con incertidumbre. El delantero turco puso fin a una racha goleadora de seis partidos y el Coliseo explotó.
El Getafe no necesitó mucho más para adelantarse en el marcador en el descanso. La marca de Bordalás ha sido perfectamente registrada y muy bien ejecutada por sus seguidores. En 45 minutos no se ha jugado casi nada. Incluso el delegado del Getafe, Mejuto González, recibió dos advertencias del árbitro Guillermo Cuadra Fernández después de que los recogepelotas siguieran desapareciendo.
El Getafe jugó para no dejar jugar y evitó las llegadas del Celta, que en el minuto 45 solo dispuso de un inocente disparo de Franco Cervi desde fuera del área mientras que incluso pudo marcar el segundo con un cabezazo de Jaime Mata que se fue por encima del larguero.
El Celta, y en especial su entrenador Carlos Carvalhal, acudieron desesperados al vestuario. El portugués siguió quejándose desde la banda de tantas atajadas e intentó cambiar la mala dinámica de su equipo con la entrada de Haris Seferovic y Luca de la Torre.
Eso tampoco funcionó. Al menos en la reanudación, en la que el Getafe, además de no pisar el freno de intensidad, saltó y pudo aumentar su renta con una clara ocasión de Jaime Mata que desbarató Iván Villar tras un balón de Mitrovic que llegó hasta Ünal. y se puso en la piel del delantero madridista.
Este juego fue el ejemplo más claro del estilo Bordalás, que a estas alturas del curso, sin posibilidad de alardear, solo exige fuerza y juego directo. Sus alumnos cumplieron y el intento de Mata resultó en un robo y tres hits. Nada más. Con eso, fue suficiente para el Getafe.
Pero todavía había una ventaja de media hora. Un mundial si no hay dificultad y más contra un equipo como el Celta, que cuenta con jugadores de una calidad enorme capaces de hacer estragos. Y, poco a poco, el Getafe empezó a sentirse estancado. Iago Aspas empezó a trabajar entre líneas y Carles Pérez insistió mucho en la banda. Entre ambos causaron mucha preocupación en el público del Coliseum, que se llevó un susto tremendo con un disparo del primero que se fue por muy poco.
Luego vino la expulsión de Joseph Aidoo. Enes Ünal, que había batallado con el ghanés durante todo el partido, consiguió su segunda amarilla tras ser derribado en la frontal del área. Y con uno menos, y con el Getafe con sus jugadores bien adoctrinados por Bordalás, al Celta poco le quedaba más que intentar un milagro.
Aun así, el Celta realizó algunas detenciones en el tramo final del duelo y consiguió rondar por momentos el área de David Soria. El Getafe pudo acabar con su agonía con un travesaño de Munir El Haddadi y con un mano a mano de Ünal que se fue al limbo.
Al final, el equipo de Carvalhal murió de desesperación. No podía con un equipo aburrido e incómodo. No fue nada llamativo, pero ya se nota la estampa de Bordalás. El técnico alicantino, y su vieja guardia, dispararon tres puntos clave para el futuro del Getafe en Primera División.
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