Psiquiatras, pediatras, psicólogos clínicos, educadores, organizaciones sociales… Muchas voces se han alzado para alertar sobre la precaria salud mental de los niños y adolescentes españoles y sobre el brutal impacto que la crisis sanitaria ha tenido en los menores: el 63,8% de los casos atendidos por entidades como la Fundación ANAR se han concentrado en los últimos tres años de la pandemia.
La mayoría de los trastornos mentales comienzan antes de los 18 años. Se estima que hasta un 75% comienzan en este momento evolutivo, advierte a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, Gloria Bellido, miembro de la Sociedad Española de Psicología Clínica-ANPIR. La sociedad científica trata de obtener el apoyo de las comunidades autónomas para la creación de la especialidad de psicología clínica de la infancia y la adolescencia.
Uno de los objetivos de la sociedad para este 2023 es solicitar, cuanto antes, la regulación oficial de la especialidad de psicología clínica de la infancia y la adolescencia. Hay muchos argumentos que muestran la necesidad de su creación, dicen.
Entre las más importantes, explica Gloria Bellido, que es coordinadora de la sección de Infancia y Adolescencia de la sociedad, la necesidad de mejorar la calidad de la atención a un grupo de población especialmente vulnerable y al que la pandemia ha causado enormes estragos.
El psicólogo clínico evoca esta implosión de los trastornos mentales antes de los 18 años. “Sin embargo, los profesionales tardan mucho en detectarlos e iniciar un tratamiento, que puede cronificarlos. La aparición de trastornos mentales en este momento afecta al funcionamiento social, familiar y a la formación que realizan estos jóvenes”, indica Bellide.
Más y más niños rotos
Los últimos datos aportados sobre la salud mental de los niños y jóvenes españoles son aterradores. Si volvemos a los porcentajes de la Fundación ANAR, hace poco más de un mes, sobre las conductas suicidas de los menores atendidos vía telefónica y chat ANAR durante una década, las cifras estallan: los intentos se han multiplicado por 25,9. Otro título de este informe también es vergonzoso: entre 2019 y 2022, solo el 44% de los niños, niñas o adolescentes recibieron tratamiento psicológico debido a las largas listas de espera de la sanidad pública.
Otro informe anterior de esta misma entidad -que recoge datos de 2021- detalla que los trastornos alimentarios han aumentado un 154,7%; síntomas depresivos/tristeza, 31,5%; dependencias, 41%; baja autoestima, 27,9% y ansiedad, 25,6%. Otro elemento llamativo del informe anual es que en el 52,2% de los casos los menores vivían en familias con graves problemas de salud mental.
Esperando una nueva solicitud
En España, y tras años de reivindicaciones, la especialidad de Psiquiatría Infanto-Juvenil ya es una realidad. Este MIR 2023 se han convocado por primera vez un total de 20 plazas en esta nueva especialidad.
“Se creó la de Psiquiatría, pero no la nuestra, que quedó pendiente de hacer una nueva solicitud documentada que se hizo, pero que por supuesto está bloqueada a nivel institucional. Seguramente más por falta de sensibilidad que por cualquier otra razón. Pero necesitamos el apoyo de siete comunidades autónomas y está resultando complicado abrir sus puertas, salvo contadas excepciones”, explica Javier Prado Abril, presidente de la Sociedad Española de Psicología Clínica-ANPIR.
“Por un lado, estamos muy contentos con esta noticia, ya que representa una mejora en la calidad de atención; sin embargo, los equipos de salud mental son multidisciplinarios y es importante que, si los psiquiatras tienen esta especialidad, los psicólogos clínicos que trabajan con niños y adolescentes también la tengan, sobre todo porque las recomendaciones de las diversas guías clínicas son para tratar los trastornos mentales en esta etapa de la vida. con un tratamiento principalmente psicológico y evitando la medicalización”, añade su colega Gloria Bellido.
Una medicalización favorecida, precisamente, por los largos tiempos de espera para acceder a un psicólogo de salud pública. En comunidades como Madrid, revelaba recientemente esta misma sociedad científica, sus ciudadanos tienen que esperar una media de 4 meses para acudir a un especialista en psicología clínica, porque son derivados por su médico de atención primaria.
Desde la Sociedad Española de Psicología Clínica-ANPIR insisten en la urgencia de sacar adelante esta propuesta para abordar de forma específica el malestar emocional que aqueja a los menores.
Bellido avanza que están trabajando, en colaboración con otras asociaciones científicas, para poder completar la solicitud y presentarla ante el Ministerio de Sanidad “lo antes posible”. Además de presentar la documentación, en la que explicamos por qué la especialidad es necesario, necesitamos el apoyo por escrito de siete comunidades autónomas -es un requisito que establece el Ministerio de Sanidad, especifica- apoyando su creación”, añade la psicóloga clínica.
Disparidad de criterios
Y es aquí, en esta ronda comunitaria, donde los psicólogos clínicos se muestran «preocupados por la disparidad de criterios que existe entre las distintas comunidades, ya que algunos tienen muy claro que hay que apoyar esta especialidad para mejorar la calidad asistencial». ”. salud mental infantil y juvenil, mientras que otros ni siquiera han respondido. Nos preocupa especialmente porque pensamos que esto debe ser una prioridad en los distintos ministerios de salud y no entendemos por qué no apoyan su creación”.
Bellido aclara la respuesta que cada una de las regiones dio a la petición que envió en apoyo a su petición. En el caso de Cataluña, se les ha confirmado por escrito que han hecho una solicitud al ministerio; Galicia se ha mostrado «receptiva» al estudio de la propuesta y la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha han comunicado verbalmente -y no por escrito, según la psicóloga- que apoyan la propuesta «y nos piden que especifiquemos qué es lo que necesitar».
En el caso de Baleares y Navarra, se les dijo que estaban esperando al departamento que dirige Carolina Darias y al resto -porque se consiguió el apoyo de todas las comunidades- «o no hay respuesta o sólo acuse de recibo de la petición”, concluye la coordinadora de la sección de Infancia y Adolescencia de la Sociedad Española de Psicología Clínica-ANPIR.
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