La Guardia Civil calcula que un centenar de personas, en su mayoría jóvenes, fueron víctimas de la secta psicoterapéutica, que practicaba rituales chamánicos, desmantelada en un chalet de Pobla Tornesa (Castellón). La mayoría de los reclutados para la organización eran catalanes, ya que fue en Barcelona donde dos de los tres detenidos iniciaron las prácticas que actualmente investiga un juzgado de la capital de La Plana hace casi dos décadas por los delitos de estafa. revelación de secretos, contra la salud pública, asociación ilícita, prevaricación laboral y agresión sexual, sin perjuicio de otras calificaciones.
A finales del año pasado, la denuncia de un grupo de exmiembros de la secta conocida como La Familia del Alma llegó a RedUNE (Observatorio Español de Aberraciones Sectarias), que elaboró un documento advirtiendo del peligro que suponía, teniendo en cuenta la testimonio de una de las víctimas, una joven veinteañera. “Nos enganchó su carisma y el marco teórico con el que aparentemente trabajaba. No tenemos confirmación de sus calificaciones como terapeuta. Sentíamos que tenía demasiado control sobre nuestras vidas”, explica la niña, refiriéndose al líder del grupo. , al que llamaban el «profesor». El segundo demandado es su pareja sentimental y el tercero otro miembro de dicha cúpula.
“Cuando, según ella, nos veíamos muy mal, nos instó a ir a terapia semanal, porque si no, volvíamos al camino y la vida nos sería fatal. Ir dos veces al mes pagando 120 euros, algunos pasaron a 240 euros, hasta que ella lo crea oportuno”, cuenta esta víctima.
«Nos sometieron»
“Vivimos episodios traumáticos con ella -en referencia a la líder-, por un exceso de confianza en su comportamiento. Nos entrenó para estar sujetos a sus dictados y por lo tanto a ser totalmente dependientes de sus terapias. Se convirtió en víctima y Nos dejó claro que todos sus problemas de salud se debían a no seguir sus pautas”, dice. “En el verano de 2022 se mudaron a una casa en Pobla Tornesa, donde empezaron a hacer terapias grupales presenciales, donde se realizaban prácticas chamánicas con sustancias ilícitas, como el cannabis y derivados alucinógenos como el mezcal (mezcla tradicional mexicana). bebida alcohólica)», dice esta joven.
chacra sexual
“En un taller se practicó una dinámica de grupo que consistió en un desnudo colectivo y también hicimos un trabajo intenso con el chakra sexual. Vimos como ella (la líder) se colocaba por encima de una integrante del grupo y después de balancearse sobre ella y diciéndole cosas al oído que nadie escuchaba por la música alta y los gritos fuertes de mis compañeros, empezaron a gemir como s ‘fue un acto sexual’, describe la joven.
“El chantaje emocional y la persuasión coercitiva que ejerció destruyó nuestra personalidad. Hipotecó nuestra relación con nuestros familiares y amigos”, lamenta.
Este diario se puso en contacto con la líder de la secta que, al ser consultada sobre su implicación, colgó el teléfono.
«Mis hijos se han convertido en otros»
La operación Avicena de la Guardia Civil para desmantelar la secta, que tuvo lugar el pasado mes de marzo según informa el Tribunal Superior de la Comunidad, se inició tras una denuncia de unos padres cuyos dos hijos estaban inmersos en la ‘organización’. El Periódico Mediterráneo, del grupo Prensa Ibéica, se puso en contacto con ellos, un matrimonio residente en un municipio de Tarragona, para obtener su testimonio, que fue fundamental para asediar a este peligroso grupo.
“Hace dos años mi hijo, que tenía 23 años, tuvo problemas con su pareja y empezó terapia. A la semana ya vimos un gran cambio en su actitud, estaba más distante y decidió irse a vivir solo”, nos decíamos. que quería ganarse la vida por el momento que estaba pasando”, explica esta madre. “Con el tiempo mi hija empezó a comportarse de manera extraña, pedía dinero y dejaba a su pareja”. Fue él quien les alertó de que sus hijos estaban en una secta, momento en el que contactó al conocido que le recomendó al líder de Soul Family como terapeuta.
“Me dijo que desde hace dos años querían denunciar y me agregó a un grupo de Whatsapp donde la gente compartía sus testimonios y me parecía que era un tema serio”, dice esta mujer. A raíz de esto, reunió a sus dos hijos para expresar su preocupación y ellos negaron todo y defendieron al “maestro”. En cualquier caso, estos padres decidieron denunciar los hechos el pasado mes de febrero a la Guardia Civil de Tarragona, que junto con la Guardia de Castellón llevaron a cabo la operación.
“Lo peor fue cuando los terapeutas descubrieron que lo habían denunciado, porque mi hijo casi se suicida”, recuerda, mientras agradece a las Beneméritas el trabajo realizado y la investigación judicial que ahora está en marcha “porque es peligroso”.
“Mis hijos están fuera, pero tienen miedo y tienen pesadillas, son conscientes de que han estado en una secta”, explica, al tiempo que lamenta que la dirección del grupo haya realizado hace sólo dos semanas un retiro, como ellos lo llaman. , en Galicia con seguidores que aún les siguen.
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