La mejor generación de la historia del deporte español está inevitablemente extinta. Un quizás insustituible, encabezado por dos símbolos como Pau Gasol, ya retirado, y sobre todo por Rafael Nadal que ya ha puesto fecha de caducidad -2024- a una carrera que le ha convertido en el mejor competidor de la historia del país. Y sin embargo, casi sin interrupción de la continuidad, como si los ídolos surgieran por generación espontánea, aparece un heredero que no llama a la puerta, sino que la derrumba.
A la historia no le teme Carlos Alcaraz, que el lunes se deshizo de Flavio Cobolli en su debut en Roland Garros (6-0; 6-2 y 7-5 en 1h y 57m) y sigue batiendo récords mientras abarrota las gradas y ya ostenta el principal reclamo en todos los torneos en los que participa. “Mi sueño es ser uno de los mejores de todos los tiempos e intentar acercarme a Djokovic y Nadal. Sé que será muy complicado y quizás imposible, pero en este mundo hay que pensar y soñar en grande”, repite el 20 -años casi todas las semanas, sabiendo que su explosión ha revolucionado un circuito tiranizado durante los últimos 15 años por los «Tres Grandes».
El ansiado nuevo líder de la ATP ya es una realidad y empieza a construir un legado que va más allá del deporte. En España, es con diferencia el deportista que más popularidad ha ganado en los últimos tiempos. Según un estudio publicado por ‘Personality Media’, multinacional especializada en el análisis de personajes públicos, se ha pasado en apenas año y medio de una notoriedad del 29% de la población al 72%.
“Ha surgido una estrella de la noche a la mañana. Por lo general, un personaje en estos ámbitos tarda muchos años en desarrollar una imagen sólida como la que logró Carlos en poco más de un año”, explica sobre los resultados el director general de la compañía, Santiago de Mollinedo. del estudio, realizado entre mayores de 16 años y que mide hasta los 18 atributos de imagen y publicidad, considerando al tenista murciano como «un modelo sano y profesional» que al mismo tiempo transmite «simpatía y liderazgo».
Coincidiendo con sus triunfos, los datos también apuntan a una «recuperación muy relevante» a lo largo de 2022 y en lo que va de 2023 en el interés de los consumidores por el tenis, tanto jóvenes como adultos. El 45% de los menores de 30 años y el 54% de los mayores de 45 están interesados en el circuito, las cifras más altas de toda la historia vistas desde 2015.
“A los jóvenes les encanta el éxito, siempre cogen el tren del ganador, y ven en él lo que les dijeron de Nadal que no habían podido presenciar. Y por otro lado, tienes a los seguidores que han seguido a la afición durante años Rafa, y saben lo difícil que es que surjan nuevas estrellas, y por eso le dan tanta importancia», explica Mollinedo, que considera que mantener el precedente de Baleares está tan presente, siempre el deportista más popular (98%), se beneficia de la imagen de Alcaraz.
«La expectativa de que venga alguien que pueda repetir sus éxitos lo convirtió en una estrella tan rápidamente y entre tantos grupos de edad diferentes. Es la semilla perfecta colocada en el entorno perfecto. Ya no es solo la victoria, que es, por supuesto, la base de todo, logra construir un discurso humilde, sincero y creíble, alejado de la arrogancia, y que genera esa chispa particular que despierta la ilusión en terceros y los inspira con sus aciertos.
“Es difícil normalizar la situación”
“Es una bendición para el tenis”, dijo de él el director del Masters 1000, Feliciano López, durante la última edición del torneo, donde fue el único jugador capaz de llenar la cancha central a diario. «He oído varias veces la palabra ‘Carlosmanía’… Sí, creo que puede haber una», admitió sonrojado en ese momento el murciano. “Se nota en los partidos y en los entrenamientos, noto que hay mucha gente detrás de mí, que me apoya. Y eso me encanta, aunque cuesta normalizarlo, la verdad. Es difícil normalizar que haya tanta gente detrás de mí porque hasta hace poco era yo quien veía a los grandes desde la grada”, recordó el número uno más joven de la historia.
