El PSOE andaluz afronta el 23 de julio sin tener tiempo de ir al diván ni de curar sus heridas. El análisis de la segunda derrota en menos de un año se hizo en 48 horas y con el calendario apretándose para que los grupos provinciales comenzaran a preparar las listas para el Congreso y el Senado. La «carrera precipitada» de Pedro Sánchez con el adelanto electoral, como la calificó el PP-A, le hizo un favor al secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas. Nadie cuestionará públicamente su liderazgo, ni siquiera Ferraz puede exigirle cuentas porque el desastre fue equivalente en todo el territorio nacional. La fecha inminente de nuevas elecciones les obliga a cerrar filas y ponerse manos a la obra.
Esta calma interior es un espejismo y eso no quiere decir que todo esté en calma. Es solo un aplazamiento. Los cuchillos, envainados, se afilan. Hay movimientos internos, que aún son clandestinos. Nadie esconde en el partido que ya se toman todas las medidas sin perder de vista que si hay un desastre, si el PSOE pierde el Gobierno español, «el partido irá al congreso antes de fin de año» en un escenario interno muy convulso, Admiten varias fuentes socialistas consultadas. En esta nueva pantalla, Espadas tendrá pocas salidas. Como dijo un líder socialista: «Si sale mal, habrá un congreso antes de fin de año y como todos saben en el fondo, las posiciones ya están tomado ahora todos nos vamos a poner la camiseta pero nadie pierde de vista lo que quiere ser de mayor y hay algunos que están pensando dónde hacer fila para las nuevas primarias El mensaje fuera de todos los ejecutivos, alcaldes que han sobrevivido en sus ayuntamientos, jefes de provincia, diputados… es que «ahora es el momento de hacer las listas» y «si el 23 -voy bien-, alguno respirará y empezaremos a mirar unos a otros desde el interior.
marejada ciclónica interna
El oleaje ya se hace presente y los dirigentes socialistas andaluces tratan de averiguar por dónde puede venir el viento. No existe una alternativa clara a Swords en medio de un paisaje turbulento. Tampoco hay críticas hirientes al líder andaluz. Lo critican por «no hacer equipo», «ser cauteloso», no tener un núcleo duro y, a veces, ser «demasiado dudoso». «Juan (Espadas) solo confía en Juan» o «cuando gobiernas puedes tomarte un tiempo y descansar las cosas. Cuando tienes un BOE para hacer anuncios, te puedes permitir este estilo. Cuando estás en la oposición, necesitas otro ritmo. De cara al Junta de Andalucía, hay que actuar con un plan de acoso y derribo, sin pensar demasiado en todo. Cuando surge un problema ya está muerto», señalan dos cargos socialistas en Andalucía La retirada del secretario de Organización Noel López por el secuestro de Maracena El caso desencadena mucha lectura interna.Exigen que se respete la presunción de inocencia y no dudan en señalar con el dedo a la «justicia enfadada» contra el PSOE.En Mojácar se supo que la trama de compra de votos afectó al PP tras la elecciones.
El PP logra el vuelco en Sevilla y Huelva y sella cinco mayorías absolutas en las capitales andaluzas
La elaboración de listas electorales siempre genera tensiones dentro del partido. Sobre todo cuando quedan muy pocos puestos por repartir tras la dura pérdida de competencias municipales y territoriales que sufrieron el pasado 28 de mayo. “Llevamos mucho tiempo haciendo listas electorales de forma orgánica, con candidatos que no representan al pueblo y eso es parte del gran problema de desconexión que tenemos. Ahora más que nunca las listas se elaboran en clave primaria. Los dirigentes quieren cobijarse de lo que pueda pasar”, explica un alcalde socialista.
Por ahora, la dirigencia federal ha dejado claro que los «derrotados» en las elecciones municipales y regionales de mayo, quien quiera, es bienvenido en las listas generales. En Andalucía, ya han levantado la mano la presidenta de la Diputación de Huelva, María Eugenia Limón, la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, y el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, que podría encabezar la lista en el Senado junto a María Jesús Montero como uno en el Congreso.
Más allá de Susana Díaz
El PSOE andaluz no espera que la elaboración de las candidaturas, que deben aprobarse antes del 10 de junio, fecha del Comité Federal, abra una guerra. No se espera que haya tanta turbulencia como la última vez, cuando Susana Díaz vio cómo Ferraz cambiaba las candidaturas para laminar a sus afines y situar, como era lógico, a los ministros de Pedro Sánchez o a sus hombres de confianza en el ejecutivo . . Ha habido la entrada de susanistas y muchos ya se han acercado a la dirección federativa o andaluza de Espadas. Nadie duda de que habrá cambios para que quienes ocupen escaños en el Congreso y el Senado sean «cien por cien» Pedro Sánchez. Sin embargo, nadie cree que será un proceso tan belicoso como el de 2019.
