Era como cuando haces una boda perfecta, te casas con la mujer de tu vida, el banquete es delicioso, las copas vuelan en la barra libre y no hay botella y luego bailas fuerte, pero… el servicio de bus que contrataste llevar a los invitados a casa es un desastre y uno u otro te está cabreando. Pues fue el España-Italia del Multiusos de Cáceres. La fiesta organizada para recibir al campeón mundial y europeo de baloncesto acabó con cierta decepción. Conserva el primer puesto del grupo y no es nada importante de cara al futuro, pero el equipo perdió el último partido de la fase de clasificación para el Mundial (68-72). Un gran evento se vio empañado por algo que estuvo mayoritariamente en las gradas, con una venta absoluta en el Multiusos de Cáceres. Más de 6.000 gargantas apoyaron incansablemente al equipo de Sergio Scariolo. Y eso no fue suficiente. Hubo que llamar a algunos taxis porque estaba oscureciendo y los clientes estaban cansados.
Lamento exagerar un poco, pero los cuentos de rosas no siempre tienen un final feliz. Todo lo demás fue perfecto, que conste: Extremadura volvió a demostrar que puede albergar con éxito cualquier evento y su gente fue mucho mejor que el equipo. Es cruel hacerlo, pero hay que recordar que muy pocos de los doce jugadores están acostumbrados a asumir responsabilidades de ataque en sus equipos. Y ese era el gran problema: una sequía señalada más tenaz que la que acompaña al anunciado cambio climático…
Sonaron los Fratelli d’Italia y sonó la Marcha Real, uno de esos momentos que te reconcilian con el nacionalismo, cada uno con lo suyo. Y el partido ya empezaba un poco frío, con muchos errores contra el aro. Por momentos, España pareció coger mejor el ritmo, dominando (16-9, min. 8) con Alberto Díaz y Juan Núñez, dos punteros puros, compartiendo el mando. Sin embargo, repetidos errores en los tiros exteriores ayudaron a Italia a cerrar el primer cuarto (16-13). Mal augurio, aunque en esos momentos siempre se piensa que el chico terminará coqueteando con la chica porque está escrito en el guión.
En el segundo, el escenario no ha cambiado en absoluto. Completamente lo contrario. Jugando con muchos jugadores exteriores a la vez -Scariolo sólo contó con un central nato, Rubén Guerrero, al que apenas utilizó-, Italia lo aprovechó para dominar los tableros, cargando el rebote ofensivo como si no hubiera un mañana. Le ayudó a igualar el marcador, a pesar de que está pasando de moda en el baloncesto actual. Por su parte, el delantero del Bilbao Basket Alex Reyes de Cáceres debutó con la selección absoluta a los 29 años recibiendo un especial aplauso de la grada.
La sorpresa’
El conjunto de un Gianmarco Pozzecco, como siempre, muy agitado, ya estaba delante en el descanso (29-33) y eso acabó poniendo nerviosa a España, que no encontraba solución en las constantes rotaciones ni nadie que le pasara el balón. y quién simplemente lo enchufó si estaba solo.
El hundimiento, con un estilo de posesiones demasiado lento y demasiado precipitado, continuó en el tercer cuarto, superando ya los transalpinos la diferencia de diez puntos (36-47, min. 26) con un baloncesto especialmente desinhibido, creciendo a pesar de la presión. que puso a una audiencia guiada por el excelente panel de video. Menuda joyita que dejará como legado el ‘bolo’.
Pese a todo, la remontada no parecía improbable en el arranque del último cuarto (44-52), sobre todo porque cada vez que España daba un subidón la afición se lo agradecía subiendo los decibelios. Esperanzas defraudadas ya que aparentemente no había nada que hacer: con más de seis minutos para el final la situación era casi insalvable (48-63).
España no se rindió, animada por la muy apropiada banda sonora de ‘Misión Imposible’. El jovencísimo Juan Núñez se dio cuenta. Un mate formidable de Pep Busquets encendió por completo el pabellón (60-67 en 2:08). La brecha fue primero de 5 (63-68 en el 1:40) luego de 4 (68-72 en el 33), pero ya era demasiado tarde. Nico Mannion, hijo de Pace Mannion, el histórico «pallacanestro» estadounidense, decidió que el matrimonio no podía ser completo y le ganó el duelo de pelirrojas a Alberto Díaz. No demoren en volver, querida «Familia».
Ficha técnica:
68 – España: Alberto Díaz (4), Juan Núñez (8), Miquel Salvó (7), Joel Parra (7), Rubén Guerrero (0) -quinteto inicial- Ferran Bassas (11), Pep Busquets (7), Sergi García (5), Tyson Pérez (15), Alex Reyes (0), Edgar Vicedo (0), Eric Vila (4).
72 – Italia: Nico Mannion (10), Riccardo Moraschini (2), Luca Severini (8), Marco Spissu (3) Amedeo Tessitori (2) -quinteto inicial- Giordano Bortolani (2), Guglielmo Caruso (19), Davide Casarin (10), Mouhamet Diouf (2), Diego Flaccadori (5), Riccardo Visconti (6), Tomas Woldetensae (3).
Puntuación de los cuartos: 16-13, 29-33 (descanso), 44-52 y 68-72 (final).
Árbitros: Gatis Salins (Letonia), Martin Horozov (Bulgaria) y Peter Praksch (Hungría).
Incidencias: Último día de la fase de clasificación para el Mundial (grupo L). Casi lleno en el Polivalente con 6.000 espectadores.
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