Todos los ingredientes se dan cita en Alcaraz para que sea lo que ya es, un filón popular. Todo el pelotón está al aire libre, desde su juego agresivo y virtuoso –“pasarlo bien y demostrarlo” es su lema–, hasta su manera extrovertida y cercana de tratar con la afición y los medios, pasando por ahora siempre lejos de polémicas y excentricidades, pasando por su carácter extremadamente competitivo y voraz.
De cuidar estos detalles es su equipo, que desde un principio adoptó una estructura similar a la que acompañó a Nadal a lo largo de su carrera. Juan Carlos Ferrero, ex número uno, lleva guiando sus pasos en la pista desde los 14 años con la colaboración de Antonio Martínez Cascales, que acompaña al murciano cuando su entrenador no puede asistir a un torneo. Y aparte, Albert Molina, representante de la multinacional IMG, dirige su carrera y hace sombra al chico, que ya acumula más de 14 millones de euros solo en premios. Son las caras más visibles de una red en la que también están, entre otros, Juanjo Moreno, su fisioterapeuta, Juanjo López, su médico desde niño, o la psicóloga Isabel Balaguer, y que aísla al tenista del ruido exterior, actuando como una burbuja y acompañándole allí donde viaja o cuando regresa a Villena (Alicante), donde reside y entrena cuando no hay torneos.
Arrecife para marcas
Todo en torno al actual número uno del mundo está medido al milímetro pero al mismo tiempo destila esa sensación de frescura de cara al exterior, que le ha ganado el cariño de la afición. Con tan solo unos años en el circuito, ya es uno de los tenistas más seguidos en las redes sociales, donde evoluciona con la soltura de lo que es, un «centenario». En Instagram, la más potente actualmente, cuenta con 2,4 millones de seguidores y ya es la sexta tenista, todavía lejos de los más de 18 millones de Nadal y por detrás de Novak Djokovic, Nick Kyrgios, Naomi Osaka y Emma Raducanu. .
Si sigue en la línea mostrada hasta ahora, no tardará en ganar posiciones en los rankings de popularidad, potenciando una imagen ya consolidada y que además la ha convertido en uno de los reclamos más buscados por las marcas, que tienta al murciano con decenas de ofertas de patrocinio. Aunque la premisa que marca a su equipo es clara: pocos, pero reconocidos, prestigiosos y con una relación a largo plazo.
Desde que Nike lo capturó en 2019, muchos otros han intentado unirse a la vena empresarial en la que se ha convertido, pero solo un pequeño grupo lo ha logrado. BMW (coches), Isdin (cosmética), Rolex (relojería), Babolat (raquetas), ElPozo (alimentación) y Turismo de Murcia forman parte de este grupo, al que se ha sumado en los últimos meses Calvin Klein. Además, todavía tiene varias vacantes entre los patrocinios habituales para un deportista de su nivel, como un banco o una empresa de telecomunicaciones.
Nadie duda de que llegarán. Al igual que las renovaciones, que seguro que le pondrán al mismo nivel que Nadal o Djokovic en lo que a patrocinios se refiere. Su contrato con Nike es hasta 2025 cuando finaliza también el de Babolat. Albert Molina ya está en conversaciones para ampliar las dos relaciones y mejorar las condiciones económicas.
La multinacional de Oregón, encargada de vestirle, será sin duda la empresa que más dinero le aportará en los próximos años. ¿Cuánto cuesta? Es difícil decir un número específico, pero uno de sus rivales generacionales, Jannik Sinner, acaba de firmar diez años con la misma compañía por $15 millones por temporada. Y dado que su rendimiento, tanto en resultados como en atractivo, ha estado hasta ahora muy por encima del mostrado por el italiano, solo cabe esperar que la oferta también lo esté. Por algo, actualmente es el chico de oro del tenis mundial.
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