La dirección de Juan Espadas ve a Susana Díaz tras los movimientos clandestinos ya perceptibles en el PSOE andaluz. Aseguran que “no hay nada más” y minimizan su importancia. La verdad es que la corriente crítica de Díaz está ahí, es obvio, pero está esperando para alinearse y no para proponer su propia alternativa. Los «susanistas» son pocos y los que no dudan de que si hay una nueva derrota el 23 de julio, el recambio se tendrá que producir en el sentido andaluz. La expresidenta de la Junta ha liderado su propia campaña ayudando a los alcaldes de pequeños pueblos de Andalucía, pero la alternativa a Espadas no pasará por ella.
Problemas de radar
La del 28 de mayo es la segunda derrota que el partido de Juan Espadas no ve venir. La mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno el 19 de junio de 2022 les pasó por encima como una apisonadora. Luego señalaron que hacía seis meses que no estaban en el puente de mando, que el partido seguía afectado por la pérdida de la Junta de Andalucía en 2018, que no habían tenido tiempo de ‘hacer los cambios necesarios o escribir sus propia hoja de ruta como oposición. La orden era ponerse manos a la obra para los municipios. El pasado domingo, en San Vicente, sede del PSOE andaluz, una vez más no sintieron una derrota tan estrepitosa. Hasta la misma mañana dieron por hecho que dominaban Sevilla. El hundimiento de Huelva les sonaba a ciencia ficción. Creían que podían mantener Jaén e incluso gobernar Cádiz. “Sabíamos que estaba todo muy apretado, abierto, pero pensábamos que algo nos iba a caer de lado”, admiten en el puente de mando. Ellos estaban equivocados. El PP gobernará en las ocho capitales, a la espera de un acuerdo con Jaén merece más, y seis diputaciones, todas menos Sevilla y Jaén, que quedan en manos socialistas.
“La pérdida del poder municipal e institucional es brutal”, advierte un dirigente socialista. De hecho, el PSOE-A perdió unos 100.000 votos respecto a las últimas elecciones municipales de 2019, donde obtuvo muy buenos resultados. Sin embargo, este número lo dejó desprovisto de cualquier apoyo institucional. «No tenemos más equipos», explica un líder del partido. «Muchos no saben lo que significa la institucionalización del aparato, a ver qué vamos a hacer ahora con tanta gente que se va. Solo en el Ayuntamiento de Sevilla salen 160 personas que se quedan en la calle», han subrayado desde entonces. filas socialistas El derrumbe que más conmociona es el de Huelva, pierden un ayuntamiento que gobernaban desde 1979. El PP obtiene el ‘sorpasso’ en una capital onubense donde el PSOE obtiene mayoría absoluta hace cuatro años y se pierde toda la sierra de la provincia. «En Huelva el PSOE se ha quedado sin estructura y es el grupo del último pueblo el que os llena un mitin», advierten en el partido. Ya han sufrido un ERE importante cuando perdieron la Junta pero es aún más grave, admiten, porque les deja sin entramado institucional salvo los ayuntamientos de Sevilla y Huelva. «Todavía es más doloroso», ha dicho un dirigente provincial.
Eliminado por Cataluña
En el PSOE andaluz ya asumen que se han vuelto «irrelevantes» en la estructura federal, que han perdido peso en el partido durante mucho tiempo y las últimas elecciones confirman, admite un veterano, que «la única estrategia territorial que ha funcionado es la del PSC en Cataluña”, por una clara apuesta por este territorio en detrimento de Andalucía, que ya es bastión electoral del Partido Popular.
Las polémicas del final de campaña complican el regreso del PSOE a Andalucía
El radar se estropea por segunda vez y la lectura interna escapa a la autocrítica y se limita a decir que ha obtenido 400.000 votos respecto a las autonómicas de junio. Considera que se ha «recuperado» el voto dado a Juan Manuel Moreno y que se ha frenado el trasvase de votantes socialistas al PP. En el análisis de la derrota se destacan varios factores, todos exógenos. Señalan que la fragmentación a la izquierda del PSOE tiene un alto coste y beneficia al PP. Agregan que la derecha ha logrado reagrupar y absorber a los Cs. Por último, lamentan que el votante de derecha esté hipermovilizado en una acertada estrategia de acoso y derribo contra Pedro Sánchez.
¿Y ahora qué? La misión, dicen, es sacar a la gente de la indulgencia, para erosionarla en una campaña de «hígado». “Si mandan a alguien del pueblo de al lado a un mitin a gritarte ‘Txapote vota por ti’… no sabemos hacer cosas así. Habrá que pensarlo”, dice un destacado miembro del ejecutivo.
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